-Las Cuatro Torres retomará, a partir del 19 de este mes, parte de su actividad. Concretamente, regresarán los cursos y talleres de risoterapia; manualidades; taller integrativo: emoción, cuerpo y mente; y ubikare: bienestar mental y físico.

El presidente de la asociación provincial de pensionistas, jubilados y viudas, Félix Ortiz de Zárate, así como Euskofederpen -la federación de asociaciones de centros sociales de personas mayores jubiladas de Araba, Gipuzkoa y Bizkaia- quieren agradecer a Eudel “su disposición al haber facilitado la comunicación con el departamento de Salud del Gobierno Vasco, para que sean dictadas las recomendaciones sanitarias para minimizar y controlar la trasmisión del covid-19 en los Centros y Asociaciones de Personas Jubiladas”.

Ortiz de Zárate recuerda que “Gorka Urtaran, el presidente de Eudel, se ha portado muy bien, así como el Ayuntamiento y la Diputación. Es el motivo por el que en Bizkaia y Gipuzkoa hayan podido abrir, igual que nosotros”.

Esto es, precisamente, lo que le ha permitido a Las Cuatro Torres retomar parte de su normalidad, porque “creemos que esa acción es un elemento integrador entre las Instituciones y las Asociaciones que permiten que nuestros Centros Sociales abran sus puertas para seguir promocionando el envejecimiento activo como prevención de la dependencia”. Han aprovechado, asimismo, la apertura de las instalaciones para empezar a repartir la lotería de Navidad.

El haber abierto supone, además, que el mismo martes pusieran un cartel informativo en el que anunciaban su intención de retomar las actividades para apuntarse la gente. Se van a reactivar a partir del día 19, pero recuerda que si antes en el taller de risoterapia participaban 25 personas, ahora se van a tener que organizar grupos de 10 usuarios.

Esta es una de las medidas que han tomado con el fin de prevenir contagios y adecuarse a los protocolos dictados por el departamento de Salud del Gobierno Vasco, aunque ellos mismos también han diseñado un protocolo de actuación para enfrentar los cursos que arrancarán en las próximas semanas.

“Hay mucho miedo y la gente no se anima a participar, pero ante la reducción de personas que se apuntan, creo que vamos a aguantar bastante decentemente”, asegura Ortiz de Zárate. Algo que no les recomiendan recuperar en estos momentos son las actividades del coro y el grupo de teatro, porque en estos dos casos sería difícil respetar las medidas de seguridad.

En ese protocolo que han creado, que recoge las recomendaciones de Sanidad del Gobierno Vasco, “les vamos a exigir hasta que se desinfecten las zapatillas al entrar, y que limpien su asiento antes y después de usarlo”. Además, ve el futuro cercano “un poquitín negro”, porque asegura que “parece que la situación no va a menos, sino a más, y lo que nos permita la pandemia hacer haremos. Sí que tenemos muy metido en nuestra junta directiva el fomentar el envejecimiento activo, porque entendemos que la jubilación no debe suponer que una persona no haga nada”, resalta. Ellos ven la jubilación como un periodo en el que poder desarrollar actividades y participar en los movimientos ciudadanos. “Creo que podemos aportar mucho con la experiencia que tenemos”.

Félix Ortiz de Zárate se mantiene en calidad de presidente en funciones porque el covid-19 tuvo su impacto también en la asamblea que se tendría que haber celebrado cuando ésta irrumpió en Araba. “Sigo como presidente, pero pendiente de una confirmación de la asamblea. En la asamblea somos como 2.000 personas y normalmente el nombramiento se hace por aclamación. Como no hay otro candidato, me imagino que no habrá dificultades pero si las hubiera tampoco habría mayor problema”, reconoce.

Él seguirá trabajando en la asociación igualmente, pase lo que pase. Una de las reivindicaciones que tiene esta agrupación además es que en Araba no hay un consejo de personas mayores. “Era un consejo que funcionaba bastante bien y creemos que se debería reimplantar”, adelanta. Esa es, efectivamente, su reclamación.

Además, en vista de lo que está ocurriendo durante la pandemia, incide en que “se debería cambiar el modelo de residencias, porque creo que no hay el suficiente cuidado sanitario ni de personal de las personas que están ingresadas”.

10

Si antes en el taller de risoterapia podían participar alrededor de 25 personas, ahora se van a tener que organizar grupos de 10 usuarios.