Álava superó ayer el undécimo día de obligado confinamiento para tratar de frenar la expansión del covid-19. Fue una jornada laborable como las inmediatamente últimas, caracterizada otra vez por la escasez de vecinos en las calles y por escenas que un tiempo atrás parecerían sacadas directamente de una película. Basta con ver al operario de la imagen pequeña inferior izquierda, afanándose en desinfectar parte del mobiliario público de Gasteiz. Quienes pueden trabajar desde casa siguieron haciéndolo con normalidad, como seguramente estaría haciendo el chico de la otra imagen pequeña, aprovechando el gusto que suelen proporcionar las terrazas. Por lo demás, vecinos comprando alimentos básicos, como el que se ve sobre estas líneas, y muchos más viendo la vida pasar desde sus ventanas, como estos dos mayores vecinos de Quintanilla, en Valdegovía.