VITORIA. A medida que la pandemia evolucionaba, las medidas que la Diputación Foral de Álava ha tomado en las residencias forales, así como en las viviendas y recursos, o en el propio SAD, se han ido adecuando a las necesidades de cada momento.

Y es que el diputado foral de Políticas Sociales, Emilio Sola, ha destacado esta mañana en su comparecencia en Juntas Generales que la primera ola y la segunda tienen “muchas diferencias”. En la primera, el vector de entrada fueron los familiares, y ahora asegura que es el personal. “Estamos muy atentos. En el caso de la residencia de Murgia en la primera oleada el personal salió en prensa porque se quedaron dentro del centro y no hubo positivos”, rememora.

Después, en esta segunda, el 5 de agosto, tuvieron que cubrir una baja y entró una persona a través de una ETT, y a los dos días empezó a encontrarse mal del estómago. Le hicieron la prueba y dio positivo. Dieron positivo 25 personas usuarias (una falleció) y seis trabajadoras. Otra gran diferencia es que la primera ola afectó más a los centros grandes que tienen “más capacidad de hacer aislamientos por cohortes”, y ahora afecta más a los de mediano-pequeño tamaño.

“En el área de discapacidad no está afectando como la otra vez, y en menores tampoco. Estamos teniendo bastante suerte y lo están entendiendo. Afortunadamente, otra gran diferencia es que el virus está siendo menos letal”, incide.

En su discurso, también ha descrito las diferentes medidas que han ido tomando desde que hace casi ocho meses el covid-19 llegara al territorio, tales como la vigilancia activa de los síntomas, sectorizar por cohortes o definir centros de referencia covid-19.

Ya a partir de julio, estas medidas se fueron desarrollando, fueron evolucionando, y Sola recuerda en ese sentido que todos los centros residenciales han elaborado, en ese periodo, su propio plan de contingencia. La residencia Zadorra ha vuelto a ser centro de referencia sociosanitario, y el Albergue Santa María se ha reservado para posibles necesidades de aislamiento de cualquiera de las áreas de atención. Además, en agosto se creó el equipo foral de covid-19.

“Con respecto a las pruebas realizadas, desde junio se viene realizando toma de muestras PCR a las personas usuarias de las residencias de personas mayores y personas con discapacidad de manera continua”, ha adelantado el diputado, al tiempo que ha incidido en que “en este momento se están realizando pruebas PCR masivas a todo el personal del Servicio de Ayuda a Domicilio, así como al personal de las viviendas de personas con discapacidad”.

Ahora, la Diputación tiene los ojos puestos en el centro Pablo Neruda, dado que el cribado ha detectado cinco positivos y un caso indeterminado. A este último se le repetirá hoy la PCR y se realizará una segunda vez. “Puede ser que salgan más positivos, porque en la primer ronda a veces son negativos y luego positivos”, resalta la directora de Servicios Sociales, Ana Belén Otero. Por ahora son, además, 12 las personas positivas en las 4.200 plazas de residencias de mayores y “se recuperan muy bien”.

También han estado pendientes de los hogares de menores y de los centros ocupacionales, y en el caso del SAD trabajan con las familias, concienciándolas y apoyándolas para que si detectan algún síntoma compatible con el covid puedan iniciar el protocolo inmediatamente.

En su intervención, Sola ha destacado que la reunión mantenida con la junta de personal fue “muy gratificante”, y estuvo “muy centrada” en la demanda de personal. “Satse nos hablaba de este tema y es verdad que hay dificultades en general (Osakidetza también las tiene) con el personal de enfermería y le he trasladado a la consejera de Salud que los rastreadores no tienen por qué ser solo enfermeros. Me parece que fue un error y rectificar es humano, y ella tomó buena nota de ello”, ha informado.

Al fin y al cabo, considera que para ser rastreador es necesario tener unos conceptos mínimos pero “no tienes que ser enfermero precisamente”.

También ha hecho referencia al conflicto de las residencias privadas, cuestión de la que ha destacado que “nos reunimos varias veces con sindicatos y patronal, pero es esta última la que tiene que moverse. Entendemos que los centros son muy diversos; en Bizkaia por ejemplo hay 3 plataformas”.

En las dos reuniones que han podido hacer en el seminario antes de la pandemia subraya que “vimos que tamaño aparte, está el tema de con o sin ánimo de lucro; hay diversidad de intereses y tipología de los centros. Tendría que haber por lo menos dos asociaciones”, asegura.

Recuerda que han estado hace poco con algunas de las más grandes que tienen un convenio mejorado, y “se prestan a liderar y a que el resto pueda reunirse y asociarse a un convenio territorial y nosotros también vamos a seguir insistiendo”.

Afirma, al fin y al cabo, que en una mesa de negociación tiene que haber “dos partes bien definidas”, y reiterando lo que dijo el diputado general, ha anunciado finalmente que “no vamos a concertar plazas con residencias que no paguen un salario digno a sus trabajadores”.