a mostaza blanca es un tratamiento ecológico y alternativo al uso de fungicidas químicos contra el pie negro, una de las enfermedades más importantes que afectan a la vid. Es una de las conclusiones de la tesis de Carmen Berlanas que, además, ha descrito dos nuevos hongos relacionados con esta patología que afecta al viñedo.

Desarrollada en el Instituto de las Ciencias del Vino, en el marco del Programa de Doctorado en Enología, Viticultura y Sostenibilidad, la tesis titulada New insights into the biology, ecology and control of black-foot disease in grapevine ha sido dirigida por David Gramaje y Enrique García Escudero y ha logrado la calificación de sobresaliente cum laude con mención internacional.

El trabajo estudia en detalle la biología y ecología de la enfermedad fúngica del pie negro de la vid -una de las patologías de la madera de la vid que más preocupación causa en el sector vitivinícola- y evalúa diversas estrategias para su control. Entre ellas destaca la fumigación con mostaza blanca (Sinapis alba), cuyo potencial efecto como biocontrol ha sido comprobado.

“Hasta ahora el principal control de la enfermedad se ha basado en productos químicos, cuyo empleo es cada vez más limitado debido a razones medioambientales y de salud humana, y en la termoterapia con agua caliente, cuya implantación como protocolo estándar en viveros no es sencilla”. Tras este estudio, la biofumigación con Sinapis alba, especie nativa de la zona geográfica del Rioja, se confirma como una alternativa prometedora al uso de fungicidas químicos.

La mostaza blanca es una planta de origen mediterráneo empleada como abono verde y también como cultivo industrial, por sus semillas. En la DOC Rioja ofrece la ventaja de ser autóctona y encontrase muchas veces en los propios viñedos o en campos próximos.