- Trabajo o no trabajo. Esta es una de las principales incógnitas que merodea estas últimas semanas en la cabeza de los trabajadores de las grandes empresas tractoras del Valle de Ayala y el Alto Nervión, relacionadas con la siderurgia; es decir, Tubacex y Tubos Reunidos, cuyas plantas en Llodio y Amurrio superan los 1.300 empleados. De hecho, ayer ambas retomaron actividad, después de que el Gobierno flexibilizara el decreto que obligaba a parar toda actividad no esencial, tras mediar el ejecutivo vasco, aunque eso sí a un ritmo de producción muy inferior a lo habitual.

"Por ahora, están llamando a gente de logística y lacadoras. Se han saltado el preacuerdo. Mañana hay reunión del comité de empresa y Dirección", explicaba a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA un trabajador, en relación a las negociaciones que se reanudarán hoy en torno a las condiciones del nuevo expediente de regulación temporal de empleo. Y es que en Tubos Reunidos han acordado presentar un nuevo ERTE, por razones de producción, después de que el Departamento de Trabajo del Gobierno Vasco les rechazara, el pasado 27 de marzo, uno anterior alegando causas sanitarias, ya que tiene "cinco trabajadores infectados por coronavirus", según denunciaba este martes el sindicato ELA.

Por su parte, en Tubacex sus plantas de Llodio y Amurrio también reanudaron ayer la producción, aunque con una carga de trabajo de "mínimo indispensable". La plantilla recibió la noticia el martes, después de la incertidumbre creada la tarde noche del domingo, mientras se esperaba el decreto definitivo del Gobierno central, que obligó a la empresa a parar la actividad. De hecho, ésta se ha mantenido a lo largo de la crisis sanitaria, pese al plante de la plantilla del pasado 17 de marzo porque entendían que no se cumplían las normas de seguridad y la denuncia interpuesta por los sindicatos.

Ésta fue desestimada por la autoridad laboral y el día 23 se recuperó la actividad, con una serie de medidas tales como tomar la temperatura a cada uno de los operarios antes de incorporarse a su puesto de trabajo. De forma paralela, los sindicatos intentaron negociar una reducción de los turnos de trabajo, que no fue aceptada por la empresa. Ahora sigue la incertidumbre de si, una vez venza el decreto, se recuperará el ritmo de producción habitual o si se recurrirá a establecer un ERTE. Un extremo por el que ya han apostado otras grandes empresas del entorno, como la citada Tubos Reunidos, con 450 trabajadores y un "número muy importante de casos positivos" por coronavirus, que lo ha solicitado esta misma semana y hasta fin de la alerta sanitaria.