- El Ayuntamiento de San Millán ha decidido aplazar hasta 2021 la ampliación de su itinerario muralístico municipal. "Este año el mural se ha suspendido. Todavía no estaba decidido dónde se iba a realizar, pilló el confinamiento en el período de solicitud", explican fuentes municipales.

La pintura, y más concretamente el muralismo, se ha convertido en San Millán-Donemiliaga en una herramienta para unir pueblos y acercar distancias. El proyecto se inició en 2010 y existen un total de nueve obras en el municipio con el objetivo de recuperar elementos culturales, geográficos y tradiciones que pudieran quedar reflejados y disponibles a la vista del público en general. Desde que se pusiera en marcha esta iniciativa se realiza en verano en un espacio público perteneciente a una de las quince localidades que conforman el municipio.

Los murales colaborativos de San Millán son fruto de un proyecto a largo plazo que pretende traer las experiencias de arte público colaborativo al medio rural. Con el fin de crear monumentos pictóricos en el ámbito rural se persigue objetivos como la convivencia entre pueblos de un mismo municipio, la transformación de espacios públicos y la conservación de la cultura rural a través de intervenciones contemporáneas. Además ofrece una actividad lúdica y cultural en la que los vecinos pueden participar juntos. Los talleres se componen de personas de distintas edades, de personas nativas del pueblo y nuevos vecinos.

El proyecto de muralismo público también anhela buscar la cohesión social e implicación cívica a través del arte y la creatividad. Todo ello a través de conocer y practicar diferentes técnicas de las artes plásticas relacionando a sectores de la población de diferentes edades, oficios y procedencias. Una actividad, ya consolidada con el paso de los años, que trata conseguir la participación intergeneracional como oportunidad para acercar vivencias y opiniones, reflexión sobre el tema o los temas que se pintan en el mural, la regeneración de espacios, entre otros.

El proyecto está coordinado por Verónica Werckmeister, quien tiene un amplio recorrido en el desarrollo de este tipo de iniciativas. A comienzos de año se convoca a las localidades que no han realizado mural para que soliciten la realización del mismo. Entre las solicitudes presentadas se hace un sorteo eligiendo la localidad que ese año acogerá la realización del mural. Posteriormente se realiza una presentación en el pueblo donde se ha decidido pintar el mural con el objetivo de implicar a los vecinos en la realización del mismo "ya que lo más interesante del proyecto es, sin duda alguna, que las personas participantes sean protagonistas de un trabajo cívico creativo y colectivo para que adquiera todo su valor de significado".

Una vez realizada la presentación se lleva a cabo un taller teórico-práctico de muralismo destinado a todos los sectores de la población, del que saldrá una idea de la composición del mural para su posterior plasmación en la pared elegida a tal efecto. "Los vecinos de los pueblos se vuelcan en los proyectos, que tienen carácter intergeneracional, ya que participa gente de todas las edades; desde los más pequeños a los vecinos más mayores. Todos disfrutan del proceso creativo", explican los promotores de la idea.

En el municipio de San Millán el muralismo colaborativo comenzó en Ordoñana. El deporte y la cultura fueron el tema elegido para el mural ubicado en el frontón, a la entrada del pueblo. Unas enormes abarcas tradicionales enganchadas a la pared sorprenden desde la distancia. Abajo, la tela de la falda tradicional de la zona. Dentro de los cuadros de la falda se pueden apreciar detalles sobre la vida del municipio, además de las creaciones de los participantes más pequeños.

Los inicios. La iniciativa comenzó en Ordoñana en 2010, en el exterior del polideportivo. Un año más tarde San Román de San Millán rindió tributo al trabajo del campo y a los diferentes juegos tradicionales, mientras que Adana pintó en su bolera los cambios que el paso del tiempo ha provocado en el pueblo. En 2013, el depósito de aguas de Okariz fue engalanado con una alusión a la naturaleza cambiante a través de las estaciones. La temática se repitió en 2014 en Narbaiza en su depósito de aguas.