El peligro está ahí y todas las medidas pueden ser insuficientes. Un descuido involuntario, y el virus se cuela por la rendija. Eso es lo que ha podido suceder en los últimos días en la residencia sacerdotal Joaquín Goikoetxeandia de Vitoria, aneja al Seminario Diocesano, y en la que residen varios sacerdotes jubilados.

Este fin de semana se conocía el balance de 20 personas afectadas por covid-19, un balance que hoy martes asciende ya a una treintena de casos confirmados, según han detallado fuentes de la Diócesis de Gasteiz.

Desgraciadamente, dos de ellas, que ingresaron el domingo en el HUA-Txagorritxu con sendos cuadros graves de neumonía, han fallecido esta pasada noche.

Se trata del sacerdote Jose María Marquinez Brancaccio, quien además sufrió un derrame cerebral fruto de una caída, y una hermana de otro religioso que también residía en esta residencia para sacerdotes mayores.

Un tercer sacerdote se encuentra en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de Txagorritxu "con pronostico reservado", según la propia Diocésis.

60 usuarios confinados

El resto de las 60 personas usuarias de esta residencia se encuentran confinadas en sus habitaciones sin síntomas y tan solo dos revisten molestias leves y algo de fiebre. Ambos están siendo supervisados "constantemente" por personal médico.

Además, al personal de servicio se le ha enviado a sus respectivos domicilios para que cumplan con sus cuarentenas, sin ningún síntoma serio.

La empresa Askora se ha hecho cargo del servicio de limpieza del centro para garantizar la higiene de los espacios y ha asumido además el resto de servicios de la residencia, como los de comidas y otras tareas de gestión, hasta que se dé por finalizado el brote.

Palabras de ánimo

El Obispo de Vitoria, Juan Carlos Elizalde, ha hecho llegar unas palabras de ánimo a cada uno de los residentes, así como al personal laboral de la residencia, y se encuentra "en constante contacto" con la dirección del centro, así como con el HUA-Txagorrirtxu por el religioso ingresado en la UCI.

La otra residencia sacerdotal de Gasteiz, la de San Antonio, no ha registrado ningún nuevo caso desde la primera ola y allí se distribuyen en dos turnos para los servicios de comida, con el objeto de garantizar las distancias y la limpieza de los espacios, según apunta uno de los residentes.