- Batido verde de espinacas, hummus sobre verduras asadas, pizzaflor con pollo y coulant de manzana asada. Es el suculento y equilibrado menú con productos locales de temporada que la experta en nutrición, Nagore Lázaro, enseñará a elaborar el próximo sábado 31, invitada por el proyecto de alimentación agroecológica Errilur, del baserri Oleta de Llodio. De hecho, cuentan hasta con su propio librillo de recetas "porque, a la hora de cocinar productos de la huerta, no todo tiene porque ser sota, caballo, rey, ni platos tradicionales como la porrusalda", explica Iñaki Urkijo, que ya hace 25 años que, junto a su hermano, se propuso recuperar la actividad del caserío familiar, con la firme apuesta de reforzar la soberanía alimentaria y los productos locales.

Le pusieron el nombre de Errilur, (tierra comunal en euskara) "en homenaje al dialecto vizcaíno que se hablaba hasta hace unos cien años en nuestra comarca y porque, desde hace miles de años, ha sido la manera de dar nombre al concepto que condensa la esencia comunitaria de nuestro pueblo y sus tierras", declaran. Y es que los municipios agrícolas y ganaderos vascos han preservado a lo largo de los siglos grandes superficies de terrenos que pueden ser utilizados por la comunidad. "Y eso es Errilur, un proyecto de agricultura sostenida por la comunidad, que nació sobre esa base ancestral de apoyo a la agricultura y la ganadería, con el objetivo de adaptarla a los nuevos desafíos de nuestros tiempos", apuntan.

Para ello se inspiran en dinámicas comunitarias de alimentación responsable primando la salud, la calidad y la sostenibilidad. "Empezamos con la idea de hacer producciones más sanas para consumo y tener una relación más directa con el consumidor", recuerda Urkijo.

Así es como en 2008 surgió el grupo de consumo Errilur Zutabe Taldea, esto es, un listado de familias de Álava y Bizkaia (su zona de acción), comprometidos con el proyecto, que hacen una planificación semestral de los alimentos que van a necesitar, permitiendo a los hermanos Urkijo organizarse también en materia de cantidades, zonas de siembra y dedicación para atender los pedidos. "La compra programada es el modo más sólido de apoyar la agroecología y el baserri local, pues permite una planificación adaptada a las necesidades de la comunidad. Pero los hábitos de consumo en los que nos han educado durante décadas, y la realidad socioeconómica fruto de la avaricia neoliberal hacen que muchas veces esta dinámica resulte muy difícil de desarrollar para muchas personas y, por ello, apoyándonos en las posibilidades que nos ofrece internet, dimos un nuevo paso ofertando pedidos libres a través de una nueva plataforma de venta online", relatan.

El cambio no surgió porque sí, sino para atender la demanda de suministros de producto local y de temporada que trajo consigo el confinamiento. "Nos empezaron a llamar de distintos sitios como la red de apoyo mutuo Aiaraldea Zainduz, y nos hizo una especie de crack la cabeza, ilusionados ante la perspectiva de que la sociedad se había dado cuenta de que ha llegado la hora de cambiar el modelo de alimentación, porque estamos pagando las consecuencias de consumir pseudoalimentos; aunque, en verano, parece que se nos olvidó todo otra vez", lamentan.

Sea como fuere, ellos siguen apostando por su modelo productivo, limitado en cantidad y variedad, puesto que solo trabajan con producto de temporada de su mismo baserri, tales como verduras, frutas, hortalizas, huevos, pollo o ternera, que completan con productos de otros caseríos que se encuentran en la misma línea de producción agroecológica, sostenible y justa, para ofrecer así un abanico de productos suficiente sobre el que asentar una dieta completa y equilibrada. "Lo único que no suministramos creo que es pescado", aseguran, quienes se muestran orgullosos de tener entre sus clientes a la ikastola Aresketa de Amurrio, y a la residencia y escuela pública de Orduña. No en vano, el ampa de esta última ha sido galardonada este mes en el concurso BBK Family, por su propuesta de menú de conciliación, elaborado a base de productos ecológicos y con criterios nutricionales.

Por lo que respecta a la distribución de los pedidos, "aunque si es necesario los llevamos a domicilio, como es el caso de Gasteiz, tenemos una red de puntos de reparto semanal", explican. En concreto, en Llodio se encuentra en un centro dietético de la avenida Zumalakarregi y, para el resto de Aiaraldea, "se llevan a través de un compañero de Amurrio al mercado de los viernes", puntualizan.

La idea con la que han desistido ha sido la del trueque de productos o trabajo por productos, no por falta de interesados, sino por su dificultad de hacerlo encajar en el marco legal. "Ideológicamente es algo que nos encantaría y, de hecho, lo pusimos en práctica durante la crisis de 2007, cuando una chica nos creó nuestra primera página web a cambio de productos; pero lamentablemente el auzolan en el baserri es cada vez más complicado en cuanto a regulación", aportan.

En donde no piensan escatimar esfuerzos es en el desarrollo y difusión de la soberanía alimentaria. "La alimentación ni puede ni debe ser una mercancía porque el acceso a una alimentación sana, nutritiva y asequible, es un derecho de las personas y de los pueblos que, en estos momentos, esta conculcado porque no se ponen en marcha los mecanismos necesarios para poder definir nuestras propias políticas y estrategias sustentables de producción, distribución y consumo de alimentos. Mecanismos que deberían basarse en la pequeña y mediana producción, respetando nuestra cultura y la diversidad de los modos campesinos, de los modos de comercialización y de gestión de los espacios rurales, en los cuales la mujer desempeña un papel fundamental", subrayan.

De ahí que Errilur no se limite a colgar su catalogo de productos para vender, sino que el proyecto engloba un plus en materia de educación y concienciación hacia el consumo de productos sanos, del que el taller de cocina organizado para el día 31 (inscripciones en info@errilur.info o los teléfonos 688 78 07 01 y 607 43 44 52) es solo un ejemplo. "De cara a diciembre queremos organizar un debate que invite a la reflexión en torno a que ser baserritarra es una forma de vida que no se puede enfocar como un negocio", adelantan. Para ello se basarán en un informe de enero, realizado por Biolur, Lurgintza y Ekolurra (Consejo de agricultura y alimentación ecológica de Euskadi), que pone sobre la mesa que "con una carga de trabajo de 52 horas semanales, y ayuda familiar en auzolan, solo un 42% de los baserritarras supera el salario mínimo interprofesional".