- Cuenta el personal de limpieza que lo que tienen en común este tipo de trabajadores con el coronavirus es la invisibilidad, al desarrollar ambos su tarea sin que nadie les vea. La del virus, expandiendo la enfermedad todo lo que puede, y la de las limpiadoras, enfrentándose a la pandemia con poco más que una bayeta y lejía y eso que su tarea es más fundamental que nunca durante la alerta sanitaria. "Habría que valorar al 1.000% el trabajo que hace el personal de limpieza a la hora de luchar contra el coronavirus, un sector al que se dedican 3.000 trabajadoras en Álava", subraya Javier Luengo, representante sindical de Limpieza de UGT que, como denuncia, se tiene un poco en el olvido a estos empleados, "pero hay que recordar que cuando un médico o una enfermera atiende a un paciente, ellos son los que van detrás a desinfectar. Somos el eslabón más pequeñito de la cadena". Vulnerables. Y la pandemia también se ha cebado con él: mientras que unos no paran de trabajar estos días, especialmente en el ámbito sanitario, a las dedicadas al ámbito privado o educativo no les ha quedado otra que asumir los lunes al sol, debido al parón de la actividad esencial y de cierre de colegios, a raíz del estado de alarma.

De hecho, en este campo, hasta 12 empresas en Álava han realizado ERTE, lo que afecta a 235 trabajadores. "Donde se ha visto más reflejada la demanda de su trabajo es en los limpiadores de Osakidetza, tanto de hospitales como de ambulatorios, que se han visto desbordados. Más horas no hacen porque el convenio es muy tajante, aunque con el estado de alarma se ha flexibilizado la situación, pero sí que hacen más desinfecciones, por ejemplo, en varias plantas o en otros pabellones, además de limpiar cada habitación con mucha más profundidad. Esto conlleva miedos y bajas para evitar ese estrés", especifica.

Sin embargo, nuevamente, las grandes agraviadas son las personas que limpian oficinas y empresas del ámbito privado, ya que sus empresarios, lejos de calmar y proteger a estas plantillas de limpieza, por lo general, se han lavado las manos. Y nunca mejor dicho, al no proporcionar materiales tan necesarios como mascarillas, gafas, guantes o batas. "Las medidas de prevención que se han puesto a su disposición, no son las que nos gustaría, desde luego, pero también habría que diferenciar que el personal que trabaja en el ámbito sanitario (hospitales, ambulatorios...) son los que mejor están porque Osakidetza sí que se las ha puesto, pero fuera del ámbito sanitario no hay EPI de protección adecuadas. Muchas empresas dicen que no los pueden suministrar. Están trabajando en precario", critica.

Los únicos también que han recibido algún tipo de formación, aunque sea mínima, (por ejemplo, de los nuevos productos que deben emplear) son otra vez los que trabajan en centros hospitalarios y centros de salud porque, como censura, "en el ámbito privado o de otra índole ni se han molestado". Por eso, como añade, entre las empleadas "hay mucho, mucho miedo. Es una barbaridad. Es un sector muy feminizado, que tiene además bastante edad, por lo que también tienen más riesgo de contagio, que suelen aportar los únicos ingresos a casa, y que muchas veces tienen que cuidar a sus nietos, por lo que les preocupa desde el contagio a perder su puesto de trabajo. Temores que en la mayoría de veces vienen como consecuencia de la falta de formación".

Realmente despidos "no es lo que más habido", porque las empresas que se han aprovechado son solo algunas". Lo que sí que ha habido son "un montón son ERTE, y lo que no vemos lógico es que la mayoría lo hagan por fuerza mayor, cuando tienen otras opciones. Porque parece que habido barra libre". Tal ha sido el caso de las 12 empresas en Álava que lo han realizado, lo que afecta a 235 empleados, "siendo los centros de Vitoria los más afectados de todos".

Precisamente, otro sindicato, el de LAB, anunció ayer que ha recurrido a la vía penal "para proteger el derecho a la salud de todos los trabajadores de servicios esenciales": limpieza, residencias, empleadas de hogar... Por ello, informará a la Fiscalía de toda situación de riesgo porque "con la excusa de la crisis sanitaria, quienes cuidan nuestras vidas están obligadas a trabajar sin ningún tipo de protección".

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Son las relacionadas con el sector de la limpieza que tienen ERTE. Afectan a un total de 235 trabajadoras.