Nanclares de la oca - El nuevo primer edil no es nuevo en esas tareas, ya que durante los casi 16 años que estuvo el anterior alcalde al frente de la Corporación, fue la mano derecha, el teniente de alcalde y responsable de la Hacienda municipal.

¿Se ha planteado novedades?

-Afronto el cambio de oficina, como lo estoy explicando a quienes me preguntan, porque hasta ahora estaba llevando Hacienda, Personal y algo de Administración, pero en estos momentos continúo llevando esos temas y he asumido la Alcaldía. Los proyectos que teníamos encima de la mesa están todos en marcha.

¿Cuáles son esos proyectos?

-Tenemos el molino, el jardín botánico, el centro deportivo Arrate? Es decir, todos los proyectos que hemos podido ir acometiendo poco a poco, ya que somos un pueblo pequeño, y estos grandes objetivos no los podemos hacer de golpe como lo puede hacer una gran ciudad. También se ven otros muchos ya completados, como el centro del pueblo, que hasta hace pocos años eran huertas y ahora es una zona donde la gente puede estar, pasear y acudir a las tiendas. En cuanto al molino, que era un proyecto muy ambicioso y que llevamos adelante con trabajadores desempleados, unimos el hecho de recuperar ese patrimonio con la posibilidad de que la gente sin empleo en el municipio pudiera trabajar allí. Ahora nos queda cerrar ese proyecto, un edificio de tres plantas que completará la mejora del centro, pero sin abandonar el resto de los pueblos que se integran en el municipio.

¿Qué pasará con el proyecto de centro de investigación ictiológico?

-Ése es uno de los proyectos ambiciosos, quizás uno de los mayores en los que hemos trabajado. Pero no olvidamos que somos un pueblo pequeño y nuestros recursos son limitados. Al ser tan ambicioso, si no tenemos ayuda del Gobierno Vasco o de la Universidad del País Vasco -que ya la tenemos, porque contamos con una subvención de 200.000 euros que se concedió a la UPV para desarrollar el proyecto- no es posible culminarlo.

El problema es la propiedad del edificio?

-Así es. El problema es que en el lugar donde se quería ubicar, no es propiedad del Ayuntamiento, sino de la Junta Administrativa, que lo compró en su día y lo está rehabilitando poco a poco. Ahora mismo una parte está preparado como bolera, como una actividad para jóvenes coordinados por la asociación Urratxa. En cuanto al resto del edificio tenemos un cierto encontronazo, aunque entiendo que la Junta invirtió en su día un dinero para comprar un edificio que no lo quería nadie, y que dice que para cederlo habrá que comprarlo. Desde el Ayuntamiento estamos dispuestos a trabajar por este proyecto, pero no a cualquier precio. Ahora mismo estamos saneados económicamente, pero tampoco podemos endeudarnos por un proyecto que es muy bonito, pero que conlleva mucho esfuerzo económico.

A esos proyectos se suman las necesidades de las juntas administrativas.

-En este presupuesto que tenemos aprobado y publicado en el Botha no afrontamos grandes inversiones y hemos apostado por las juntas administrativas. Casi todas las subvenciones e inversiones van destinada este año para ellas. En 2019 afrontamos un gran proyecto, como fue la renovación de las luminarias. Aunque ésa es una competencia de las juntas, lo que hizo el Ayuntamiento fue ayudarlas. Por ello pedimos nosotros la subvención, el anticipo que te facilita el Estado para esa finalidad, un millón de euros a devolver en diez años. Y estamos en pleno proceso de cambio de luminarias, corrigiendo las necesidades que se han detectado.

Algunas juntas se habían quejado de falta de luz.

--Sí, porque se había modificado la altura de las luminarias y en algunos lugares no había luz suficiente y hay que instalar nuevos puntos de luz. Desde el Ayuntamiento vamos a seguir afrontando esas inversiones.

Y eso que andan con problemas con los presupuestos. ¿Qué es lo que ha pasado?

