Vitoria. Hubo un tiempo en el que teníamos otras preocupaciones. Las portadas de DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA reflejaban el empate agridulce del Alavés contra el Leganés, la manifestación del 8 de marzo, la presentación de la oferta musical de la plaza del Machete para la Virgen Blanca y, como no, las múltiples iniciativas de cada rincón del territorio.

Noticias que fueron modulándose en intensidad para dejar paso a lo que hasta entonces habíamos oído hablar como algo que ocurría lejos, en China. El covid-19 había llegado a Vitoria-Gasteiz y el hospital de Txagorritxu comenzaba a registrar las primeras muertes. Los colegios se cerraron y, de alguna manera, también echamos el cerrojo a nuestra vida periodística anterior, la vida ordinaria quedó confinada y, con ella, el coronavirus logró algo casi imposible en tiempos actuales: que un único tema haya sido protagonista indiscutible del día a día.

El covid-19 lo ha cambiado todo. Nuestra forma de relacionarnos. Nuestra forma de entender la vida.

Así lo recoge este suplemento, que quedará, sin embargo, también como un recuerdo de que muchos ciudadanas y ciudadanos fueron capaces de sacar lo mejor de sí mismos para luchar contra una pandemia. Para hacer más llevadera con las trufas de Lorea, por ejemplo, las largas horas de trabajo de sanitarias y sanitarios. Para poder leer nuestro periódico de manera gratuita en los hospitales. Para hacer mascarillas. Para reconvertir la actividad empresarial. Para no abandonar a los y las alumnas. Para echar la persiana por obligación y volver a levantarla. Para no olvidar la cultura. Para reivindicar el espíritu festivo. Para tejer redes de ayuda.

Para sobrevivir, en definitiva, a una nueva realidad de la que, como aseguraba el doctor Ignacio López Gil en una entrevista que hemos recuperado para su lectura, "sólo nos sacará la ciencia". Que así sea. Y, confiemos, que sea pronto.