a clásica escena en las aulas de que en cuanto el profe da la espalda a sus alumnos para escribir en la pizarra y éstos aprovechan para hacer fechorías, para nada se ha trasladado al mundo virtual. Los jóvenes, clavados frente a sus pantallas y sin que nadie les vigile, están más aplicados que nunca, desde las ocho de la mañana hasta las dos y cuarto de la tarde, con una concentración que espantaría hasta el mismísimo Covid 19. Esta grata sorpresa es la que se ha llevado el equipo directivo y personal docente de Escolapias Paula Montal Ikastetxea desde que este martes comenzaran a impartir la formación online a sus 335 estudiantes después de que el primer día de esta semana se aconsejara el cierre de colegios como éste, en Sansomendi, para intentar frenar la expansión del coronavirus.

"Los alumnos han acogido como algo novedoso e interesante la oportunidad de trabajar a tiempo real. Por eso están respondiendo muy bien. El hecho de que estén todos conectados es algo que nos ha sorprendido porque pensábamos que iban a ser reticentes. Nos ha entusiasmado lo bien que lo han hecho. Todo el profesorado están también cumpliendo su horario religiosamente. Los padres también han reaccionado muy bien respecto a esta decisión consensuada por todo el claustro y padres y madres", destaca Ana Cordero, del equipo directivo.

En su caso, también se encarga de dar clase a Secundaria, donde hay 95 alumnos (de 1º a 4º de la ESO) y 10 profesores, contando también a los maestros de Formación Profesional básica de Actividades domésticas y limpiezas de edificios, y que igualmente han comenzado a dar clases a distancia. "La casuística de Secundaria no es la misma que la de Infantil y Primaria, porque nuestros estudiantes más mayores sí que están en sus casas", matiza Cordero. Eso hace que todos tengan Internet en casa, salvo algún caso muy puntual, de algún alumno que se ha tenido que mudar donde unos familiares que no tienen Internet. "Y con este alumno lo que estamos haciendo es mandarle las tareas por el correo del móvil", especifica.

El resto, sigue el curso "a tiempo real", gracias a la inmediata reacción que tuvo este centro. Como recuerda, el martes, lo primero que hicieron después de haberse reunido, fue enviar un comunicado a las familias y un correo electrónico a los alumnos en el que les decían que las clases seguían en tiempo real, con interacción directa.

"El primer día comprobamos la incidencia de los alumnos que no se habían adherido a las clases interactivas, y había sido muy, muy pequeña", añade. Y los días siguientes no hicieron más que confirmar que los estudiantes se han tomado en serio que el curso sigue, pese al Covid 19. "Están todos conectados prácticamente en su totalidad a las ocho de la mañana. El miércoles, por ejemplo, he tenido con ellos clase de Lengua, se han conectado y han hecho las actividades", ilustra.

Lo que hacen, en concreto, en Secundaria es una "interacción interactiva", gracias a que tienen el proyecto Uno por uno (1:1), en iPad, "que a nosotros nos ha permitido trabajar en tiempo real y de acuerdo con el horario de cada profesor". Este sistema les permite tener tutorías grabadas "desde la misma pantalla del dispositivo, que nos permiten incorporar imagen y audio".

Aparte de ello, trabajan con la aplicación Classroom, para gestionar el intercambio de actividades con el alumnado, "lo que permite que tú les hagas las preguntas y que a la vez ellos contesten de forma inmediata". Lo que viene muy bien para aclarar esas dudas. "Todo es a tiempo real. La mañana del miércoles he tenido clase de 8.00 a 9.00 horas con 2º ESO, luego con 4º ESO y luego con 1º ESO. Cuando acaba la hora, los alumnos saben que cambiamos el profesor y que comienza una nueva actividad con un área diferente", destaca Cordero.

Y a todos estos programas se les suma la aplicación Education, una especie de pizarra interactiva en la que se pueden añadir medios audiovisuales para pautarles actividades y que permite también hacerles tutoriales: "Una vez que les pautas los minutos de ese visionado, comienza la interacción con ellos. Es en todo caso, una clase interactiva con comunicación directa".

En Infantil (90 alumnos, de 2 a 5 años, y 5 profesores) y Primaria (150 alumnos, aproximadamente, y 8 profesores), su claustro también se coordinó desde el primer día "para intentar minimizar la pérdida de currículum para los alumnos", declara Aitor Pérez, coordinador de Primaria.

Así, para los más txikis han desarrollado una serie de tareas, "para que a través de Internet y del email, que tenemos con los padres, y la plataforma de contacto Educamos, les vamos mandando las tareas a realizar. Y tenemos contacto directo con las familias para que ellos puedan ir transmitiendo todas las dudas que surjan. Hay que tener en cuenta que el currículum en Infantil no es tan cerrado como en otras etapas. Entonces, nos permite más flexibilidad".

Y como dice Pérez, han aprovechado de las dificultades, para ver cosas positivas "y estamos aprovechando que estos días que no tenemos a los niños en el colegio para por un lado, coordinar ese trabajo y por otro, para hacer un cambio metodológico con el objetivo de implementar un trabajo por ambientes, de tal manera que los mayores ayuden a los pequeños y éstos últimos se motiven más con los grandes haciendo, en definitiva, un trabajo conjunto". Además, en vez de que un profe sea el responsable de una sola clase, tenemos que tres son de todas las clases. "Los alumnos pasan a ser de todos. Es un cambio que en esencia necesitaría un tiempo porque requiere un cambio en la disposición de las clases, del mobiliario, y eso es lo que estamos aprovechando en este impasse que tenemos por el coronavirus, que esperemos que dure lo mínimo imposible".

En el caso de Primaria (unos 150 alumnos y 8 profesores), a partir del tercer curso cuentan con el Uno por uno, por el que cada uno tiene su iPad propio. "Lo hacemos a través de aplicaciones como Classroom,Education, y los profesores les mandamos las explicaciones y las tareas. Existe un feedback continuo".

Ésta es, en definitiva, parte de su organización diaria. "Todos los profesores miran las tareas, mandan nuevas o explicaciones y nuevos proyectos a realizar para que en un periodo de tiempo determinado, lo vayan realizando". Sobre todo, para los que se han quedado con sus abuelos y no tienen Internet, con los que flexibilizan los deberes.

Infantil. Madres y padres echan una mano a los profesores para que sus txikis sigan las tareas que les mandan vía 'email'.

Primaria. Los que tienen Internet en casa, siguen dando clases interactivas en sus tabletas. Los que se han ido con sus abuelos, tienen fechas de entrega algo más amplias de sus deberes.

Secundaria. Los estudiantes tienen clases interactivas en tiempo real en sus tabletas y al instante los profesores les pueden aclarar dudas, mandar correcciones y tutoriales.