Al poco de regresar de la expedición ártica emprendida en Noruega junto a seis compañeros, que ya son amigos, el vitoriano Javier Rojas (primer español en realizar una aventura de estas características sin barras direccionales) tuvo que confinarse, como el resto de ciudadanos, debido al coronavirus.

El recuerdo que este afiliado a la ONCE y deportista guarda de su travesía, sin embargo, es lo que le está ayudando a sobrellevar la situación, el no poder salir tanto como le gustaría. "Es que hay que pensar que lo de quedarse en casa es por los demás, no sólo por uno mismo. Es un beneficio para todos", reconoce.

Lleva el deporte en la sangre y le cuesta estarse quieto. Por eso, asegura que a veces "me subo un poco por las paredes", pero también ha encontrado actividades para entretenerse en casa, ya que no puede desarrollar en estos momentos otra faceta que le gusta, la del goalball, el único deporte paralímpico creado específicamente para personas ciegas y con discapacidad visual.

Recuerda que las últimas actividades que hizo en el exterior antes de que se declarara el estado de alarma fueron la competición de goalball que tenía programada a su vuelta de Noruega con el equipo Hamaika y una marcha a Isaba con unos compañeros de la ONCE. Además, en estos momentos, sigue haciendo deporte en casa y se entretiene con diferentes actividades, como el parchís, las cartas o las clases de zumba a las que accede a través de YouTube. "Lo importante es no dejar de hacer cosas, tampoco ahora", explica, al tiempo que añade que "en estos momentos estamos seis personas en casa, así que actividad tengo bastante".

También escucha más audio libros que de costumbre. Al fin y al cabo, la ONCE anunció hace unas semanas que había recopilado una amplia variedad de propuestas culturales, educativas y de ocio, todas ellas de carácter accesible, para que las personas ciegas puedan mantenerse activas durante los días de confinamiento. Todas ellas están, además, recogidas en la denominada Guía de recursos de ocio en cuarentena #YoMeQuedoEnCasa, disponible a través de ClubONCE, una web de acceso exclusivo para usuarios ciegos. En esa guía, que abarca varias temáticas como cine y televisión, música, museos, lecturas, aprendizaje o deporte se incluyen iniciativas propias de la organización, como la biblioteca digital con, aproximadamente, 60.000 títulos o la videoteca Audesc, con gran cantidad de series y películas audio escritas para su disfrute.

Sin duda, una de las cosas que más le gustan a Javier Rojas es la montaña. En el caso de la expedición ártica en Noruega ha sido pionero a nivel estatal al ser la primera persona ciega que la realiza sin barras direccionales, sin bastón y sin perro, porque en esta ocasión tampoco le pudo acompañar su amigo Luik, que a su vuelta a casa le recibió con gran alegría. "Si estoy llevando bien esto del confinamiento es porque todavía tengo el regustillo de Noruega", incide. "Para mí fue impresionante. Me lo pasé súper bien y me sentí libre; hacía tiempo que no me sentía tan libre", rememora.

Una de las cosas que más valora de la expedición es poder andar solo y la libertad de no tener miedo. "Te sientes pequeño con lo grande que es aquello. El lago en el que estuvimos parecía un mar", ilustra. También le apena el hecho de que con el estado de alarma, los planes que tenían para emprender en las próximas semanas y meses se han quedado sin hacer, aunque reconoce que en estos momentos "lo importante es solucionar lo que está ocurriendo". Además, adelanta que "se está hablando de hacer una travesía por el mar Báltico, con esquíes y todo congelado. Eso está en el aire, ya se andará", confiesa.

En cuanto a la travesía realizada, para emprender una de las mayores aventuras de su vida, salió el 20 de febrero de Barcelona, llegó a Oslo, pasó noche allí y a la mañana siguiente llegó con todo el equipo a la estación. Allí empezó una de sus primeras odiseas. El equipo tenía previsto ir directo a Finse, donde iniciaría su aventura en el parque natural Hardangervidda, con una superficie de 8.000 kilómetros cuadrados y una altitud que ronda los 1.100-1.400 metros. Sin embargo, las condiciones meteorológicas se lo impidieron. Por eso, fueron a Geilo, una localidad del municipio de Hol, en el valle de Hallingdal, y allí pasaron dos días en el bosque y aprendieron, por ejemplo, a hacer fuego. "No es como en las películas, se tarda mucho más", reconoce.

Explica, además, que este cambio de planes les vino bien porque aprendió a montar y desmontar el campamento, a andar con raquetas, etc. "Fue como una especie de entrenamiento". Cuando mejoraron las condiciones en Finse e iban a coger el tren (el único medio de transporte en invierno para llegar hasta allí) descubrieron que no había tren porque había sido sepultado por la nieve. Entonces, decidieron quedarse en Geilo en un hotel donde pasaron la noche, y ya al día siguiente se montaron, finalmente, en el tren rumbo a Finse. Una vez allí, cumplieron con los planes previstos e incluso subieron a un glaciar. "Yo había veces que creía que estaba viendo porque me lo estaban contando todo y me hicieron sentir uno más", asegura. "Me llenó por dentro. Me he llevado de todos ellos, de Josu, José, Alfonso, Pepe, Chus y Javi recuerdos muy agradables".

Ahora, a la espera de que surjan nuevas actividades y de que todo vuelva a la normalidad, "esperemos, lo antes posible", Javier se entretiene con estos recuerdos que le han dejado "tan buen sabor de boca", con las amistades que ha reforzado en esta travesía y con el tiempo que está compartiendo con su familia y amigos porque, como asegura este deportista, "lo importante es tener cosas que hacer para ocupar el cuerpo y la mente", confiesa Rojas, que ya ha empezado a pasear en los momentos del día en los que el confinamiento lo permite en esta fase 0 de la desescalada.

Bibliotecas

-Biblioteca digital. La ONCE anunció que había recopilado una amplia variedad de propuestas culturales. Una de ellas es la biblioteca digital, que cuenta con aproximadamente 60.000 títulos.

-Videoteca Audesc. En la web ClubONCE, de acceso exclusivo para usuarios ciegos también se encuentra, además de la biblioteca digital, la videoteca Audesc, con gran cantidad de series y películas audio descritas.

"Me sentí libre; hacía tiempo que no me sentía tan libre"

Javier Rojas, deportista y afiliado a la ONCE describe así la expedición ártica que emprendió a finales de febrero junto a seis compañeros. Se convirtió en pionero a nivel estatal al realizarla sin barras direccionales.