- Desde que el 28 de febrero se tuvo conocimiento del primer caso de coronavirus en una sanitaria de Txagorritxu, la pandemia de la covid-19 se ha cebado con Álava tanto en su primera oleada de contagios de marzo como en la segunda del verano, una vez levantado el estado de alarma. Y lo sigue haciendo, ya que los contagios no cesan y como dijo ayer la consejera de Salud, Nekane Murga, no logramos revertir la curva ascendente de infectados. Pero si hay un sector de la población con el que el virus se ha cebado, ése es el de las personas mayores y, dentro de este grupo de edad, los contagios se han extendido con rapidez dentro de las residencias y centros de día.

Llegados a este punto, familiares de usuarios de residencias de personas mayores y centros de día de Álava reclaman al diputado foral de Políticas Sociales, Emilio Sola, un cambio de modelo residencial. Tras una reunión mantenida el jueves y, según han explicado representantes de las familias, el diputado se mostró dispuesto a un cambio de funcionamiento. Las familias también le han hecho saber su valoración negativa de la gestión de la pandemia del coronavirus respecto a sus familiares, tanto en residencias como en centros de día. Además, le emplazan a mantener sucesivas reuniones para poder explicarle detalladamente lo vivido estos meses con sus familiares. Dicen que la prioridad es articular protocolos en centros públicos y privados para que se produzcan visitas dignas, diarias y salidas a la calle de las personas mayores. “La respuesta y solución no se puede demorar. En función de ella, valoraremos los pasos a seguir para lograr una vida digna para nuestros mayores”, concluyen los familiares.Ayer, la Diputación informó de tres nuevos casos de covid-19, en esta ocasión, en la residencia privada Tagore de Gasteiz. Al hilo de la situación que se vive en las residencias de mayores de Álava, debido al coronavirus, el sindicato ESK denunció ayer que el instituto foral de bienestar social (IFBS), dependiente de la Diputación, no está cumpliendo con la directriz que establece que se deben hacer pruebas PCR a los trabajadores de las residencias que se reincorporan tras las vacaciones con una antelación de 72 horas. “Hay trabajadores que han comenzado su actividad en la atención directa sin haberles realizado la prueba para saber si están contagiados de covid-19, lo que pone “en riesgo de forma irresponsable a las personas que viven en las residencias y a quienes les cuidan”, censura ESK. Por ello, reclama al gobierno foral de Ramiro González que de forma urgente pida ayuda a Osakidetza para que envíe los equipos necesarios para realizar las pruebas PCR para detectar el coronavirus. “La improvisación y la desorganización está siendo alarmante”, critica el sindicato.

Mientras tanto, la covid-19 ha seguido a lo largo del mes dejando nuevos positivos entre las personas mayores de las residencias. Una de las más azotadas por los contagios ha sido la Purísima Concepción de Murgia, donde falleció un residente.