- Los esbozos del proyecto de ordenanzas fiscales dados ayer a conocer por el equipo de gobierno (PNV-PSE) encontraron rápida respuesta desde los grupos de la oposición en el turno donde EH Bildu, PP y Elkarrekin exhibieron los desacuerdos que les separan del gabinete Urtaran al inicio de este proceso de discusión y debate. También el aliado de los jeltzales, el PSE, en las tareas municipales recordó cómo “nunca hemos sido partidarios de la congelación de las tasas y precios públicos”, precisó Marian Gutiérrez, responsable de Seguridad Ciudadana, aunque añadió a continuación que ante “momentos únicos como los que ahora vivimos, toca adoptar medidas excepcionales” para dar su bendición a la congelación planteada por su socio del gobierno. Clausuró su intervención instando al resto de formaciones a “ser capaces de llegar a acuerdos”, anheló.

Desde EH Bildu fue su portavoz, Miren Larrion, la que recriminó al equipo de gobierno “no haber hecho los deberes” en los años precedentes de bonanza económica. Se agarró al modelo económico propugnado por los keynesianos de haber aplicado subidas de impuestos en año favorables para cuando el panorama económico pudiera oscurecerse con la irrupción de una crisis. “En los últimos años el gobierno ha renunciado a reforzar unos ingresos que hicieran avanzar hacia la fiscalidad progresiva. Es evidente que hay que reforzar e incrementar los ingresos porque, de lo contrario, acabará habiendo recortes”, alertó la abertzale. Aludió a situaciones como la actual cuando “la ciudadanía está dispuesta a soportar una subida de ingresos si ve que se mejoran y refuerzan los servicios públicos”. Aludió también al panorama de poder sellar un pacto a tres años vista y cifrar ya en el 2% de incremento el previsto para 2022 y 2023 “sin saber la situación concreta para esos años”, incidió.

Desde el bando del PP fue Leticia Comerón la que reprochó el “mínimo esfuerzo” llevado a cabo por el gabinete Urtaran al presentar una “propuesta repetida” como las de hace años cuando la economía navegaba con viento a favor. Recordó la ausencia de medidas enfocadas a sectores como el “comercio local, la hostelería o los emprendedores que son los que peor lo están pasando en medio de esta crisis brutal”, espetó Comerón en su intervención. Se refirió también al novedoso planteamiento de este debate fiscal en el que se aborda la cuestión de los impuestos, tasas y precios públicos en el horizonte de tres años. “No es lógico su planteamiento de aprobar las ordenanzas de los años 2022 y 2023 y nos lo quiere colar de rondón”, relató de manera gráfica. Más allá de las críticas lanzadas ayer reiteró la disposición de su formación de “debatir medidas que alivien la presión fiscal de los vitorianos”, concluyó la portavoz conservadora.

El representante de Elkarrekin Gasteiz, Óscar Fernández admitió “compartir y entender” esa premisa de la congelación de tasas para el ejercicio próximo. Abogó por abrir un “debate fiscal profundo” que sirva para la “financiación adecuada y el fortalecimiento de unos servicios públicos de calidad”, enumeró. Introdujo el integrante de Equo Berdeak un nuevo concepto en este debate fiscal que se va a mantener durante el próximo mes. enarboló el termino de la “solidaridad tributaria de manera que sean los que más tienen, los que más deban aportar”, espetó. Se agarró a este vocablo para lanzar al responsable de Hacienda el punto donde pueden converger los intereses que sirvan para tener el apoyo necesario. Tampoco olvidó su apuesta por el impulso de la fiscalidad verde y feminista.