- La denominada por el Gobierno nueva normalidad ha llegado con el final del estado de alarma decretado en marzo para combatir la pandemia del coronavirus. Sin embargo, esta nueva normalidad todavía no se ha instalado en los autobuses urbanos de Gasteiz, que prestan su servicio al 60%, lo que está generando algunas quejas de usuarios en el buzón ciudadano, ya que la frecuencia de los viajes es, en general, cada 15 minutos y no cada 10 como antes del coronavirus.

A pesar de las críticas, el Ayuntamiento no tiene previsto que el transporte público de Tuvisa funcione al cien por cien por ahora. El gabinete Urtaran considera que, aunque la ciudad va retomando su actividad, todavía hay empresas, servicios y colegios cerrados, lo que implica una bajada de viajeros, que sitúa en estos momentos el nivel de ocupación de los autobuses en el 40%. "No consideramos oportuno recuperar las frecuencias al 100%", manifestó ayer la concejala de Movilidad, Amaia Barredo. La edil no respondió cuándo circularán los buses cada diez minutos, pero de sus explicaciones se desprende que será difícil que sea en verano, ya que la demanda cae en la época estival.

Una decisión contraria, por ejemplo, a la adoptada por el tranvía, que presta su servicio tal y como lo hacía antes del estado de alarma. El edil de Elkarrekin, Óscar Fernández, echó en cara al gabinete Urtaran que no haga lo mismo que Euskotren. Asegura el concejal que los vitorianos han vuelto a coger el coche para desplazarse por la ciudad, precisamente por culpa de las bajas frecuencias de los autobuses urbanos de Gasteiz. Barredo, por su parte, le recordó que la nueva normalidad no significa recuperar el cien por cien de todos los servicios ni en las mismas condiciones o con aforos completos como antes del estado de alarma.

Y es que, el peligro de contagio por el covid-19 existe y los expertos en salud indican que va a existir mientras no haya una vacuna contra el virus accesible para toda la población. En este sentido, la posibilidad de que surjan nuevos brotes de coronavirus o una segunda oleada de la pandemia en otoño ha llevado también al Ayuntamiento de Vitoria a habilitar nuevos métodos de pago con tarjetas para evitar contagios, que se pondrán en marcha el próximo año. Así, además de con la txartela BAT, los usuarios podrán abonar los viajes con tarjeta bancaria y teléfono móvil. Para ello, Tuvisa va a contratar el servicio software necesario. "Estos métodos son más seguros ante situaciones de crisis sanitaria como la del coronavirus", recuerda la sociedad municipales que gestiona los autobuses urbanos.

Los pagos sin contacto, esto es, sin dinero funcionarán en toda la flota, en las máquinas de venta automática del bus eléctrico (BEI) cuando empiece a funcionar y en los aparcamientos de vehículos gestionados por la sociedad Tuvisa. La inversión será de 290.000 euros e incluirá el mantenimiento del servicio durante cinco años. Cabe recordar que Tuvisa ya sacó el año pasado a licitación la instalación de las validadoras que harán posible dar este paso y que el Ayuntamiento espera instalar en noviembre en todos los vehículos de la flota.

La comisión de Movilidad y Espacio público de ayer sirvió también para poner sobre la mesa la denuncia del colectivo ciclista Bizikleteroak sobre los bidegorris que discurren por las aceras, como en la calle Bremen. Es un carril-bici con entradas y salidas por las aceras en un tramo en lugar de por la calzada, en sentido avenida los Huetos. Se trata de un bicicarril de doble dirección habilitado para enlazar con la zona industrial donde se ubica la fábrica Mercedes.

En respuesta a la crítica de Bizikleteroak, Barredo explicó que en los puntos donde no se ha podido llevar la bici por la calzada, por su alto coste y la complejidad de la obra, se ha subido a las aceras. No obstante, se trata de una acera ancha que no dificulta el paso de los peatones, señaló la concejala.

Y recordó que en estos momentos, el Ayuntamiento construye ocho kilómetros de bidegorris en Vitoria, que en su mayor parte discurren por la calzada.

Una vez escuchadas las explicaciones de la responsable de Movilidad, Elkarrekin sigue apostando por erradicar las aceras-bici, ya que "el camino no es que los ciclistas tengan que ceder el paso a los coches", opina el edil Óscar Fernández. "La solución para Vitoria no son las aceras-bici, así que no se escude en la seguridad de los ciclistas para recortar sus prioridades", pidió a Barredo. "Hay que ir acabando con las aceras-bici", concluyó.

Tampoco esta actuación de la calle Bremen gusta al PP, que respalda la denuncia de Bizikleteroak y considera que se trata de una "chapuza" como otras tantas que está ejecutando el gabinete Urtaran en los carriles-bici. "No me diga que una parte del bidegorri discurre por las aceras para prioriozar la seguridad de los ciclistas, lo que ustedes han priorizado con esta obra es su bajo coste", censuró el edil Alfredo Iturricha.

Félix González, de EH Bildu, en la misma línea señaló que se trata de una invasión de acera, una acción inacabada, hecha así por su bajo coste y para que los ciclistas puedan ir hasta la Mercedes evitando los Huetos, que es una calle más transitada. "Hay que evitar que las bicis circulen por las aceras", subrayó.

En otro orden de coas, el Ayuntamiento de Vitoria no sabe aún cuándo finalizarán las obras del bus eléctrico (BEI) en Vitoria ni cuánto costarán finalmente. En principio estaba previsto su fin en diciembre, pero la pandemia paralizó las obras y las tramitaciones y, ahora, el Consistorio está modificando el contrato, según explicó ayer la concejala jeltzale Amaia Barredo, que evitó concretar plazos cuando le preguntó el PP.

Aceras-bici. PP, EH Bildu y Elkarrekin respaldan la denuncia de Bizikleteroak respecto al carril-bici de la calle Bremen y piden al gobierno acabar con las aceras-bici. El gabinete Urtaran recuerda que allí donde se puede los bidegorris discurren por la calzada y sólo se adentran por las aceras en tramos donde la obra por la calzada sería compleja y costosa.

BEI. El gabinete Urtaran no da fecha aún para el fin de las obras del bus eléctrico ni avanza cuánto será su coste final.