l confinamiento y la incertidumbre de no saber realmente qué ocurrirá de aquí a varios meses mantiene a las parejas en vilo. Quienes tenían previsto casarse en mayo aún no saben a ciencia cierta si podrán hacerlo y si, de hacerlo, podrán mantener el número de invitados que tenían previsto en un principio.

Sin embargo, las bodas no son las únicas celebraciones que se encuentran en esta situación. Los bautizos permanecen en estado de letargo y el Obispado ha recomendado trasladar las comuniones a septiembre.

Desde el Obispado de Vitoria, José Antonio Rosado recuerda que en Cuaresma y Semana Santa no se ofician bodas, que nunca se han celebrado. "Las que vayan a venir más adelante de momento se mantienen salvo orden gubernamental, pero ya han llamado algunos novios a preguntar y salvo orden última la intención es seguir adelante", resalta.

En los restaurantes, ahora cerrados, también esperan que la situación cambie pronto y puedan retomar su actividad. Algunos, como El Reservado, enviaron un comunicado a través de redes sociales anunciando que hasta que pase la cuarentena permanecerán cerrados y que, por tanto, todos los actos que tenían previstos para estas fechas quedan cancelados.

Jorge, el director, reconoce que su deseo es que concluya lo antes posible y para ello la gente debe estar aislada. "Tenemos que respetar lo que nos digan, ya que no hay vacuna y no se la espera a corto plazo, y la única posibilidad ahora es aislarnos. Cuanto antes se ejecute todo esto, antes pasará este virus", asegura.

Todos ellos, restaurantes, fotógrafos, tiendas de vestidos, etc. se están viendo afectados por el virus, y por eso confían en que cumpliendo las directrices del ministerio todo pase lo antes posible.

En Vitoria, en la tienda de vestidos de novia Silvia Lavín, Nieves explica que se ha pospuesto todo. "Estamos cerrados, osea que no tenemos ninguna venta, todas las citas se han pospuesto".

Esta modista tampoco sabe qué ocurrirá con las bodas de mayo. "Las clientas no nos han dicho si se casan o no, estamos a la espera", comenta. A la espera también se encuentra, por ejemplo, el fotógrafo Asier Arriba, que adelanta que a ellos por el momento no les han cancelado nada pero que la gente de mayo "todavía no sabe si aplazar o no y están esperando a ver qué pasa".

Este fotógrafo, además, participó en una boda celebrada el primer fin de semana de marzo, justo antes de la cuarentena. Cuenta que se celebró con normalidad, y que la próxima le espera a mediados de mayo, aunque no sabe si finalmente se oficiará.

"Va a pasar la cuarentena pero tampoco sabemos si va a haber una boda con todos los invitados que querían, y nosotros lo tenemos todo un poco parado y a la espera de ver qué pasa", comenta.

Al fin y al cabo, todos ellos están haciendo lo mismo; esperar y estar atentos a las decisiones que el ministerio vaya tomando diariamente para adecuarse a la situación de cada momento. Aunque una de las mayores preocupaciones de estos profesionales es la de las pérdidas económicas que vaya a ocasionarles la cancelación de estos eventos, porque "nuestra principal fuente de ingresos son bodas y comuniones".

El obispado adelanta que es "posible" que la cuarentena se vaya a alargar y que de ser así, cuando llegue el momento habrá que prolongar el confinamiento. "No queda otra", y Asier, el fotógrafo añade que "comuniones, por ejemplo, imaginamos que se cancelarán o se atrasarán y bodas tenemos la esperanza de que se pospongan a noviembre pero que se hagan este año".

Al fin y al cabo, desconocen qué es lo que ocurrirá en un futuro próximo, y las parejas que acuden a ellos lo hacen con esa misma incertidumbre. "Todas las citas de ventas y demás se han cancelado, pero las de mayo tendrán que decirnos si se casan o no", establece Nieves.

Con ella coincide Asier, que dice tener miedo de que aunque pase la cuarentena se siga limitando el aforo. "De momento no se nos ha cancelado nada, pero ni los propios novios saben qué van a hacer. Esperemos que para finales de este mes, principios de abril podamos saber qué va a ocurrir, al menos, en mayo".

Respecto al cierre y las cancelaciones de El Reservado, Jorge asegura que nadie ha puesto ningún inconveniente porque "estamos obligados a acatarlo, es de fuerza mayor". Como recuerda además José Antonio, de la diócesis, "se están haciendo llamamientos a que obedezcamos las indicaciones del ministerio, de los sanitarios y a que estemos en calma".

A estas palabras se suma el propio obispado, que hace su propio llamamiento a las personas creyentes a que hagan más vida en familia y que aprovechen para hacer más lectura, más reposo, y llevarlo con tranquilidad y con calma, "que confíen en que esto se va a solucionar".

Todos ellos esperan, al fin y al cabo, que la situación se solucione pronto para, lo antes posible, recuperar su estado habitual. "Esperemos que se solucione pronto, porque si no a ver qué van a hacer las pobres novias", concluye Nieves.

Eventos. Los locales destinados a eventos como bodas, bautizos y comuniones han cerrado temporalmente sus puertas por el coronavirus.

Novios. Aquellas personas que se iban a casar en meses como mayo mantienen la incertidumbre de si podrán hacerlo o, por el contrario, tendrán que posponer la fecha prevista para este evento.

La modista de la tienda de vestidos de novia Silvia Lavín explica que todas las citas se han pospuesto y que desconoce lo que ocurrirá con las bodas previstas para mayo.

Este fotógrafo de bodas asegura que todavía no les han cancelado ningún evento previsto para mayo, pero que muchos novios están esperando a ver cómo se desarrollan los acontecimientos.

El director de El Reservado cuenta que todo el mundo comprende que "la situación es la que es".