vitoria - La Subdelegación del Gobierno en Álava reconoció ayer el trabajo desinteresado y "crucial ante situaciones de emergencia o catástrofe" -en palabras del nuevo subdelegado del Gobierno, Carlos Zapatero- de los radioaficionados alaveses de la Red nacional de radio de emergencias (Remer).

Catorce de los voluntarios de esta red, que colaboran con Protección Civil desde hace décadas, recibieron sendos diplomas por sus entre 10 y 35 años de colaboración desinteresada.

Entre ellos, Enrique Guzmán, radioaficionado de la red de emergencias, vecino de Abetxuko y saxofonista en la Banda Municipal de Música de Vitoria, al que desde niño le picó la curiosidad por la radio de onda corta y la posibilidad de "escuchar emisoras de países lejanos", explica EA2CAR, sobrenombre de este alavés especializado en código Morse.

¿Cuál es hoy en día, en plena era de las comunicaciones digitales, la labor de un radioaficionado de la red de emergencias?

-Resumiendo, podemos decir que cuando fallan todas las comunicaciones, se recurre a nosotros. A pesar de que estamos en la era de las comunicaciones digitales, ante un corte de suministro eléctrico todos los repetidores, y la red de telefonía móvil va a través de repetidores, se vendría abajo. Eso excepto en sitios donde puede haber sistemas de alimentación de emergencia como pueden ser grupos electrógenos, que depende de la duración del combustible que tengan o las baterías podrán dar cobertura durante un tiempo. Pero cuando llega un momento en que todo eso falla, ahí estamos nosotros.

¿En qué casos han tenido que actuar por ejemplo?

-Hemos participado en rescates de personas desaparecidas, como apoyo a los grupos de voluntarios en puntos de enlace en zonas de montaña en los que orográficamente no hay cobertura de telefonía móvil. Nosotros vamos con nuestros equipos portátiles de radio y acompañamos a cada patrulla de búsqueda de cinco o seis personas con un transmisorista nuestro para ir coordinando la búsqueda. Luego recuerdo por ejemplo el año del famoso efecto 2000, cuando con el cambio de siglo no se sabía qué podía pasar con los ordenadores y si con el cambio de fechas si se iban a caer los sistemas. Aquella Nochevieja la pasamos en vela, hablando por radio toda la noche, pendientes de Madrid, de la dirección general de Protección Civil y el Ministerio. También recuerdo mi primera intervención, cuando era jovencísimo, por las inundaciones en la costa. Me llamaron de madrugada para que tratara de conectar con Bermeo y otros puntos de la costa.

¿De dónde le viene esta pasión?

-De niño siempre me había gustado escuchar la radio de onda corta, oír emisoras de países lejanos... Además soy un bicho raro en particular porque yo en radio sólo hago telegrafía, sigo haciendo única y exclusivamente código Morse.

¿Cómo han cambiado las nuevas tecnologías la labor de los radioaficionados?

-En realidad todo lo que tenemos hoy en día en Internet ha evolucionado de las comunicaciones de principios de los sesenta y los setenta. Han mejorado las velocidades y las anchuras de banda hasta llegar a la fibra óptica que tenemos hoy en día en nuestros hogares, pero todo es una evolución de las comunicaciones vía radio

Así que los móviles no van a acabar con su afición.

-Al contrario, hoy en día desde el teléfono móvil podemos ser radioaficionados tranquilamente. Puedo sacar ahora mismo el móvil y escuchar conversaciones de radioaficionados. El problema es que, como comentaba antes, si hay un corte de suministro eléctrico y se caen las redes, se acabó el móvil. Ahí entran en juego las comunicaciones de emergencia y nosotros, personas que estamos preparadas, a base de ejercicios y práctica, para ayudar, poniendo además de forma altruista nuestros equipos, nuestras emisoras y portátiles.