- Las primeras horas del confinamiento perimetral de La Rioja están pasando sin más contratiempos que las dificultades para poder acudir a realizar compras o realizar actividades no esenciales por parte de los vecinos alaveses, aunque hay personas que logran cruzar la muga, sin controles, por carreteras secundarias.

Lo mismo ocurre para atravesar las lindes entre Álava y Navarra, aunque en este caso las carreteras principales que van hacia Pamplona, especialmente las que unen La Rioja y Navarra, como son la N-111 y la LO-20 y su unión con la A-12, mantienen vigilancia policial y salvo necesidad establecida en la normativa no se permite el paso. Estas vías de comunicación son utilizadas por los muchos trabajadores que se desplazan desde Oion, Moreda y en general desde los municipios alaveses para ir a trabajar a los polígonos industriales de Viana o de Mendavia y, por supuesto a Logroño o a otros polígonos de La Rioja.

A las carreteras mencionadas, desde La Rioja se han establecido controles fijos, a cargo de policía nacional y/o Guardia Civil en la N-124, que une las capitales riojana y alavesa, la N-232 y la AP-68.

En todas ellas se pregunta por el destino o la razón del viaje a los pasajeros y, de hecho, aunque no se han hecho públicos los datos correspondientes, si se ha confirmado que en esos controles ya se han puesto varias sanciones: unas de 100 euros por no llevar la mascarilla viajando en el mismo vehículo personas no convivientes y otras de 600 por no cumplir el confinamiento.

Hay otras muchas carreteras, tanto secundarias como caminos asfaltados, por lo que no resulta fácil establecer controles 24 horas en todas ellas. Hacia Navarra son muchas las comunicaciones con Álava y hasta hay localidades navarras, como Genevilla, Lapoblación y otras, en las que resulta imprescindible pasar de unas comunidades a otras, en las que la vigilancia es más discreta y esporádica. De todas formas, son muchas las exclusiones por razones esenciales, como el trabajo o acudir a clase, por lo que la incidencia de 'incumplidores' en esos pueblos es prácticamente nula.

En este sentido, trabajadores de una empresa de galletas de Viana, residentes en Oion, como Ander Álvarez, explicaban a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA que en estas primeras horas no había tenido problemas para acudir a su puesto en la fábrica, aunque "otra cosa es lo que vaya pasando con los continuos cambios que se están produciendo en las normas que debemos cumplir".

En cuanto a las comunicaciones entre La Rioja y Álava, Marisa Velilla, que reside en Oion, pero se mueve mucho por La Rioja, ya que es una profesional de marketing y comunicación en vitivinicultura, explicaba que "para acudir a instituciones como el conservatorio de música en Logroño para llevar a clase a mi hijo, o para trasladarme al Consejo Regulador, con el salvoconducto en mano, no he tenido ningún problema. Tampoco los he tenido al desplazarme a las visitas a las bodegas, algunas de ellas en La Rioja Alta".

En la zona central de ese territorio, quienes acuden al instituto de Laguardia o a la ikastola de Lapuebla de Labarca, donde estudian varios niños y niñas que viven en Fuenmayor o Cenicero, o sus padres, algunos de ellos ertzainas, tampoco han encontrado dificultades, aunque en el barrio de la Estación de Fuenmayor es frecuente la presencia de controles policiales, lo mismo que a la entrada del puente de Cenicero sobre el río Ebro, camino de Elciego. E incluso a la entrada del puente de Torremontalvo-Baños de Ebro.

Por último, en la zona de Haro, que también tiene un intenso flujo de entradas y salidas, el portavoz del PP en el Ayuntamiento de Labastida y profesional que trabaja en Haro, Daniel García, contaba que "hasta el momento no están existiendo incidencias para los vecinos de Labastida que tenemos que acudir a Haro por cuestiones de primera necesidad. Esperemos que la situación de incertidumbre que se generó en el proceso de desescalada no se repita", refiriéndose a los grandes problemas que sufrieron los alaveses para poder realizar compras en los centros comerciales, acudir al instituto o colegios jarreros o a consultas médicas durante el primer confinamiento y el proceso posterior.

De momento, la situación se va desarrollando sin grandes problemas, aunque con evidente presión de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado quienes en tono correcto gestionan entradas y salidas, pero no dejan escapar ninguna excusa que no esté reflejada en la normativa. Para ello, en Navarra se ha dispuesto un operativo de unos 300 agentes de Policía Foral, Guardia Civil, Policía Nacional y Policías Locales, que llevan a cabo labores de control en entradas y salidas del territorio foral. Asimismo, se ha mantenido contacto con la Ertzaintza para la coordinación operativa en vías limítrofes con Euskadi.

Por su parte, en La Rioja, la presión es mayor. Un total de 300 policías nacionales y 814 Guardias Civiles controlan las carreteras. Al igual que en los meses en los que estuvo vigente el estado de alarma, se llevan a cabo controles aleatorios por todas las carreteras que conecten con otras comunidades autónomas y se ha intensificado el control de movimientos en aquellas zonas con más desplazamientos interterritoriales.

La Delegación de Gobierno avisa de que los controles fronterizos variarán en función de un día laboral y el fin de semana y también de los flujos de movimiento, por lo que es un operativo mucho más complejo al contar con desplazamientos permitidos. Las fuerzas y cuerpos de seguridad realizarán labores información, pero también de sanción.

"Esperemos que la incertidumbre que se generó en la desescalada no se repita"

Trabajador de Haro

"Con el salvoconducto en la mano no he tenido ningún problema para acudir a Logroño"

Residente en Oion