ando un nuevo paso en el desarrollo de las actividades de enoaventura, la marca que desarrolla Héctor Eraso en Rioja Alavesa y ha acondicionado un viñedo con solera con fines educativos. “He aprovechado la época del confinamiento como una forma de realizar alguna actividad, ya que soy muy inquieto. Me dediqué a acondicionar esta parcela, en la que veníamos realizando hasta ahora algunas de las experiencias de viñedo, picnics o vendimias”. De esa manera, ha creado un lugar utilizado para realizar visitas a viñedo y catas. Se ha ido transformado habilitando medios “para poder mostrar todas esas buenas prácticas que aconseja el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Calificada Rioja para que las uvas tengan la calidad de Rioja”.

Este lugar, un viñedo centenario en Lapuebla de Labarca, se ha transformado para “darle un enfoque más potente de aprovechamiento de la parcela para reconvertirla en un espacio dedicado a la biodiversidad y mantener el cultivo de estas viñas con todos los criterios de la sostenibilidad, como es la agricultura biodinámica, que es un paso más delante de la ecológica: usando productos cero químicos”.

Relata que todos los tratamientos que realiza en la parcela se realizan con productos preparados por él mismo, con hierbas que recoge, como una maceración de cola de caballo “que es buenísimo para combatir el mildiu”. Con ello combate las plagas, aunque este año, al ser el primero de mantenimiento biodinámico, y con la climatología tan extraña, “está siendo muy complicado. Y además porque las plantas estaban acostumbradas a los tratamientos químicos que se venden en los comercios de fitosanitarios y ocurre lo que le pasa a cualquiera que, si tiene dolor de cabeza, usa ibuprofeno y es el propio cuerpo el que lo termina pidiendo cuando comienza el dolor”.

Lamenta que “este año tenemos un mildiu histórico que está afectando muchísimo. Hay zonas de viñedos donde ya han perdido toda su producción”. Pero, “en mi caso voy a seguir poco a poco recuperando las propias defensas de las plantas y los recursos del suelo y lograr la necesaria biodiversidad que permita que de aquí a unos años la cepa se proteja a sí misma y con el apoyo de los preparados de extractos de hierbas”, como el de la cola de caballo, o la manzanilla para combatir el estrés hídrico, entre otras.

La idea que tiene Eraso es poder mostrar a los visitantes que hay una forma de mantener una viña con unos trabajos culturales diferentes a los que se están practicando desde hace muchos años: herbicidas para controlar la hierba, abonos químicos para fertilizar y demás. En su caso, como abono, está utilizando maceraciones de ortigas. O para el control de hierbas usa la desbrozadora.

De esta manera, en uno de los extremos de la parcela ha realizado la instalación de una compostera, donde reutiliza todos los restos vegetales que retira de la zona, “nunca restos de comidas, porque casi todos los alimentos tienen residuos químicos”, que va añadiendo poco a poco desde un saco enorme que se encuentra al lado junto con cantidades de estiércol de caballo. Tiene la suerte de tener el regadío muy cerca y por lo tanto puede almacenar agua en un depósito, que también tiene allí, que usa para las maceraciones de plantas que guarda en bidones para ir utilizando poco a poco, bien tapados “porque huelen fatal”.