-Que están como aquel que dice, paralizados. Se publicaron en el Botha, hubo tiempo de alegaciones y cuando se publicó la aprobación definitiva, el portavoz del PNV presentó una moción devolviendo los presupuestos al equipo de gobierno. El portavoz del PNV, que está trabajando en la Diputación en un departamento en el que se supone que tiene que apoyar a los municipios, nos ha obligado al Ayuntamiento a pedir auxilio jurídico a la Diputación para que nos diga qué tenemos que hacer. Pensamos que los presupuestos, una vez publicados en el Botha, están aprobados definitivamente, pero el PNV dice que no por algún tipo de error, pero esos errores no pueden llevar a condicionar la marcha del municipio.

¿Si hay una aprobación definitiva, cómo se pueden paralizar?

-Creo que si hay una aprobación definitiva ya son oficiales. Creo que el portavoz del PNV ha abierto un grifo un poco peligroso, porque si esto mismo que ha hecho aquí el PNV lo hacen el resto de partidos políticos en todos los demás ayuntamientos, que en su 90% están gobernados por el PNV, nos encontraríamos con una Álava sin presupuestos. Que alguien que trabaja en la Diputación como director de Equilibrio Territorial haga esto, solo me produce tristeza.

Iruña se encuentra en una buena situación de comunicaciones y cuenta con suelo industrial. ¿Siguen afluyendo nuevos proyectos empresariales generadores de empleo?

-Es cierto que tenemos una situación estratégica en cuanto a comunicaciones y en cuanto a suelo. Subillabide, que es un polígono grande, está casi completo, al 80%. En cuanto a Los Llanos, donde está el parque central de Bomberos, se está acometiendo una gran construcción para almacén de Lidl, similar al que tiene Mercadona en Jundiz, ya que han elegido Iruña Oka para su centro logístico. La verdad es que las arcas municipales se van a ver muy bien afectadas por esa licencia, que ronda el millón de euros, y lo mismo para las gentes del municipio, ya que una empresa como esa, aunque sea para un centro de logística, es una oportunidad de trabajo.

Iruña Oka ha destacado en los últimos años por sus numerosas actividades sociales y culturales. ¿Se van a mantener?

-Sí. En los presupuestos, todos los años, una de las partidas más importantes, que ronda los 400.000 euros, está destinada a actividades, tanto culturales como deportivas. Desde la incorporación de Mikel Pérez como concejal, hasta ahora de Deporte y de Cultura y dedicado ahora solo a Deporte, y ahora con Julia Rivas llevando los temas culturales, seguimos apostando por la vida en el municipio. Hemos cambiado la mentalidad de que Nanclares o Iruña Oka era un pueblo dormitorio de Vitoria. Ahora ciudadanos de Vitoria vienen a Nanclares a pasar el fin de semana con todas las actividades que Mikel y Julia coordinan.

Las excursiones al monte han sido una verdadera revolución?

-Hace poco se tuvo la idea de realizar las salidas al monte los fines de semana y la demanda de plazas se ha desbordado. Se ha tenido que pasar de hacer estas salidas una vez al mes a tener que hacer doblete los fines de semana, hacer turnos el sábado y el domingo. Son salidas bonitas, en grupo y cuando se llega al pueblo hay esperando una alubiada o una paellada. Se ha convertido en una forma de unir a la gente del pueblo y a que se incorporen los que vienen de otras localidades

¿Y la cultura?

-Ahora mismo, es uno de los grandes pilares de este Ayuntamiento gracias a las actividades que se organizan también los fines de semana. Con la puesta en marcha del molino, que permitirá la liberalización de salas en el centro sociocultural para cedérselas a diferentes grupos, creo que logramos un nivel de actividad cultural envidiable.

El jardín botánico tiene su propio impulso y promoción, pero ¿hay otras opciones en esta zona que quizás necesitan proyección?

