- Eran las 9.30 horas cuando en la ikastola Armentia, su directora, Agurne Barruso, asumía que la incidencia de la huelga en este centro educativo era total. Ni un solo alumno de los 1.221 estudiantes con los que cuenta acudió ayer a clase, convirtiendo a esta ikastola en uno de los centros menos concurridos, obviamente, de toda la capital alavesa durante la convocatoria de ayer. “No ha venido nadie de ninguna etapa escolar”, aseguró la directora de la ikastola, donde dos tercios de la plantilla de profesores y empleados secundó la huelga convocada por los sindicatos.

Según explicó Barruso a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, el pasado lunes la ikastola envió una circular a los padres para trasladarles que, con los servicios mínimos establecidos por el Ejecutivo autonómico, el centro no podía garantizar que se pudieran cumplir con las debidas garantías las medidas establecidas para hacer frente al covid-19, especialmente a la hora de mantener los pertinentes grupos burbuja estables. “Les dijimos que no nos iba a quedar más remedio que tener a los niños mezclados y les pedimos que no trajeran a los alumnos porque así no podíamos cumplir con las condiciones necesarias”, incidió. A tenor del dato de asistencia de alumnos, las numerosas familias de la ikastola optaron finalmente por buscar alternativas y evitar llevar a sus hijos al colegio en una jornada que, precisamente, iba a ser el primer día de la vuelta al cole de los alumnos de tercero y cuarto de la ESO y de primero y segundo de Bachiller. “Los padres han entendido que no había forma de traer a los niños de manera segura y no los han traído”, aseveró.

En total, los paros de ayer afectaron a cerca de 372.000 alumnos en Euskadi -todos los que cursan estudios en las distintas etapas fuera de la enseñanza no universitaria- y se circunscribieron por igual tanto a la escuela pública como a la privada-concertada, donde trabajan unas 40.000 personas. Además del profesorado, también estaban llamadas a la convocatoria las subcontratas del ámbito educativo en los servicios de limpieza, comedores escolares y transporte, sectores en los que trabajan cerca de 10.000 personas. La huelga, convocada por los sindicatos ELA, LAB, Steilas, CCOO y UGT, llegó para los centros escolares de Vitoria en un momento de incertidumbre generalizada, con las clases recién iniciadas entre protocolos sanitarios, medidas de seguridad y el lógico miedo entre las familias ante un futuro a corto plazo marcado por la pandemia.

En el caso de la ikastola Armentia, su directora explicó que desde el inicio del curso han tenido un único caso detectado de covid-19 entre sus alumnos. Una niña “que se contagió fuera del centro y dio positivo, pero las pruebas al resto de sus compañeros fueron todas negativas”, por lo que no fue necesario proceder a confinar a la clase. Así las cosas, la máxima responsable de esta ikastola reconocía ayer que, como no podía ser de otra forma, en el centro están viviendo este peculiar inicio de curso “con mucha intensidad”, en un momento en el que a la incertidumbre sobre la evolución de la situación sanitaria se suma ahora las protestas laborales del profesorado vasco, que reclama mayores y más consensuadas medidas para poder cumplir con los mínimos educacionales y pedagógicos necesarios. “Ahora mismo no sabemos cuál va a ser el día después de esta huelga, en cuanto a nuevos paros o movilizaciones, por lo que habrá que esperar”, aseguró la directora en una mañana atípica en este colegio gasteiztarra, donde será difícil que en sus aulas se vuelvan a repetir instantáneas como las de ayer, totalmente vacías de alumnos y alumnas en una jornada lectiva.

En otro orden de cosas, desde el Ayuntamiento de Vitoria informaron de que la huelga en Educación y las diferentes manifestaciones convocadas por parte de profesores, empleados del ámbito educativo y estudiantes provocaron afecciones en el transporte público. En concreto, desde el Consistorio gasteiztarra trasladaron que las concentraciones generaron problemas de circulación en la línea 8, a la altura de la calle Nieves Cano, y las líneas la 7, 2A y 2B en el entorno de Bulevar Euskal Herria.

“Trasladamos a los padres que no podíamos tener a sus hijos de forma segura con los servicios mínimos”

Directora de la ikastola Armentia