las 10.00 horas se recibirá en el 112 una llamada telefónica de un agricultor informando de que mientras cosechaba cereal su cosechadora ha cogido fuego. Ha logrado sacar la máquina y extinguir las llamas del vehículo, pero no ha podido sofocar el incendio del cereal. Indica que se encuentra junto a Maxam en Iruña de Oca y que el fuego va hacia Mandaita. Así comenzará el día 23 la jornada para los servicios de emergencia de Álava, fecha en la que junto al 26 de este mismo mes tendrá lugar un simulacro de incendio forestal en las inmediaciones de Ollávarre, organizado por el Departamento de Seguridad del Gobierno Vasco. El objetivo de dicho simulacro será analizar y aplicar las medidas de mejora necesarias en relación a los procedimientos de información, comunicación e intervención en incendios forestales.

En este operativo intervendrán aviones de lucha contra incendios del Ministerio de Agricultura, con base en Agoncillo, La Rioja, junto a personal de la dirección de Atención de Emergencias y Meteorología del Gobierno Vasco y funcionarios del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Y como no podía ser menos, allí estarán los Bomberos de Álava, concretamente las dotaciones del parque central de Nanclares de la Oca y los Bomberos del Aeropuerto de Vitoria-Gasteiz. Asistirán, como observadores, personal de los servicios de Montes de las tres diputaciones vascas y de la Comunidad Autónoma de La Rioja y del Servicio de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamento de Gipuzkoa, Bizkaia, Vitoria-Gasteiz, Donostia y Bilbao.

El operativo comenzará a las 9.00 horas aproximadamente, momento en el que se realizará un briefing del ejercicio en el Parque de Bomberos de Nanclares. Desde allí se desplazarán los recursos hasta la zona del inicio del incendio forestal donde se dará comienzo al ejercicio una hora después. Desde ese momento quedarán instalados botes de humo en la cabeza del incendio para su correcta visualización por parte de los medios aéreos.

En el simulacro se pondrán a punto las comunicaciones, la homogeneización de la información para la comprensión por parte de todos los participantes y los movimientos que debe realizar cada unidad para apagar el incendio. Una vez finalizado el ejercicio, se hará una puesta en común para valorar el resultado y adecuar lo que se pueda ajustar.

En 2008 se realizó en Lagrán un simulacro de accidente de una avioneta. En aquella ocasión la iniciativa partió de DYA Álava y en ella participaron alrededor de 50 efectivos de Asparrena, Alsasua, La Rioja y Vitoria, ya que aún no existían los Bomberos de Álava. Hace dos años los servicios de emergencias de la Diputación Foral de Álava, del Gobierno Vasco y del Ministerio de Agricultura se pusieron en alerta ante un simulacro de incendio ocurrido en el Nacedero, en Sierra Cantabria.