- La pandemia está sirviendo para abrir ventanas para distintas oportunidades. Una de ellas, la inclusión de personas sin hogar en Euskadi a través de la estrategia Lehen Urratsa, un programa sustentado en el trabajo previo de entidades del Tercer Sector y que, durante estos meses de pandemia, ha prestado atención a más de medio millar de personas en la Comunidad Autónoma Vasca.

La intención del Gobierno Vasco, patrocinador del plan, es prolongar el paquete de medidas adoptadas ante la covid-19 adecuándolas a las necesidades y ritmos del virus. “Estas personas se lo merecen, pero también tendrán que poner de su parte”, advertía en junio la consejera de Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal. Eso sí, recientemente reconocía que las medidas de la Estrategia Vasca de Personas Sin Hogar, “se están desarrollando positivamente”.

Aprovechaba también para poner en valor el trabajo que las instituciones y las entidades del Tercer Sector Social están llevando a cabo para paliar los efectos provocados por la pandemia en el colectivo, “ofreciendo respuestas a las necesidades que surgen en una situación extraordinaria”. Y es que, Lehen Urratsa no parte de cero. El trabajo de cocina ha sido continuado desde tiempo atrás. El estallido de la pandemia, sin embargo, ha acelerado las soluciones a situaciones complicadas.

Ningún caso es igual a otro; cada vida es distinta; cada persona respira de una manera… Por eso las soluciones para su integración social deben ajustarse a cada realidad. Hay hombres sin hogar en situación de exclusión grave y con largo recorrido en la calle; mujeres sin hogar en situación de exclusión grave; jóvenes migrantes no acompañados que, en algunos casos, cursaban estudios antes de marzo y vieron interrumpida su integración o jóvenes sin hogar (mayores de treinta años) con adicciones o con problemas de salud mental. De ahí que el programa Lehen Urratsa ya prevea distintas alternativas para cada uno de los perfiles: alojamiento en pensiones o albergues con acompañamiento social por parte de un equipo especializado; viviendas con apoyo para mujeres sin hogar; centros de primera acogida y alternativas de alojamiento con apoyo para la inserción para jóvenes migrantes no acompañados; y alternativas de alojamiento y de atención diurna para jóvenes con adicciones o incluso con enfermedad mental.