amurrio - Hoy, víspera de Santa Águeda, y, como marca la costumbre, la población de Amurrio deberá afrontar la tradicional invasión juvenil de la jornada. Resignación, paciencia y buen humor son el mejor consejo que se puede dar a los viandantes, conductores y propietarios de comercios, viviendas y caseríos que serán acosados, de manera literal, por los 88 chicos y chicas que este año alcanzan su mayoría de edad en el municipio. Son los quintos. Una fiesta que alcanza este año su 80 edición.

Y es que en Amurrio, como en la mayor parte de Euskadi, grupos de todas las edades salían a cantar para celebrar la víspera de Santa Águeda, hasta que en 1924 hubo una reyerta en la que murió un joven. Entonces, el Ayuntamiento prohibió la fiesta para evitar incidentes. La tradición se recuperó en 1940, siempre y cuando sólo salieran a cantar los mozos que habían sido llamados a cumplir el servicio militar. Así surgió la fiesta de los quintos que, en 2001, volvió a cambiar con la inclusión de las chicas en los coros tras haber desaparecido la mili.

"La fiesta en sí no ha variado. Se sigue saliendo a cantar y con lo recaudado se organiza una verbena. Ahora festejan que ya pueden votar, sacarse el carnet de conducir o pedir una cerveza en un bar, y para nosotros era una despedida del pueblo porque nos íbamos a la mili", recuerda Alfredo Cerrillo, de 78 años y perteneciente a la quinta de 1960. Asegura que "los mozos de ahora tienen la suerte de compartir esta jornada con las chicas de su edad, pero nosotros comíamos angulas, que estaban más asequibles, en el ya desaparecido restaurante La estación o en el bar de Urrutia. Todas las generaciones tienen recuerdos entrañables", matiza.

Al igual que él, los 88 jóvenes que este año alcanzan las 18 primaveras seguirán el guión. Así, hoy los nacidos en 2002, ataviados con sus trajes típicos, se distribuirán en grupos mixtos de en torno a diez personas, para recorrer todos los rincones del municipio cantando a Santa Águeda, a golpe de makila y recogiendo los donativos, en metálico o en especias, de los convecinos. Unos irán a San José, otros a Izoria-San Antón y el resto a San Roque, Murga, Lezama, Saratxo y Amurrio centro.

Para ello llevan ensayando desde el pasado mes de diciembre en las instalaciones deportivas de Matías de Landaburu. "En 1960 ir a los caseríos era lo que más nos gustaba porque eran muy habituales las matanzas de cerdo y nos daban mucho producto casero, sobre todo si metíamos como gancho en el grupo a algún mozalbete de la zona en cuestión. Eso sí, el clima era mucho más duro que ahora, con unas nevadas de espanto", recuerda Cerrillo.

Pese a ello, les tocará madrugar para que les dé tiempo a hacer las últimas rondas por los centros educativos y empresas, como dicta la bien sabida tradición antes de acudir a las 13.30 horas a la plaza Juan Urrutia para cantar a la santa protagonista de la jornada. Después, la quinta de este año se dará un merecido banquete de auto homenaje en un restaurante local. Y es que los donativos también se emplean para pagar la tradicional comida de hermandad del viernes, además de la fiesta posterior para todo el pueblo.

Ésta comenzará a las 20.00 horas con un poteo a todo ritmo con Electrotxaranga. La música seguirá a las 23.30 horas, con el grupo Fan&go, y con dj Masa, desde las 2.00 horas, todo ello en la plaza Juan Urrutia. Lugar en el que el grupo de quintos y quintas hará su última actuación conjunta al filo de la medianoche.