Vitoria - Con las dudas de los concejales sobre si pueden quitarse las mascarillas en su turno de palabra se ha desarrollado la primera comisión presencial del Ayuntamiento de Vitoria desde hace meses. Parapetados por mamparas de separación entre personas y en una sala cerrada, nueve representantes municipales han tomado asiento en la mesa presencial y tres periodistas en las cuatro sillas habilitadas al fondo de la habitación.

Esta singular vuelta al cole ha coincidido con una atípica sesión de Políticas Sociales, de sólo una hora de duración, en la que el PP ha acusado al gabinete Urtaran de incumplir sus compromisos y recortar subvenciones a una decena de asociaciones que trabajan en el ámbito de los servicios sociales.

Un extremo que niega el edil del área, Jon Armentia, quien explica que "no son recortes" sino ajustes de los convenios rubricados con dichos colectivos. Explica Armentia que lo único que ha hecho el Ayuntamiento es no abonar las actividades que no se han llevado a cabo, como manda la ley. Esta argumentación ha servido a la edil 'popular' Ainhoa Domaica para denunciar la poca flexibilidad del ejecutivo, ya que son acciones que las asociaciones no han realizado durante los últimos meses por culpa de la pandemia. Sin embargo, "se han reinventado y, a cambio, han llevado a cabo otras actividades que ahora se quedan sin financiar, justo en el momento en el que peor lo están pasando", remarca la edil.

Armentia, por su parte, recalca que los ajustes se han hecho de conformidad con los afectados y Domaica le replica que no conoce a ninguna asociación que esté conforme con recibir menos dinero del que está fijado en su convenio.

Comedor de los arquillos En respuesta también al PP, el concejal de Políticas Sociales ha explicado que el único gasto añadido del comedor social de los Arquillos abierto en marzo se debe a la contratación de una integradora social que trabaja con las personas que acuden a comer y asciende a 1.837 euros al mes, a partir de octubre. Este servicio es, precisamente, el plus que ofrece a los usuarios el comedor de los Arquillos con respecto, por ejemplo, al de Desamparados, subraya el gabinete Urtaran.

El comedor de los Arquillos abrió sus puertas en marzo con recursos propios del Ayuntamiento, con una plantilla de tres cocineros y tres personas encargadas de la limpieza. Inició su andadura con 30 plazas que en agosto se incrementaron a 50. Presta servicio al mediodía y por la noche y el perfil de los usuarios es, a día de hoy, el cien por cien masculino, la mayoría de entre 21 y 40 años, sin recursos económicos propios.