VITORIA - El cierre de los cines Yelmo en El Boulevard ha dejado a los cines Florida como los últimos supervivientes de la cultura cinematográfica en Vitoria, con permiso de los Gorbeia en Etxabarri-Ibiña.

Mientras la cadena Yelmo optó esta semana por bajar la persiana de sus salas del centro comercial de Zaramaga ante las nuevas restricciones impuestas por el Gobierno Vasco, el máximo responsable de los Florida y Gorbeia, Javier Etxagibel, avanza que su deseo pasa por mantenerse contra viento y marea para no dejar tirados a los espectadores de la capital alavesa , algo que, en medio de la pandemia, no está siendo precisamente fácil.

"Estamos dejados de la mano de Dios", lamenta el gerente de Vesa, la firma que gestiona las salas, que censura el hecho de que las instituciones locales no hayan levantado al menos el pie del acelerador en materia fiscal durante la crisis sanitaria, sin demorar un euro de los "80.000 euros" en impuestos municipales ni facilitar subvenciones durante esta crisis sanitaria provocada por el covid-19.

Coronavirus mediante, la magia del cine sigue viva en Gasteiz gracias a las salas de la calle San Prudencio, y de hecho, para muchos gasteiztarras los Florida se han convertido en un oasis en el que olvidarse, aunque sea por unas horas, del virus que asola el mundo en estos momentos, gracias a un sector que basa su potencial precisamente en eso, en hacer disfrutar al público.

"Nuestro deber es entretener y ofrecer cultura a la gente", recuerda Etxagibel, a quien estos días los vitorianos que acuden a sus salas se acercan a agradecerle que los proyectores sigan en marcha. Familias que quieren que sus hijos disfruten de una película infantil, cinéfilos para los que la magia de una sala no suplirá nunca al televisor del salón de casa... En plena zozobra de la industria cultural, el cine es el último clavo al que poder aferrarse, al menos por ahora.

"Estos días los espectadores vienen y nos preguntan '¿vosotros no cerraréis también, ¿no?' Nos hemos convertido prácticamente en la única alternativa cultural y de ocio para muchas personas, así que tenemos un compromiso con los espectadores y eso es lo que nos hace seguir adelante", explica Etxagibel, para quien el cierre de los cines El Boulevard no es ni mucho menos motivo de alegría. "Desde luego, que cierre la competencia no es buena señal", reconoce.

En el caso de los Florida, su programación más abierta y variada, con más cine independiente y europeo y menor dependencia de los grandes estrenos norteamericanos (ahora congelados por las grandes productoras de Hollywood), les ha permitido ofertar más alternativas al público alavés, aunque "que no se estén estrenando Blockbusters nos hace un daño terrible a todos".

Medidas de seguridad

Para animar a los espectadores a seguir acudiendo a las salas, en los cines Florida han puesto en marcha medidas sanitarias que están "muy por encima" de las requeridas en los protocolos. Por ejemplo, facilitan kits especiales, con gel y mascarilla, a aquellos espectadores que requieran más seguridad para sentirse cómodos en la sala.

Sus responsables se están preocupando especialmente de que las personas mayores acudan al cine con tranquilidad y seguridad, y parece que lo están consiguiendo. "Hasta hace poco al público de mayor edad le costaba más venir, pero ahora estamos viendo también que empiezan a volver a las salas", incide.

Con todo, el gerente de los cines Florida y Gorbeia anticipa un futuro a corto plazo para las salas que dependerá, en gran medida, de lo que suceda en un punto concreto del Estado donde los cines permanecen cerrados a cal y canto, como es Catalunya. "Es un mercado muy grande y ahora mismo es donde se está librando la gran batalla para los cines. Si un distribuidor quiere estrenar algo y ve que el 40% de sus clientes potenciales no van a poder exhibirlo, eso nos condiciona al esto", subraya Etxagibel.

Así, contra viento y marea, parece que los Florida seguirán durante un tiempo siendo los únicos cines que van a mantener viva la liturgia de la gran pantalla en Vitoria en mitad de esta pandemia. El coronavirus, de momento, no ha sido más grande que el cine.