- Cada vez son más las empresas que piden a sus empleados que se hagan las pruebas del coronavirus. Un ejemplo de ello son los árbitros de fútbol o los trabajadores de automoción que han pasado por la clínica ginecológica Askabide de Vitoria, que comenzó hace dos semanas a realizar test rápidos y pruebas PCR para saber si se ha pasado o no el covid-19. Tal y como afirma su director, Igor Eberdin, empezaron hace poco, ya que no les suministraban pruebas suficientes. "El Estado lo primero que hizo fue incautar todos los reactivos que se podían para utilizarlos tan solo en hospitales y en centros públicos", añade. De esta manera, la clínica vitoriana durante un largo tiempo no pudo hacer los test ni las pruebas PCR, ya que no fueron provistos de los materiales para ello hasta hace dos semanas, pese a ser un centro concertado con la Seguridad Social. "Desde el momento que hemos empezado a cambiar las fases es cuando hemos empezado a tener cada vez más. Con el cambio de una a otra, durante la desescalada, es cuando se ha empezado a dejar hacer. En la fase 1, por ejemplo, se exigía a los ambulatorios hacer las pruebas PCR a cualquier persona sintomática en 24 horas", recalca. Pese a todo, en la clínica ginecológica llevan dos semanas realizando tanto test rápidos como pruebas PCR para detectar si se tiene o no el coronavirus y para saber si se ha tenido. Todo ello, ha sido posible "desde el momento que se nos ha suministrado todo el material necesario".

Los test rápidos tienen un coste de 25 euros, mientras que la técnica Elisa que es lo mismo pero en laboratorio, vale 40 euros y la prueba PCR en estos momentos tiene un coste de 120 euros; aunque "estamos pensando en bajarlo a 80 en cuanto un suministrador nos proporcione otro reactivo". Además, como novedad esta semana y dentro de la normalidad que con la desescalada se quiere lograr, han tomado la decisión de incluir los test rápidos dentro de las pruebas ginecológicas que realizan por un coste de 100 euros, el mismo precio que si no se realizase. "Creemos que más compañeros irán incluyendo los test rápidos dentro de las pruebas que se hacen y más sabiendo que tendremos que hacerlas durante un periodo largo de tiempo hasta que se encuentre la vacuna", confiesa Eberdin.

En esta clínica vitoriana básicamente realizan tres tipos de pruebas. Está la prueba PCR, que es el único método valorado como valor diagnóstico, pero que solo informa "si lo tienes en ese momento y nunca te podrá decir si lo has pasado o no". Por otro lado, tienen el test rápido y la técnica Elisa que sí te indican si lo has pasado o no. Los test rápidos son capaces de ofrecer los resultados en 10 o 15 minutos, y "para que la gente lo entienda es como una prueba de embarazo. Sacamos sangre, la diluimos con un radiactivo y en 10 minutos te dice los resultados de IGG y de IGM". La técnica Elisa, por su parte, en cuanto a la información que ofrece es exactamente la misma, siendo la única diferencia la sensibilidad de cada uno de los métodos. "La que se hace en laboratorio y con máquinas es mucho más sensible que la otra, pero ésta te da el resultado antes del periodo de ventana, es decir, el tiempo que transcurre desde que coges una enfermedad o virus hasta que una analítica es capaz de analizarlo", indica el director de la clínica alavesa. En cuanto a la técnica Elisa, es capaz de informar de si una persona ha pasado o no la enfermedad del coronavirus en base a menos anticuerpos, mientras que el otro método necesita de más cantidad de ellos y más tiempo para lograr los resultados. En definitiva, tanto un método como el otro ofrecen resultados iguales y con fiabilidades altas, teniendo la única diferencia en los procedimientos usados en uno y otro.

Hay dos razones principales por las que uno puede hacerse la prueba. La primera es por mostrar síntomas y por ello, desde la clínica recomiendan ir a los ambulatorios, ya que allí tienen la obligación de hacer el test que dirá en poco tiempo si tienes coronavirus o no. Por otro lado, existe un segundo motivo por el cual acude mucha gente al centro gasteiztarra y es la necesidad de saber si lo han pasado o no. Esto, a su vez, se da de dos maneras, ya que puede ser de manera individual o por petición de algunas empresas que en la vuelta al trabajo quieren saber la situación de sus trabajadores. "Para ello, se ponen en contacto con nosotros y eligen la prueba que quieren hacerse", afirma Eberdin. En este sentido, "está acudiendo mucha gente a realizarse las pruebas de manera individual, aunque la gran mayoría están siendo acuerdos con empresas que están viniendo de manera masiva. Por citar algún ejemplo, hemos tenido árbitros de fútbol o trabajadores de automoción, entre otros".

Tal y como indican desde esta clínica ginecológica, hace dos semanas comenzaron a realizar los primeros test o pruebas, pero son conscientes de que ha sido posible gracias al buen hacer de la ciudadanía durante el estado de alarma. Apelan a seguir trabajando "igual o mejor" y a ser responsables en cada cambio de fase, ya que son conscientes "de que las pruebas tendremos que hacerlas hasta encontrar la vacuna para el coronavirus", concluye su director, Igor Eberdin.