No habrá este año fiestas de San Vicente y San Anastasio en Oion, ni 'revolcones' del Katxi mientras ondea la bandera de la localidad sobre él. Pero lo que no faltará es el programa, que las recuerda con fotos y anima a la población a mantener todas las medidas de seguridad.

Ya el año pasado, en las fiestas de Gracias, el ayuntamiento de Oion publicó el 'programa de fiestas' sin programa, pero con una gran información sobre la localidad. Ahora, en estas primeras fiestas el año en Rioja Alavesa, se repite lo mismo: una amplia muestra de imágenes de otros años, así como un trabajo de investigación histórica sobre Oion, de la mano del historiador local, Manuel González Pastor.

En esta ocasión, el tema se centra en las hidalguías oionesas y en él se explica que "en el tercer tercio del siglo XVIII al menos seis vecinos de Oion solicitan al Ayuntamiento no perder el derecho de sus antepasados y, piden les sea concedida la distinción de Hidalgo de sangre, "también llamado escudero (si ejercía ese oficio para otro noble o rico hombre magnate que lo fuera aún sin título) o infanzón donde era usanza aquel a quién la nobleza le venía por descender de quienes habían disfrutado de ella desde tiempo inmemorial".

El programa se completa con una interesante colección de fotografías en blanco y negro de vecinos o actividades en Oion de hace varias décadas.

Por su parte, Eduardo Terroba, alcalde de la localidad, realiza la presentación con un saludea en el que comenta que "como os ocurre a vosotros, en mis seis años de servicio al pueblo, como alcalde, no me ha tocado vivir una experiencia tan complicada como la de estos tiempos. Me resulta contradictorio "tocar a fiestas" en la situación por la que atravesamos: inseguridad e inestabilidad, especialmente en cuatro aspectos importantes: medioambiental, sanitario, laboral y social"

Frente a ello pide a los vecinos que "honremos, con alegría, a nuestros queridos patronos, los Mártires San Vicente y San Anastasio, de la forma más adecuada. Seamos imaginativos para no provocar la presencia del virus al que, según nos da a entender, le encantan las fiestas y encuentros mal organizados.