- Jon Atxa y Denisia Carculea, la joven pareja que se ha hecho con las riendas de la casa-bar-restaurante en que ha convertido el Ayuntamiento de Llodio la antigua casa cural del entorno de Santa Lucía, estaban ayer tan nerviosos como ilusionados. No era para menos, ya que estaban a punto de abrir, por primera vez, las puertas de la que va a ser su casa durante, por lo menos, los próximos diez años.

"La incertidumbre está ahí porque es un momento complicado para la hostelería, pero es más fuerte la emoción que sentimos por sacar este proyecto adelante, aunque haya tenido que ser con todas las limitaciones que ha traído consigo la pandemia, y de las que no queremos ni hablar. Toca pensar solo en positivo, reinventarse, tirar de creatividad y ver oportunidades donde solo se ven problemas", resumía Carculea, nacida en Rumanía hace 31 años y perteneciente a la primera promoción del Basque Culinary Center, graduada en 2016.

Su compañero, laudioarra y de 27 años, tampoco se queda atrás en experiencia hostelera. "Nos conocimos en Donostia y llevo cinco años fuera de Llodio en varios proyectos gastronómicos. El último, un restaurante en Bucarest con producto rumano y técnicas vascas, pero decidimos venderlo antes de Navidades y tomarnos un descanso, tras dos intensos años, cuando de visita a mis padres en Llodio nos hablaron de lo que había hecho el Ayuntamiento en Santa Lucía y nos animamos a verlo. Bastaron tres horas para convencernos. No nos habíamos sentido tan libres y tan a gusto en mucho tiempo. Así es como decidimos presentar nuestro proyecto al concurso abierto y lo ganamos", explica Atxa.

Kumeak (crías, cachorros en euskera) no va a ser el típico bar o asador de montaña, sino una experiencia hostelera más humana, que aunará excelencia gastronómica, con ocio, cultura, ecología y cercanía. "Nuestra intención es que el cliente se vaya de nuestra casa con una sonrisa y con la sensación esa de ¡pero qué bien hemos estado ahí arriba!", aporta Carculea.

Para ello, proponen un modelo gastronómico bajo carta, basada en cocina casera complementada con cocina vanguardista y cocina de autor, vinculada siempre al producto de proximidad y la puesta en valor de platos típicos de la gastronomía local. Lo que implica trabajar con producto local fresco y carnes procedentes de ganadería sostenible. Asimismo, Kumeak cuenta con una terraza, que ha sido preparada para poder comer en plan picoteo o realizar alguna consumición; además de un espacio chill out de esparcimiento y estancia, con zonas que contemplan áreas de juego o hamacas, entre otras.

El servicio se completa con un espacio de tienda gourmet y de degustación de productos típicos locales. "Tenemos que apoyar al pequeño baserritarra local y más ahora que tienen tanto producto en stock y nosotros tampoco podemos movernos mucho en busca de proveedores externos", matiza.

Por su parte, Atxa añade que "hemos venido a dar caña al valle de Ayala, un gran desconocido para el turismo en Euskadi, a parte de a convertirnos en el revulsivo hostelero que necesitaba el entorno de Santa Lucía, con todos los hallazgos arqueológicos que se están dando justo aquí en frente, en el Santuario de Nuestra Señora del Yermo, o las interesantes rutas de montaña por el Cinturón de hierro de nuestro entorno".

En este sentido, ya están en contacto con guías turísticas de las capitales vascas para atraer grupos de visitantes "ofreciéndoles paquetes de experiencias de una o varias jornadas en el valle, que también engloben nuestras txakolinerías, queserías, agroturismos, iconos naturales como la peña de Orduña o la cascada del Nervión en Delika, o el Parque Lamuza de Llodio. En definitiva, hacer comarca, que Aiaraldea se conoce muy poco y tiene mucho que ofrecer", matiza.

Atxa también baraja invertir en bicicletas "para ofrecer rutas por la zona", entre otras actividades de fomento de la ecología como "quedadas para recoger basura tirada en el monte y premiar a los participantes con una buena paella o similar", adelanta. Y es que ganas e ideas a esta pareja no les faltan pese a que tenían que haber inaugurado el pasado 19 de marzo y que, el coronavirus, les ha hecho perder grandes oportunidades de negocio.

Covid-19. La pandemia ha impedido a Kumeak disfrutar, por ejemplo, de atender la llegada de una de las etapas de la Itzulia (7 de abril), así como al numeroso público que sube cada año a la fiesta de Santa Lucía (25 de mayo). Con todo, su apertura ha sido bien recibida y recompensada a tenor de las reservas. "Este mes tenemos todo el comedor ocupado para comer o cenar, pero siempre podéis venir a visitarnos, por favor, que os atenderemos con mucho gusto en nuestra terraza", sentencian.