- Las producciones de los pequeños agricultores o elaboradores artesanales de alimentos que se comercializan directamente en establecimientos, o en el Mercado de Abastos de Vitoria, tienen garantizada la salida por esa vía. Pero los que acuden a los mercadillos de los pueblos han visto cerrada esa puerta, porque si bien el decreto deja abierta la posibilidad, la realidad es que el resto de restricciones de movilidad ponen en entredicho la seguridad de las personas. Y a esa seguridad se han agarrado en los ayuntamientos para pedir un poco de paciencia. Así lo contaba el alcalde de Valdegovía, Juan Carlos Ramírez, al confirmar que no se celebrará el mercadillo mensual de primer domingo de cada mes en Villanueva de Valdegovía. A lo largo de la semana se han realizado muchas gestiones para ver la forma de que los productores locales pudieran dar salida a sus producciones. Pero al final, después de barajar muchas posibilidades, incluida la de realizar el mercadillo en el exterior, delante de la fachada del ayuntamiento, y disponiendo pasillos de acceso con cintas, primó la seguridad. "En esta ocasión la venta deberá ser por internet o teléfono y los productores se encargarán de llevarlo a quienes les realicen encargos. Pero celebraremos el mercadillo lo más pronto que podamos, cuando lo permita el levantamiento del confinamiento", contaba el alcalde. De hecho, los envíos se harán a una persona de cada pueblo para que se encargue de hacer llegar las compras a los habitantes de cada localidad: una sencilla cadena. No todo el mundo pensaba que esa era la mejor solución. Una productora de la comarca opinaba que "más riesgos hay en una superficie cerrada y gente haciendo cola en la puerta, con alimentos que han pasado por mil manos en lugar de por una. Esto es lo mismo de siempre".

Algunos de estos productores están integrados en la asociación de alimentación ecológica Bionekazaritza, que por ciento mantiene un local en Vitoria donde se puede adquirir el resultado del trabajo de pequeños agricultores y ganaderos y otras producciones alimentarias. Su coordinador, Koldo Rey Abasolo, contaba que desde antes de aprobarse el decreto ya se habían comenzado a impartir consejos sobre como afrontar la situación desde el teletrabajo, la venta vía internet, y se había propuesto como solución, para quienes no lo estuvieran haciendo aún, ese modelo de contratación y el posterior reparto a domicilio. Incluso se había planteado un mapeo de Vitoria para poder facilitar el transporte de una manera más eficaz. Otros, como los panaderos artesanos de Maeztu, Anna Monserrat y Nacho Beltrán, junto a los colaboradores que suelen tener en la tahona Mendialdekoogia, anunciaban a través de las redes sociales, estos días de atrás, que "como muchas ya sabéis con el fin de minimizar el riesgo de contagio y para poder mantener el servicio de panadería en el pueblo, hace ya días que os atendemos desde la ventana. Estamos horneando cada día y os animamos a reservar vuestro pan para ayudarnos a ajustar las cantidades y asegurar que nadie se quede sin él". Además, para facilitar la vida de ellos vecinos en estos días, han ampliado "la gama de productos básicos que ofrecemos. Tenemos fruta y verdura y lácteos. Si necesitas cualquier cosa pregúntanos sin ningún compromiso, y si no la tenemos intentaremos conseguirla. Todo esto para intentar que nos quedemos en casa, minimizar los desplazamientos y que todo esto pase lo antes posible".

Por su parte, el equipo de Tierra, Papel y Tijera, Mónica, Ramón y Andrea, continúan con su proyecto de agricultura a escala humana en Salcedo. Una experiencia, ya una realidad porque acaban de terminar un gran pabellón donde poder trabajar en condiciones dignas, que consiste en facilitar periódicamente a un grupo creciente de clientes en Vitoria y en otras localidades, verduras frescas de temporada. Muchas veces acompañadas por productos procesados ecológicamente, como la crema de calabaza o el pisto que les elabora Ekotarriko, Zuriñe y Maitane, desde Zuazo de Kuartango. Junto a las verduras comercializan otras creaciones suyas, como legumbres o mermeladas, harinas y hasta verduras poco conocidas en estas latitudes pero que se han adaptado muy bien al clima de Añana. Tierra, Papel y Tijera suministraba hasta ahora esa selección de verduras que ellos mismos cultivan en las tierras de Salceda en unas pequeñas cajas de madera. Ahora, para hacer más aséptica la entrega, están utilizando unas bolsas compostables, es decir que son respetuosas con el medio ambiente. Además, han regulado mejor los horarios de entrega. Sus responsables comentaban que los pedidos se habían incrementado porque la gente tiene ahora más tiempo para cocinar y buscan estos productos de calidad que son sostenibles y se generan en la temporada, con lo que está garantizada la frescura y la procedencia.