- El AMPA del CEIP Landázuri Ikastola, de Vitoria, acaba de remitir una carta al Departamento de Educación al enterarse de que a partir del próximo curso el 86% de su profesorado se va a cambiar, con la entrada de unos 18 profesionales nuevos y en todos los niveles, respecto a una plantilla de 21, por lo que solo se van a quedar en esta escuela pública de Beato Tomás de Zumárraga la directora, la secretaria y una profesora de Infantil. Una situación que como explica Arrate, madre con dos hijos matriculados en este centro, arrastran desde "hace siete u ocho años", cuando empezaron a jubilarse los profesores fijos y a sustituirse por interinos, procedentes, en su mayoría, de los territorios vecinos "y que, en principio van a estar dos años", pero que consideran que ahora va a ser "más grave" para sus alumnos de Infantil y Primaria porque se produce en estos momentos de crisis del covid y se trata prácticamente de un equipo nuevo de profesorado.

"Los chavales necesitan una estabilidad emocional y si el profesorado se mueve, es complicado. Que durante esta pandemia se cambie al 86% de la plantilla, nos parece escandaloso y casi sería motivo de huelga en otros colegios. Desde marzo los estudiantes han estado con una educación a distancia, pero los profesores nuevos que entren no van a saber qué es lo que han hecho los chavales durante todo el tiempo del estado de alarma", lamenta la portavoz del AMPA.

Los problemas de Landázuri, como añaden, no acaban ahí ya que "esto va unido a la movilidad del alumnado y a la penalización económica que sufrimos por tener una matrícula viva, lo que nos lleva a pensar que está habiendo una gestión gravemente irresponsable con nuestra ikastola y otras con un gran porcentaje de alumnado de origen inmigrante como es nuestro caso".

Por ejemplo, en la clase de sexto de Primaria, la del hijo mayor de Arrate, como especifica ésta, "son siete niños de origen local. A partir de quinto de Primaria solo hay entre 0 y 4 niños de aquí por aula, en clases de unos 23 niños. Mi hija pequeña hará cuarto de Primaria y es la única chica de aquí de su clase. El resto, aunque hayan nacido en Vitoria, tienen padres que vienen principalmente de Latinoamérica (27,7%) y África (45,5%) y así son todas las clases desde quinto de Primaria hasta las de tres años". Unas altas tasas de concentración de alumnado inmigrante que afirman que no se da tanto en la concertada, "pese a que también recibe fondos públicos" y que se concentran en ciertos centros, como el de Landázuri. "Y eso que cuando hay inmigrantes es una riqueza para la escuela, porque al haber niños de otros países, es una educación mucho más humana, pero hay una historia social insolidaria. No se piensa que así se cree una sociedad dividida", opina.

En cuanto a la matrícula viva, como se denomina al proceso para la incorporación del alumno a la escuela en cualquier momento del curso escolar, esta mujer detalla que en el aula de 3 años de esta escuela pública el pasado 2 de septiembre tenía 13 niños matriculados en una clase y el 15 de septiembre la cifra subió a 23. Lo que, a su juicio, puede ocasionar "infrafinanciación" ya que las ayudas que se dan a ese grupo "se quedan a la mitad". En definitiva, que se junta la alta movilidad del alumnado con la del profesorado, lo que significa "pasar de 0 a 100 en un solo curso", como ilustran. Por eso, el AMPAha enviado esa misiva al Gobierno Vasco para tener más estabilidad en Landázuri, "al menos, tenemos la suerte de que en nuestro centro el AMPA se ha implicado y nos hemos unido personas de distintas nacionalidades", agregan.

"Que durante esta pandemia se cambie al 86% del profesorado nos parece escandaloso"

Portavoz del Ampa de Landázuri