a remolacha es un cultivo estratégico para Álava y son muchas las familias en el medio rural que viven de su producción. Pero esta raíz vive momentos complicados y no solo por las políticas de precios a consecuencia de las oscilaciones del precio del azúcar, sino también a causa de la competencia internacional, que se pueden superar a través de la calidad del producto, y de su compromiso con la mejora del medio ambiente.

Azucarera ha asumido el reto de mejorar esa calidad y desde su departamento de Innovación Agroambiental, cuyo responsable es Iván Martín, se trata de poner en marcha un plan piloto demostrativo que difunda innovadoras prácticas agrícolas que minimicen el impacto económico derivado de la prohibición de determinados insumos en el cultivo de la remolacha y también de la patata de siembra.

Relata Iván Martín que en Azucarera se está trabajando en el País Vasco con Neiker, como líder de este proyecto que trata de buscar alternativas al uso de neonicotinoides, que fueron prohibidos para su uso en remolacha y en otra serie de cultivos que florecen. El Ministerio prohibió esta serie de productos, siguiendo las instrucciones de Europa, y el sector, todo el sector remolachero, está trabajando en la búsqueda de alternativas para que los agricultores tengan disponibilidad de productos para seguir cultivando remolacha, con la misma eficacia que tenía hasta ahora este tipo de insecticidas.

Estos neonicotinoides son insecticidas que actúan en el sistema nervioso central de los insectos y, con menor toxicidad, en vertebrados y se utilizaban para el control del polvo en pulgón, pulguilla y para algunos insectos del suelo.

Explica que "empezamos este año el proyecto junto con Neiker, UAGA, AIRA, AIMCRA, Gobierno Vasco y Azucarera y lo que estamos haciendo es clonar distintas variedades. Para ello trabajamos desde tres puntos de vista: la genética, testando otros productos que ya están autorizados en otros países o que todavía no lo están y podrían estarlo en el futuro, y también trabajamos en una red de alertas para avisar a los agricultores de cuando tienen que realizar los tratamientos".

En cuanto a la genética, este es el segundo año de experimentos, aunque en el País Vasco es el primero. En Castilla y León y en La Rioja ya se han probado variedades tolerantes a la amarillez, que es el problema que produce el pulgón.