- Han pasado sólo dos meses de esta "nueva normalidad" y estamos ya en plena segunda ola de la pandemia. ¿Se lo esperaba?

-En realidad sí, porque casi todos los profesiones contábamos con que habría una segunda ola. Pensábamos que sería en otoño, no que iba a venir ya. Obviamente, la falta de concienciación social es la que ha facilitado su venida tan pronto. Con las medidas de distanciamiento social y de uso de la mascarilla, esta segunda ola se podría haber evitado.

Habla de falta de concienciación social, pero ¿no ha podido influir también en esta situación haber ido muy rápido en la desescalada?

-Todos los países se han tenido que enfrentar a esta situación, que ha sido algo nuevo. Y nadie tiene una regla de oro sobre cómo habría que hacerlo. Pero si uno analiza qué ha ocurrido en nuestro entorno, resulta que nosotros adoptamos las medidas de confinamiento más duras, en algunos momentos incluso más duras que las de Italia, otro país muy afectado. Y así es cómo conseguimos frenar el proceso. ¿Qué ha ocurrido ahora? Esto habrá que analizarlo y lo harán los expertos más adelante, pero es cierto que otros países, como Francia, Alemania o Inglaterra no tuvieron medidas de confinamiento tan estrictas. Pero sí que había una concienciación social más importante, unida a un sistema sanitario mucho más reforzado, con unos mecanismos de respuesta probablemente más potentes. Y lo mismo sucedió en los países nórdicos. No estoy seguro, o al menos no tengo esa percepción, de que se tuviera que haber sido aún más duro que el confinamiento. Pero es como si todo el mundo quisiera recuperar una normalidad que los profesionales hemos insistido que no va a volver a ser como era. Y lo hemos dicho en todas partes: Nada va a volver a ser como era. Debemos incorporar a nuestra vida y a nuestra forma de vivir el convivir con esta clase de problemas.

¿Qué es lo que más le preocupa a día de hoy en torno a la evolución de esta crisis?

-Yo no soy un experto en coronavirus, sino sólo un profesional neumólogo que me tocó vivir en primavera situaciones absolutamente trágicas, que no me gustaría para nada tener que volver a vivir tanto. Por lo que supuso en costes de vida, como por lo que supuso para mí de desgaste personal y profesional. Fue un sufrimiento inenarrable para los profesionales sanitarios. Entonces, espero que no tengamos que volver a vivir algo así.

Por ahora, el sistema sanitario alavés está pudiendo contener este nuevo embate del virus, pero ese desgaste está ahí.

-Y además, en un contexto donde no queda nada claro que se hayan podido implementar las medidas de refuerzo del sistema con las suficientes contrataciones y los medios para poderlo abordar. Esto muchas veces no es responsabilidad del sistema sanitario, sino una consecuencia más de la crisis de 2008. Entonces, muchísimos miles de médicos y de profesionales sanitarios salieron de España. Y estos profesionales no han vuelto. No es tan fácil contratar profesionales cuando, sencillamente, no disponemos de ellos. En este momento, no hay médicos en paro.

Como experto en trastornos del sueño, ¿hasta qué punto ha afectado la pandemia en nuestro descanso?

-Se estima que está aumentando la incidencia de problemas relacionados con el insomnio y la ansiedad casi el doble. Por una parte, hay una incertidumbre, y la incertidumbre genera siempre ansiedad. Surge por el riesgo para la salud propia y para la de las personas de nuestro entorno y, por otro lado, por el impacto económico, que muchos trabajadores y empresas ya están sufriendo. Además, tampoco se vislumbra un horizonte de soluciones para salir de esta situación. No somos ajenos a esto, porque las consultas relacionadas con los trastornos del sueño que tienen que ver básicamente con mecanismos de ansiedad están creciendo.

Después de entrar otra vez en situación de emergencia, ¿es ésta nuestra última oportunidad para entender a lo que nos enfrentamos?

-Yo creo que sí. Si volvemos a vivir una época como la de marzo, vamos a tardar años en recuperar la situación. Aparte de que nos va a dejar emocionalmente muy maltrechos a todos. Así que, por favor, mantengamos las medidas de distanciamiento social, de metro y medio o dos metros, y usemos la mascarilla en todo momento. / Foto:

"Es como si todo el mundo quisiera recuperar una normalidad que no va a volver a ser como era"

"Se estima que la incidencia de problemas relacionados con el insomnio y la ansiedad está creciendo casi el doble"