- Unas pocas horas antes de que se decretara el primer estado de alarma y el confinamiento de la población, Vitoria asistió a "la mayor tractorada que nunca ha habido en la ciudad" para reclamar unos precios dignos en el campo, rememora Javier Torre, presidente de UAGA. Es evidente que en estos meses las cosas no han ido a mejor, y el sector está en el alambre, pero Torre hace hincapié en que su situación es la misma que vive el resto de la sociedad y en que, si se adoptan las medidas precisas para modernizar el sector, el campo alavés tiene futuro.

"No quiero ser pesimista, estamos tocando fondo pero no estamos ahogados, así que ahora tocará ir hacia arriba", afirma el representante del sector agroganadero alavés.

Antes de apuntar a las soluciones, es preciso dibujar la situación de partida, y ésta se encuentra inevitablemente condicionada por la pandemia. "Ha habido problemas para sacar corderos, la carne de vaca ahora está teniendo muchos problemas, hemos pasado momentos muy malos con los temporeros en la vendimia, con la leche, los precios de los cereales han caído más de un 30% de la noche a la mañana por pura especulación, y ahora parece que se empiezan a recuperar", explica Torre, quien teme que "la situación pueda empeorar" con la nueva oleada del covid-19 y las restricciones que lleva aparejadas.

Ese es el escenario actual, pero la agricultura y la ganadería ya venían arrastrando un problema estructural fundamental, el de los bajos precios que les obligan, en muchas ocasiones, a trabajar por debajo de coste. "Puede haber una crisis que nos obligue a apretarnos el cinturón, pero es que ya venimos así desde hace mucho tiempo. Es muy complicado sacar la carne de vacuno, la remolacha se vende por debajo de costes y hay bodegas que no quieren pagar ese precio de coste por la uva", problemas agravados por la pandemia y que afectan a todos los sectores, con la diferencia de que "nosotros adelantamos muchos dinero. Hay gente que no gana pero no expone, nosotros tenemos que comprar comida para el ganado, semillas, maquinaria, abonos y medicinas".

Además, con el coronavirus el canal Horeca (hoteles, restaurantes y cafeterías) está prácticamente cerrado. "Este año, de 70 millones de personas que vienen a España, solo han llegado cuatro o cinco, los bares que están abiertos lo están al 25%, y con las nuevas medidas irá a peor", reflexiona Torre que, sin embargo, recuerda que "ahora se come más en las casas, las compras en los supermercados son más altas y España es deficitaria en todo, con lo cual no deberíamos tener muchos problemas para vender lo nuestro. Hay margen para vender nuestros productos más o menos dignamente".

En todo caso, UAGA reclama medidas desde la Administración, como un listado de precios mínimos para no tener que litigar en los tribunales con las grandes multinacionales para acabar con las ventas bajo coste de producción, o penalizar la importación de productos que no cumplen con las exigentes reglas de trazabilidad o calidad que han de cumplir los agricultores y ganaderos vascos. "Cada día hacemos las cosas mejor, estamos más comprometidos con el medio ambiente y los productos sanos, y luego viene de China o Brasil un cereal o un azúcar tratado con dosis altísimas de herbicidas prohibidos hace años. Competir así es muy complicado", lamenta.

Por otro lado, el sector se encuentra en un punto de inflexión en toda Europa, con un acuerdo de base para la nueva Política Agraria Común entre los ministros de Agricultura de la UE y el Parlamento Europeo, pero ahora hay que entrar en la letra pequeña. "Ahora llega la hora de la verdad, cuánto dinero va a cada sitio, cómo se aplica", explica Torre. En principio se prevé que lleguen al Estado español a partir de 2023 unos 48.000 millones de euros, una cantidad "parecida a la de siempre", pero con un IPC más alto. "Son muchos años sin subidas, podemos estar perdiendo más de un 20% o 30% de nivel adquisitivo", advierte el presidente de UAGA.

Uno de los debates más candentes es el de fijar quién es en Europa agricultor genuino. "No pueden cobrar los campos de golf, las pistas de aterrizaje de los aeropuertos, las administraciones que tienen montes públicos, o gente que realmente no se dedica a esto", señala.

Además, Torre cree que la homogeneización de las normas tendentes a mejorar desde el punto de vista medioambiental para un territorio tan vasto y diverso como la Unión Europea las hace imposibles de cumplir en la práctica. "A día de hoy un barbecho que tenga que estar desnudo seis meses en invierno es una aberración, porque el día que caiga una tormenta se te erosiona. Estas cosas hay que tenerlas claras, y hay que hablar todavía de pastos, de cómo echar los purines, no es lo mismo hacerlo en tierra llana que en Orduña, tiene que haber unos márgenes para poder cumplir las normas", enfatiza.

A pesar de todos estos retos de futuro, Torre cree que el campo alavés tiene futuro si se aborda su transformación con la digitalización y la industrialización como pilares fundamentales. "El 90% de los papeles se hacen telemáticamente. En algunos casos estamos nosotros más puestos que la Administración, y en otros casos no tenemos casi ni Internet en los pueblos, aunque va mejorando", explica Torre.

El presidente de UAGA aboga además por medidas para reducir la contaminación del campo, "con máquinas que nos digan donde están las malas hierbas para echar el mínimo producto posible en nuestros terrenos". También será un paso crucial la incorporación de drones. "Puedes echar el producto cuando quieras esté como esté el terreno y sin pisar nada, va a ir muy localizado, con centímetros de precisión. Con los drones sería mucho más sencillo dar el siguiente paso en la revolución agraria", afirma.

En relación a la industrialización, Torre cree necesario "crear infraestructuras de comercialización y transformación de alimentos, y que la gente se sienta partícipe de esas fábricas, para cerrar el kilómetro cero. Ahora no sabemos dónde se queda el dinero". Solo así, señala, se conseguirá que "la gente se quede en los pueblos" y que haya "más variedad de cultivos", la clave de toda la política agraria.

Así pues, el mensaje, insiste, ha de ser optimista. "Vamos a ver si salimos todos del covid y vamos a mirar hacia el futuro, que esto pasará", concluye.

"Con los drones sería mucho más sencillo dar el siguiente paso en la revolución agraria"

"Debemos abordar la comercialización y transformación para cerrar el kilómetro cero"

Presidente de UAGA