- Las incógnitas que todavía hoy rodean al covid-19 han desencadenado una carrera contrarreloj a nivel mundial en el ámbito de la investigación que no sólo se limita al desarrollo de la ansiada vacuna. Y Álava, donde la enfermedad provocada por el SARS-CoV-2 ha tenido una importante incidencia desde el inicio de la pandemia, no se ha quedado atrás. El potencial de la UPV/EHU y del instituto Bioaraba en este campo ha cristalizado en el impulso de hasta 14 proyectos relacionados con el coronavirus que van a recibir una ayuda de 312.000 euros por parte de Fundación Vital para su desarrollo. Cinco corresponden a la universidad pública y los nueve restantes a la entidad que aglutina la actividad investigadora que se desarrolla en las OSI Araba y Rioja Alavesa y en la Red de Salud Mental del territorio.

DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA ha charlado con los investigadores principales de dos de estos proyectos para conocer algunas de sus claves. Se trata de Gorka Orive, que también es profesor de la facultad de Farmacia de la UPV/EHU, y Saioa López, psiquiatra en la OSI Araba. La iniciativa impulsada por el docente gasteiztarra de la mano del también investigador Unax Lertxundi tiene como objetivo final poner a punto una plataforma basada en los resultados de un triple análisis de las aguas residuales de la ciudad en el marco de la pandemia. El segundo, en el que participan hasta seis comunidades del Estado, entre ellas la CAV y su OSI Araba, trata de evaluar el impacto que la crisis sanitaria ha tenido sobre la salud mental de diferentes sectores de la sociedad y qué necesidades de atención sanitaria se han generado. El estudio analizará las consecuencias de la pandemia sobre la población general, que en ningún caso se ha librado de vivir un estricto confinamiento, sobre vecinos que han tenido que ser aislados debido al covid-19 y también sus contactos estrechos, sobre profesionales de la salud y también sobre la infancia y la adolescencia.

El proyecto, cofinanciado por el Instituto de salud Carlos III, surgió a través del Hospital del Mar de Barcelona con la idea de "hacer un estudio a gran escala" sobre si la situación sanitaria ha producido clínica tanto psiquiátrica como psicológica sobre estas personas, para evaluar también si éstas han recibido los tratamientos necesarios o si hay grupos más susceptibles de padecer esos efectos adversos. "La idea es saber dónde estamos y cómo podemos ayudar mejor a estos grupos de pacientes. Por eso se han diferenciado los grupos. En epidemias previas se vio que el aislamiento podía traer repercusiones: Ansiedad, depresión, estrés postraumático... Nos tenemos que preparar para lo que venga y lo haremos mejor si entendemos cómo se ha comportado la primera ola", explica López, que se encuentra en pleno proceso de toma de información entre pacientes -participarán en el estudio alrededor de un centenar de alaveses- o profesionales sanitarios, a quienes se han enviado cuestionarios por e-mail. "Vamos a tener una información bastante completa y representativa", celebra la investigadora.

Datos valiosos que también confía en extraer en su investigación Gorka Orive, que va a analizar tres tipos de muestras diferentes tomadas en las aguas residuales de Gasteiz entre los pasados meses de mayo y julio. Por una parte, del propio coronavirus, para probar la viabilidad de su medición, ya que según recuerda el especialista su presencia previa en las aguas residuales puede indicar una incidencia posterior importante del virus. El proyecto estudiará también la presencia de tóxicos en el mismo medio, alcohol y derivados y otro tipo de sustancias, que pueden ayudar a analizar mejor el comportamiento de la población en esta época. "El confinamiento fue muy largo y pudo dar salida también al consumo excesivo de ciertas sustancias", expone Orive. Además, la toma de muestras abarcará el estudio de los fármacos empleados para tratar el covid-19, como los antivirales, los antiinflamatorios y algunos corticoides, y el análisis de su potencial farmacontaminación en las aguas residuales. Un proyecto que tendrá una continuidad a futuro y que está "muy ligado a los objetivos de desarrollo sostenible", según el especialista.

Los proyectos financiados por Fundación Vital en Bioaraba abarcan campos tan dispares como la evaluación del efecto de la vacuna de la gripe en pacientes infectados por covid-19; el desarrollo y validación de terapias respiratorias para la lucha contra la enfermedad; las sobreinfecciones bacterianas y fúngicas por multirresistentes en la infección por SARS-CoV-2 en pacientes críticos; una plataforma de aprendizaje basada en simulación de entornos; la experiencia de atender a pacientes con covid-19; complicaciones cardiovasculares en pacientes con infección por covid-19 y daño miocárdico; el síndrome post-cuidados intensivos en pacientes con covid; o el papel que juegan las concentraciones séricas de vitamina D, Zinc y Selenio en pacientes de covid-19. Mientras tanto, la UPV/EHU hará un análisis serológico de inmunogenicidad y capacidad de neutralización de SARS-CoV-2 en pacientes convalecientes; analizará los efectos del confinamiento en la población infantil; buscará marcadores de infección y gravedad; y analizará modelos predictivos para covid-19 basados en inteligencia artificial.

La psiquiatra e investigadora de la OSI Araba participa en un estudio que está analizando el impacto que la crisis sanitaria ha tenido sobre la salud mental de diferentes sectores de la sociedad y que necesidades de atención sanitaria se han generado.

El investigador y profesor de Farmacia de la UPV/EHU va a analizar junto a su colega Unax Lertxundi diferentes muestras tomadas en las aguas residuales de la ciudad durante la crisis.

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De los proyectos financiados por Fundación Vital corresponden a Bioaraba. El resto, a la UPV/EHU.