- La Feria de Octubre de Agurain algunos creen que es la más antigua de Euskadi, al remontarse a una tradición de 622 años, que comienza en el siglo XIV. No en vano, un pergamino, de 29 de mayo de 1398, guardado en el archivo municipal confirma el privilegio dado el 20 de enero de 1395 por Enrique III a Salvatierra para que tuviera su feria anual en octubre.

La localidad, desde antaño, se ha volcado con esta feria: En las plazas de San Juan y Santa María se exponían los granos y otros objetos para comerciar, en la plazoleta de Las Monjas el ganado de cerda, en el prado de la iglesia de Santa María el ganado vacuno, mular y caballar y en el juego de pelota, el lanar. Pero en el año 1858 el Ayuntamiento, considerando excesiva la duración de ocho días, tomo el acuerdo de reducirla a cuatro.

Se sabe que por algún tiempo la feria estuvo suspendida, perdiéndose con ello el derecho a celebrarla, si bien, en el año 1853, previa solicitud del Ayuntamiento, la reina Isabel II concede su reinstauración, por Real Orden del Ministerio de Fomento, para la primera semana de octubre en su integridad, se anuncia la feria en los boletines oficiales de Álava, Guipúzcoa, Navarra, Vizcaya, Burgos, Logroño y Zaragoza.

Desde la creación de la villa, los sucesivos reyes apoyaron el desarrollo de este tipo de actividades económicas. Con el fin de impulsar las actividades comerciales con las zonas rurales cercanas y bajo el gobierno de la Casa de Ayala, representada en ese momento por Pedro López de Ayala, la villa recibió del rey de Castilla Enrique III el Privilegio de Feria en 1395. La concesión del privilegio fue motivado al convertirse la villa en el centro de atracción rural para todos los pueblos colindantes, y por el interés económico de los dueños de los grandes dominios señoriales.

El 20 de enero de 1395, el rey autorizó a la villa de Salvatierra la celebración de una feria anual en el mes de octubre, con una duración de seis días. Posteriormente, en 1397, se trasladó la feria al primer domingo de septiembre, debido a la celebración también en el mes de octubre de ferias en Navarra. Finalmente Enrique III, en 1398, redacta una carta de privilegio confirmando la de 1395 y en la que aparece también la de 1397.

Los productos que se vendían en ella eran principalmente los excedentes agrícolas, ganaderos y productos artesanales. Y el encuentro se siguió celebrando hasta el comienzo de la primera sublevación carlista en 1833.

En 1853 se reanuda la celebración de la feria, volviendo a la primera semana de octubre. En los años 1874 y 1875 se suspendió debido a la Segunda Guerra Carlista. En 1885 se trasladó a los días 3 a 6 de noviembre a causa de una epidemia de cólera. Poco después, en el año 1911 la feria no se celebra a causa de la glosopeda que afectó a todos los animales. En 1918 no se festejó tampoco debido a una epidemia gripal que azotó toda Europa. Y en 1936 las autoridades franquistas prohibieron todas las ferias en Álava.

Durante todo este tiempo, 1912 fue un año para el recuerdo ya que debido al aumento de cabezas de ganado en la feria, se inauguró una plaza de ganado ubicada desde la plaza de Santa María hasta la cuesta de la Madura. El ganado que se traía era mular, caballar, lanar, vacuno y porcino. Así, a lo largo del siglo XX, esta feria adquirió renombre principalmente por el ganado mular y caballar, y se convirtió en una de las más importantes de este ganado en el Estado. Los compradores acudían a la feria desde Asturias, Santander, Zamora, Burgos, Aragón y, sobre todo, Valencia. Actualmente, al haber desaparecido la utilización de los animales en actividades agrícolas, su presencia en la feria es mucho menor. Este hecho ha provocado que sólo se celebre los martes. Además, en los últimos años se ha perdido en parte su función de compra-venta, y ha adquirido un carácter más de exhibición.

Respecto a los concursos, a partir de 1882 el Ayuntamiento establece uno de ganado. En 1913 se inició el de semillas. De esta manera, dicho certamen junto al de ganado, serviría para realzar la feria en su conjunto. Desde el año 1970 se lleva a cabo la exposición y venta de maquinaria agrícola y vehículos a motor.

Las fiestas de la Virgen del Rosario se celebraban antiguamente el primer domingo de octubre. En la actualidad se celebran ese fin de semana y el siguiente, teniendo lugar el martes de esa semana la feria de ganado. Precisamente estas fiestas se pensaron en su origen con la finalidad de atraer más gente a la feria, aunque en la actualidad han ido cobrando importancia desplazando la feria a un segundo plano.

No siempre fue así. Durante muchos años la Feria se trasladó a septiembre, pero la Fiesta de la Virgen del Rosario siguió celebrándose el primer domingo de octubre.

A partir de 1853 vuelve a octubre, coincidiendo otra vez ambos acontecimientos. En 1885 se trasladó a los días 3 a 6 de noviembre a causa de una epidemia de cólera. En 1914 y 1916, con motivo de la Primera Guerra Mundial los festejos fueros suprimidos, no así la de ganado.

No obstante, en 1918 una epidemia de gripe anuló tanto la feria como los festejos. En 1936 se prohiben las ferias en Álava a causa de la Guerra Civil.

Desde 1853 las fiestas, incluida la cita ganadera, se conocen como Feria de Octubre, pero después comenzaron a llamarse Ferias y Fiestas del Rosario, refiriéndose al lado lúdico y a la feria del domingo de Rosario.

Estos festejos comenzaron a partir de ese momento a ser consideradas como fiestas patronales del municipio, hasta entonces inexistentes, ya que el 24 de junio era la fiesta del barrio de San Juan y el 15 de agosto la del de Santa María.

En Agurain el Martes de Feria -día grande de los festejos actuales para la mayoría de los y las aguraindarras- es sinónimo de orgullo no sólo porque sea, probablemente, la más antigua de las que se celebran en Euskadi, sino por haber sido capaces de mantener una cita que comenzó hace más de seis siglos cuando los ganaderos llegaban al municipio a través de veredas, caminos y cañadas con los animales para su exposición y venta. Un mercado que tiene de peculiar que se celebra a cielo abierto, pues el ganado vacuno, ovino, caballar o asnal se reparte en las inmediaciones del Casco Histórico tal y como se hacían desde sus inicios hace ya 625 años.

Como en todo evento que se precie, la feria de Agurain también cuenta con anécdotas como aquella que recogen los libros y que cuenta que hasta la localidad llegó un gitano que pidió precio por una yegua preguntando cuánto valía tal y como estaba. El vendedor estableció un valor y el un apretón de manos dio por cerrado el trato. Sin embargo, el gitano quiso llevarse una potra que estaba sujetada al rabo de la yegua porque en su contrato se especificaba que el animal era suyo "tal y como estaba". "Su importancia es tal que ha sido alrededor de la feria donde se ha conformado las fiestas y no al revés. Es la única que se realizasen un día de labor", señalan.

Este año, el coronavirus, impedirá que Agurain se engalane y luzca de la mejor manera posible para celebrar los festejos en honor a Nuestra Señora del Rosario, patrona de la localidad durante sus habituales siete días de fiestas. Los y las integrantes de las cuadrillas, alma máter del ambiente festivo, no darán su particular toque de color a unas calles que permanecerán sin el sonido de las txarangas, plazas sin deporte rural, el recibimiento de los últimos txikis nacidos, el paseíllo o las barracas, entre otros. Este año en Agurain, tampoco toca.