- La mala situación que ha generado el cierre de la hostelería y la supresión de la libertad de movilidad que mantiene clausurado al sector turístico ha producido daños muy graves en el sector bodeguero, hasta el punto que, desde hace muchas semanas, hay firmas que no han podido vender ni una botella de vino, como vienen denunciando las organizaciones y los empresarios.

De la queja a la toma de decisiones drásticas había solo un paso y así se vio ayer cuando una carta de Bodegas Marqués de Cáceres, de Cenicero, a unos viticultores de Baños de Ebro les comunicaba que "lamentándolo mucho, nos vemos en la necesidad de anunciarle la decisión de no recibir las uvas de su producción en nuestra bodega en la próxima vendimia de 2020".

Explica en la misiva el director general de la bodega, Felipe Aizpún, que los motivos de esta decisión "no son otros que la fuerte crisis en el sector desatada por la pandemia de covid-19 y las medidas decretadas por el Gobierno de nuestro país y de muchos otros países a los que exportamos nuestros vinos. Todo ello ha provocado una súbita y fuerte contracción de la demanda de vinos que nos obliga a reordenar nuestras previsiones de suministro de vinos y uvas para la próxima campaña".

Al margen de una importante presencia de Marqués de Cáceres en el mercado de exportación. "el cierre total de los establecimientos de hostelería ha supuesto el cese inmediato de los servicios a una parte muy importante de nuestra clientela, y, asociado a ello, la suspensión inmediata de muchos de los pagos de nuestros clientes en los vencimientos de estos meses ante la imposibilidad por parte de nuestros distribuidores de cobrar a su vez a bares, restaurantes y hoteles.

A ello se suma que "el carácter mundial de la pandemia hace que las medidas de cierre de los establecimientos de hostelería se vayan extendiendo paulatinamente por todos nuestros mercados en el extranjero con efectos que serán desiguales en la magnitud y en el tiempo a lo largo de todo el año".

Con esa situación, Marqués de Cáceres reconoce que las ventas de 2020 sufrirán "un retraso importante que generará excedentes imprevistos de vinos" y provoca un escenario que "nos obliga a reducir de manera sensible nuestras compras y elaboraciones en la próxima vendimia". Y lo peor es que esa realidad no solo afecta a una bodega, sino que "las consecuencias de la situación que padecemos son generales y similares para el resto de operadores de la zona".

La carta enviada finaliza transmitiendo el pesar "por tener que tomar esta indeseada decisión y queremos agradecerle la confianza depositada en nuestra bodega en todos estos años. Confiamos en que, en un futuro próximo, podamos retomar las relaciones comerciales".

Fuentes del sector han comentado que esta carta se conoció en Baños de Ebro el pasado lunes y podría afectar a más viticultores, incluso en Labastida, con los que se mantienen contratos que se renuevan año tras año. De momento, Marqués de Cáceres mantiene su contrato de larga duración con la cooperativa de Cenicero, que está integrada por agricultores de esa localidad pero también de otros pueblos de Rioja Alavesa.

2020

Marqués de Cáceres anuncia esta decisión de no recibir las uvas en su bodega en la próxima vendimia de 2020. Un año en el que cree que las ventas tendrán "importante retroceso".