as Juntas Generales de Álava, uno de los parlamentos más antiguos de Europa, se han visto obligadas a reinventarse prácticamente a diario desde que el coronavirus hiciera acto de presencia en el territorio a mediados de marzo. Durante estos meses, la Cámara alavesa ha reinterpretado su propio reglamento para abrir la puerta a los plenos telemáticos, ha ejercido de conejillo de indias para una nueva aplicación web que ahora otros parlamentos estatales quieren copiar y ha tenido que celebrar reuniones casi a diario, fines de semana incluidos. Y pese a todo, como explica su presidente, Pedro Elosegi, la experiencia vivida, y en la que todavía están embarcados, “ha sido dura pero bonita”, obligando a modernizar y revitalizar sobre la marcha la actividad diaria de la institución.

El legislativo alavés fue de hecho una de las primeras instituciones estatales en bajar la persiana de su sede, el 16 de marzo, aunque ya unos días antes, el día 11, la mesa de las Juntas -integrada por el presidente, dos vicepresidentes y dos secretarías- tomó la decisión de suspender el pleno que se iba a celebrar al día siguiente. “Hubo gente que no lo entendió”, recuerda ahora Elosegi sobre aquella decisión, aún en los primeros compases de la vorágine que estaba por venir.

Entre el cierre de la Cámara el 16 de marzo y su reapertura el 11 de mayo se celebraron doce reuniones formales de la mesa, cuatro de la junta de portavoces y otras doce de la comisión permanente, además de las comisiones telemáticas de los respectivos diputados forales para dar cuenta de la situación de cada departamento ante la pandemia del covid-19. El 20 de mayo se celebró el primer pleno de la era postcovid mediante un nuevo sistema de participación semipresencial, siendo también pioneros en poner en marcha un sistema de estas características. Dentro de la sala, los grupos junteros están representados físicamente por un número reducido de procuradores, mientras que el resto interviene por vía telemática.

Pero para llegar a ese punto, las Juntas tuvieron que recorrer un camino intermedio para implementar un novedoso sistema informático, diseñado por una empresa informática gallega, Séneca -la misma que gestiona la mediateca de la Cámara-, para la celebración de sesiones parlamentarias, adaptado de una aplicación previa ideada para la realización on line de juntas de accionistas.

“Había muchos sistemas disponibles, pero no nos daban las garantías de confidencialidad necesarias, así que nos ofrecieron esta aplicación y fuimos los conejillos de indias. Ellos nos ayudaban y nosotros a ellos al mismo tiempo. En cada sesión telemática teníamos a dos técnicos de Vigo conectados para ir viendo lo que fallaba y arreglarlo. Poco a poco fuimos funcionando bien y ahora hasta hemos recibido llamadas de otros parlamentos e instituciones, como el Ayuntamiento de Cáceres, para preguntar por el sistema”, explica el presidente de las Juntas Generales.

Pero las herramientas digitales no han sido lo único que la institución alavesa ha tenido que adaptar para poder continuar con la actividad durante el confinamiento y las primeras fases de la desescalada. También su reglamento interno ha tenido que ser “reinterpretado” por los miembros de la mesa para retomar las comisiones y plenos semipresenciales. “El reglamento dice que en los plenos es requisito indispensable la presencia de los procuradores, pero hemos entendido que la presencia puede ser física o telemática, porque cuando se hizo el reglamento poder estar presente por vía telemática era algo que ni existía ni se contemplaba”, apunta Elosegi.

Ahora, las comisiones se realizan con los junteros en dos salas diferentes. En la principal está presente un representante de cada grupo, y otros se sitúan en la renovada sala de prensa del edificio de la calle Vicente Goikoetxea. Ambas se conectan por circuito de televisión, con recesos para que unos y otros puedan alternar su presencia y proceder a la limpieza y desinfección de los puestos. En los plenos se ha implantado también un sistema semipresencial, con un máximo de 17 procuradores en el salón plenario y el resto entrando por viodeconferencia, con recesos cada dos horas para desinfectar.

La actividad en las Juntas continuará unas semanas más en estas condiciones pero, ¿cómo va a funcionar la institución en septiembre, con el inicio del nuevo curso? “En principio podríamos seguir funcionando así en septiembre, no tendríamos problema, pero aunque este sistema nos ha servido para salvar la situación, el parlamentarismo es otra cosa, y así pierdes un poco el misterio de las reuniones, el debate…”, subraya Elosegi.

Por eso, y dado que el salón de plenos, ubicado en el Palacio foral, “no nos permite mantener la distancia de seguridad entre los 51 procuradores, los diez diputados y los trabajadores”, las Juntas Generales se encuentran “buscando otras alternativas” para la celebración presencial de los plenos. Una alternativa que pasaría por trasladar su celebración al Palacio Europa. “De momento es una opción que hemos barajado, aunque tiene su coste económico, pero reúne todas las facilidades para que pudiéramos celebrar un pleno presencial”, sostiene el presidente de la Cámara alavesa sobre una posibilidad que de hecho ya barajaron para el final del curso actual, pero que en ese momento descartaron por el coste y la nueva aplicación que tenían en marcha, optando finalmente por el sistema semipresencial actual.

A la espera del inicio del nuevo curso en septiembre, las Juntas se afanan ahora por culminar el intrincado y atípico año legislativo vigente, marcado por el coronavirus. “Vamos a conseguir cerrar las sesiones con prácticamente todos los temas previstos tratados, aunque los grupos han ido derivando a comisión temas que iban a ir a pleno, porque hemos llegado a tener 45 asuntos pendientes para tratar en un pleno”, concluye Pedro Elosegi. Al final, ni siquiera el covid-19 ha logrado echar abajo una Cámara con más de 550 años de historia y que “gracias sobre todo al trabajo y la implicación de los trabajadores”, ha podido mantenerse activa día a día.