Varios loteros han explicado a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA que la venta de lotería ha bajado alrededor de un 30%. Tras este descenso brusco de ventas, consideran que se encuentra el cierre de la hostelería, que ha provocado que en estos establecimientos no se vendan demasiados décimos, lo que también ha afectado a la ilusión de los vitorianos.

En la administración de loterías número 14 de la calle Aranzabal, su propietaria, Marta Corcuera, afirma que la campaña navideña también se ha visto afectada por el "desgraciado año". "Es un año muy extraordinario para todo, incluso para la venta de la lotería de Navidad. A pesar del mal año, la gente no ha aumentado la ilusión y la esperanza por El Gordo, sino todo lo contrario. Esta campaña no ha sido tan buena como las de años anteriores", afirma.

Considera que la crisis económica asociada a la pandemia ha sido un factor importante, pero, sobre todo, el cierre de la hostería, unos locales en los que se venden muchos décimos. "En los últimos días hemos tenido más colas, pero tampoco ha sido algo excesivo. Algunos días sí, pero otros casi nada", detalla.

Como contrapartida, Marta reconoce que muchas personas que antes no compraban en las administraciones alavesas y que invertían su dinero en lotería fuera del territorio, se han visto obligadas ahora a adquirir décimos en los establecimientos cercanos por las limitaciones a la movilidad existentes: "Normalmente, muchas familias compran lotería cuando viajan o se van de vacaciones. Sin embargo, muchas de estas familias que no han podido salir este año se han dado cuenta de que no tienen lotería y se están comprando en las administraciones de lotería que tienen cercanas. Comprar lotería es una tradición que se mantiene activa por el momento, a las familias les gusta compartir un número juntos y, por eso, en el último momento esas personas que compran fuera están comprando en Vitoria". Sin embargo, con estos nuevos clientes tampoco es suficiente para "salvar la campaña".

Similar opinión tiene David Ruiz de Azua, de la administración número 13 Celedón. En su opinión, el cierre de la hostelería ha sido decisivo para que esta campaña navideña no presente cifras destacadas. No obstante, indica que la reapertura de la hostelería en los últimos días ha supuesto un incremento de ventas, pero no es suficiente, ya que en una semana no se compensará un mes y medio cerrado.

"Parece que en los últimos días hemos crecido un poco y que la alegría parece que ha vuelto un poco, pero es cierto que en general falta mucha ilusión, a ver qué pasa el año que viene. Tenemos nuestra esperanza puesta ya en el año que viene, cuando llegue la vacuna, ver si cuando estamos inmunizados todo empieza a funcionar otra vez con normalidad", señala.

"Son tantas las diferentes crisis que hemos pasado que hemos empezado a perder la ilusión". Respecto al perfil de las personas que juegan en la lotería de Navidad, este lotero explica que es diferente. Aunque a lo largo del año es más habitual que sean personas mayores que compran y juegan, ahora ese perfil es más joven y están también todos los décimos que se venden para las empresas.

En la administración número 9, en la calle Badaia, considera que la ilusión hace tiempo que se lleva perdiendo y que falta "alegría". En su caso, lo percibe en la cantidad de números que compran las familias vitorianas este año.

"Sabíamos que la campaña no iba a ser buena. La gente estaba desilusionada. Normalmente cada familia compra más de un número y los comparte. Este año se venden menos números por familia. Ahí se nota la falta de ilusión y el miedo a la crisis económica", afirma Jesús.

Sin embargo, considera que las últimas semanas están apoyando la campaña de Navidad, ya que desde hace quince días se empezó a vender poco a poco. "Este año se ha esperado casi al último momento", concluye. Normalmente, a partir de julio la lotería de Navidad está ya a la venta en algunas administraciones y en verano ya se empieza a vender mucho. Ahí es cuando las familias empiezan normalmente a comprar la lotería, aunque por las restricciones este año no ha sido tan fácil y han esperado más tiempo del habitual para comprar la lotería y compartir la ilusión.