El tiempo de las máscaras y la transgresión asiste este mediodía a la segunda vuelta de los más de siete mil integrantes que dan vida al Carnaval de Gasteiz. Tras el multitudinario desfile de ayer, hoy toca quemar las naves.

La caravana multicolor que forman los 7.162 participantes de las 26 comparsas del Carnaval gasteiztarra vuelven hoy de nuevo al asfalto. Tras el desfile vespertino de ayer, los cuerpos que hayan sobrevivido a una noche de juerga afrontan el último y definitivo esfuerzo.

La calle Portal de Legutiano es el punto donde están citados los sufridos devotos de don Carnal y doña Cuaresma para cumplimentar el segundo paseíllo del fin de semana y lucir el atuendo elegido para esta ocasión. Las espectaculares máscaras de peliqueiros, originarias de la localidad orensana de Laza, se han colado en el carnaval gasteiztarra de este año formando parte de la temática escogida por el centro gallego. Esta vestimenta es la distintiva y más representativa de uno de los diez carnavales más antiguos del mundo. La máscara está formada por una careta de madera, pintada de colores llamativos, que se prolonga en una especie de mitra de metal con un motivo animal (león, lobo, buey) sobre fondo liso. El traje está compuesto por una camisa blanca, corbata y una chaquetilla corta de la que cuelgan flecos dorados que van atados con lazos de tres colores. Las piernas del peliqueiro van cubiertas con promedios blancos y ligas. Zapatos negros y un látigo en la mano, conocido en la zona como zamarra, que la usan para dar latigazos completan el atuendo de este personaje típico del carnaval orensano de Laza.

INGENIO Y ORIGINALIDAD Junto a esta representación gallega, en el desfile de este mediodía van a comparecer, entre otros, los dragones de Zabalgana, los personajes egipcios del grupo scout de La Esperanza, los bukaneros del Buen Pastor, los dioses del mar de la asociación cultural Iritsi gara o tipos duros como los cowboys llegados desde el lejano Far-west de Abetxuko. En el listado de personajes de las carrozas se mezcla el ingenio de los disfraces pensados y diseñados por cada agrupación junto a otros que han optado por darle menos vueltas a la meteria gris y se han apoyado en la popularidad de películas o series para transformarse estos días. Entre los primeros están los peculiares Tribulapios, encarnados por los integrantes de la comparsa de Escolapios. La colonia andaluza de Gasteiz ha vuelto a desparramar su ingenio en la confección de la vestimenta y con el nombre de Alegres y de fiesta se hacen notar en la caravana festiva de sonido y color. También desde las aulas de San Viator, llega el ingenio de sus comparseros con su vestimenta de + alegría. Por su parte, entre quienes han tirado por la calle central está la multitudinaria comparsa de Marianistas. La solemnidad de su centro educativo les ha llevado a asimilarlo con el mágico Hogwarts y allí se han convertido sus alumnos en una legión de Harry Potter. También en el séptimo arte se ha apoyado este año la veterana asociación Carpe diemp para rememorar la película de Disney, y poner sobre las calles el regreso de Mulán. Con un poco de retraso la comparsa de Lakua Arriaga rinde homenaje a los 81 años del clásico Lo que el viento se llevó.

Todos ellos van a recorrer el habitual sambódromo gasteiztarra que, con origen en Portal de Legutiano, discurre por la plaza Bilbao, calle Francia, La Paz, Ortiz de Zárate y Florida para terminar junto al parque de idéntico nombre. A buen seguro que los efectos de la intensa noche que muchos han disfrutado se van a convertir en padecimiento cuando traten de mover los pies al ritmo de las coreografías.