El final de la Semana Santa trajo a Gasteiz imágenes ya conocidas a lo largo del último mes de confinamiento, con calles prácticamente desérticas, controles policiales para cumplir con los preceptos del real decreto del Gobierno central, largas colas frente a panaderías, estancos y farmacias, y personal municipal de limpieza trabajando a destajo para mantener la trama urbana gasteiztarra limpia y desinfectada para seguir luchando contra la propagación de una pandemia que ya ha cambiado a la sociedad alavesa.