on traje de calle y mascarilla es con el uniforme que abogados y jueces despachan sus casos en esta era covid en las salas de los juzgados de la Avenida de Gasteiz. La toga ha dejado de ser obligatoria en los pleitos, ya que no parece muy higiénico compartir atuendo entre compañeros con el virus desatado. Es sólo una de las muchas medidas adoptadas en el Palacio de Justicia de Vitoria para prevenir contagios por coronavirus.

El día a día ya no es tan ajetreado como antes por los pasillos, despachos y salas de vistas de un edificio cerrado y "con mala ventilación". El aforo se ha reducido y desde marzo no se han celebrado juicios con jurado popular. Muy al contrario, desde septiembre se celebran pleitos por las tardes, algo inédito hasta ahora. Aun así, la necesidad de desinfectar las salas antes y después de las sesiones, ralentiza la celebración de procesos. Aun así, ya se trabaja al cien por cien y el virus parece que, por ahora, se mantiene de puertas afuera en los juzgados.

Con todo, el mundo de la abogacía no es ajeno a la pandemia. Los letrados del turno de oficio, por ejemplo, trabajaron durante el confinamiento en primera línea. Y, ahora, la labor de los abogados, en general, se ha complicado, al igual que la del resto de trabajadores. "La relación personal entre abogado y cliente es necesaria en muchos casos", reconoce Antón Echevarrieta, decano del colegio alavés. "Y no hay duda de que se ha complicado con la pandemia porque todo se demora", sostiene. Se refiere el decano a que para realizar cualquier trámite con las instituciones, antes en una mañana se lo ventilaban y, ahora, hay que solicitar cita previa para obtener cualquier papel. A ello se suma el hecho de que el Gobierno decretara agosto mes hábil. Un "error", en opinión de Echevarrieta, ya que "no ha servido para solucionar nada", critica. Y se ha conseguido el efecto contrario. "En lugar de declarar inhábil agosto, ha habido parte del personal trabajando y parte de vacaciones, con lo que se ha funcionado al 50% y aún hay empleados que no han disfrutado de las vacaciones; si todas las vacaciones se hubieran concentrado en verano, podíamos haber comenzado septiembre al cien por cien", explica.

Fuera de la acristalada fachada del Palacio de Justicia, en los despacho de abogados también se han colocado mamparas y geles desinfectantes por todas las esquinas, ya que no todo se puede hacer online. El colegio, en cambio, sí que ha suspendido jornadas y programas de formación en formato presencial y los ha sustituido por otros telemáticos, Y, aunque por ahora, asegura no tener constancia del cierre de despachos de abogados como consecuencia de la crisis, el decano es consciente de que "la abogacía no es ajena a la actividades económica y, a día de hoy, lo que domina en el gremio es la "incertidumbre".