-El jardín es una de las grandes joyas de Iruña Oka. Es una iniciativa que empezó el PNV, con muy buena visión por parte de quien era alcalde, Manolo Rivas. Mucha gente no veía con buenos ojos ese proyecto, pero es que lo que hay que hacer con los grandes proyectos, las grandes ideas, es desarrollarlas. Él lo puso en marcha y nosotros lo hemos seguido dinamizando y dotando de actividades. Aquí el Estado ha invertido mucho dinero en la contratación de personas desempleadas, que son quienes han consolidado las ruinas que ahora se pueden visitar.

¿E Iruña Veleia?

-Todos sabemos lo que pasa con Iruña Veleia. Desde el Ayuntamiento lo que queremos es que se termine ya y centrarnos en volver a impulsar este lugar como un gran atractivo turístico. Y más con la cercanía que tiene con el jardín botánico.

¿El turismo es uno de los grandes valores de Iruña Oka?

-Hablamos del Molino y es que queremos traer la oficina de turismo de Añana, que está muy bien puesta en Salinas, ya que es un gran atractivo de Álava. Pero pensamos que Iruña Oka, que es el municipio más grande, podría tener un poquito más de visión hacia la gente que viene a conocer la comarca. Nos encantaría ofrecer la planta baja del molino a la Cuadrilla de Añana para si quiere, en un momento dado, y sin que eso suponga un traslado de la oficina, porque a Salinas no se la puede dejar sin la oficina, se puede pensar en tener dos oficinas.

¿Se está construyendo, además, un edificio para archivo y biblioteca del archivo?

-La verdad es que está viniendo muchísima gente a consultar los archivos de Añana. De hecho, tenemos un convenio de colaboración con la Cuadrilla, ya que Iruña Oka es la unión de cinco pueblos. Por eso pedimos, en el plan foral, la construcción de este nuevo edificio. Hasta ahora ocupaba los bajos de un bloque de edificios, que no está mal, pero no reunía todas las condiciones de espacio. Eso nos permite además liberar ese local para otros usos, concretamente para centro de empleo, en coordinación con Lanbide.

Muchos proyectos, pero queda terminar de concretar una mayoría estable en la corporación municipal. ¿Cómo marchan las negociaciones?

-Como dije en la investidura soy una persona que hablaré con todos los partidos. Como es conocido existe un acuerdo a nivel autonómico donde tenemos que llegar a un acuerdo con el PNV. Nosotros hemos puesto todo de nuestra parte: nos hemos reunido, les hemos ofrecido ser integrantes del equipo de gobierno, darles concejalías delegadas? Nuestra mano ha estado tendida, pero el acuerdo no ha sido posible. El siguiente paso es seguir hablando con el resto de partidos o buscar acuerdos puntuales en los temas importantes del municipio. De momento no hay ningún acuerdo escrito con nadie, me toca hablar con cada uno antes de los plenos para comentar los asuntos que llevaremos, pero no hay ningún pacto hoy por hoy.

¿Cómo se solucionará el pago del solar escolar que motivo la salida de Javier Martínez?

-Antes de que acabara el plazo para recurrir la sentencia condenatoria, había ya un acuerdo de pleno para que antes de que finalizara el año económico, se pagaría a la familia Mendiola con el remanente de Tesorería. En este momento se está terminando de cerrar el ejercicio y la licencia de obras de Lidl, de un millón de euros, es suficiente para liquidar los 900.000 euros para pagar los terrenos alrededor del colegio.

¿Y como valora esa compra de terrenos?

-Pues quiero decir que, al final, el Ayuntamiento es el propietario de esos terrenos, donde no se construirán viviendas, sino que estará a disposición de la ampliación de la zona escolar de Iruña Oka. ¿Qué va a ser cara la compra? Sí, son 900.000 euros. Pero ese terreno lo tenemos que dejar para posible ampliación de la zona educativa. Creo que al final hay que dar la gracias a Javier por la compra que hizo, que le ha ocasionado la dimisión, pero que deja al municipio otros 20.000 metros cuadrados para ampliar la zona educativa.