- Marta Monteagudo, responsable de la farmacia que lleva su propio nombre; Pilar Rey de Heras, cajera en el Supermercado de El Corte Inglés y Blanca Ríos, responsable de las panaderías Tiempo de Cerezas no se conocen entre sí, ni tampoco comparten la misma profesión, pero tienen una cosa en común: los tres colectivos, junto a los sanitarios y autoridades, se encuentran estas últimas semanas en la primera línea de fuego.

"A medida que van pasando los días, el cansancio se deja notar a ratos, porque en el día a día tenemos que preparar pedidos como nunca, pero tenemos que echar el resto y estar ahí. Somos los que tenemos que dar este servicio y si no lo hacemos nosotros no lo va a hacer nadie". La frase es de Pilar Rey de Heras, empleada de la gran superficie de El Corte Inglés desde hace 13 años. Día a día atiende a cientos de gasteiztarras que acuden a comprar alimentos de primera necesidad y también prepara los pedidos online. Por ello, esta empleada asegura que estos días está siendo un "no parar". "Al principio, las compras físicas se desbordaron, porque el miedo al desabastecimiento se impuso. Pero la gente esta ahora más tranquila porque ve que, al menos en nuestro caso, no hay ningún tipo de desabastecimiento y tenemos absolutamente de todo", explica. Reconoce también que hay días buenos, y también peores, pero asegura sentirse orgullosa por el servicio social que están prestando. "Yo creo que los clientes valoran nuestro trabajo. Su respuesta es muy variada, pero son numerosos los que agradecen el trabajo que hacemos", cuenta.

Su opinión es muy similar a la de Marta Monteagudo, responsable de la farmacia ubicada en la calle Arana. Es consciente de la labor esencial que cumplen día a día, pero en especial en esta pandemia. "A veces lo llevamos mejor y otras veces con un poco más de respeto porque estamos en el primer sitio que viene alguien que tiene los síntomas", dice. No obstante, en esta farmacia han tomado todas las medidas de precaución necesarias como, por ejemplo, una mampara que separa a los trabajadores de los clientes. Sin embargo, el colectivo farmacéutico, también Marta Monteagudo, se muestran también ofendidos por las declaraciones del director del Centro de Coordinación de Emergencias y Alertas Sanitarias, Fernando Simón, que aseguró que los farmacéuticos, como profesionales sanitarios no requieren de unas medidas de seguridad más allá del que tienen los cajeros de supermercado. "Nos ha sentado muy mal, lógicamente. Aquí también viene gente con otros síntomas además del virus del covid-19. Mucha gente tiene tos y no sabe lo que es y vienen a la farmacia. Estamos en primera línea para todo lo que la gente necesita, no solo para este virus, sino para todos los virus", dice. No obstante, también asegura que seguirán tomando medidas de seguridad porque seguirán "a pie de cañón". "Queremos transmitir esa tranquilidad a la ciudadanía. Al principio venía mucha gente pensando que íbamos a cerrar y no. Que la gente esté tranquila y venga solo cuando necesite algo y no por almacenar; nosotros seguiremos aquí mañana", puntualiza Monteagudo.

Desde las panaderías de Tiempo de Cerezas, Blanca Ríos también afirma que están trabajando con la mayor normalidad posible. Reconoce asimismo que han implementado medidas de prevención como echar alcohol a las monedas frecuentemente, ofrecer las vueltas en un pequeño plato para que los clientes no tengan que tener contacto, si lo prefieren así, con los empleados, y lavarse las manos continuamente. "Estamos trabajando mucho, hemos reducido horario y la semana que viene vamos a reducir el horario más. Pero lo llevamos bien, tenemos que estar agradecidos porque nadie del personal se ha puesto malo de momento, y estamos todos bien, trabajando como siempre". Además, con la saturación en los supermercados, desde esta casa de panaderías aseguran que "hemos empezado a vender otro producto que antes también teníamos pero vendíamos menos como los huevos, leche o bebidas", explica. "En general, nuestro día a día es normal aunque vamos más lento por las colas que se forman fuera y que tienen que entrar más lento y la gente, a veces, se pone nerviosa más fácil. Pero es entendible, en general todos estamos más nerviosos, más irascibles. Por lo demás estamos bien, trabajamos como siempre, a gusto".

"Queremos transmitir tranquilidad a los ciudadanos. Nosotros no vamos a cerrar la farmacia"

Farmacéutica

"A medida que pasan los días el cansancio se deja notar. Estamos preparando pedidos como nunca"

Cajera