vitoria - Cientos de personas acudieron ayer a una de las citas más esperadas estas navidades, la llegada de los tres Reyes Magos. Desde buena mañana los gasteiztarras cogieron los gorros, bufandas y guantes y salieron a la calle a recibir a Melchor, Gaspar y Baltasar.

Para las 10.30 horas de la mañana la calle Dato iba poco a poco llenándose de espectadores, una cola que comenzaba en la estación de tren. La misma estación estaba repleta de niñas y niños de todas las edades, desde los dos años hasta los 90 años y más. Todos emocionados y ansiosos por ver la llegada en tren de los Reyes Magos. Una fanfarre acompañó ese mágico momento tocando, como no, villancicos de lo más marchosos. Bailando al son de la música estaban Hodei y Emma en primera fila para no perderse absolutamente nada. Hodei, de nueve años y amante de la música, tenía claro cuál era su deseo para los Reyes Magos: "Un banquete de piano". Sin embargo, no sabía si se lo iban a traer porque no se había portado "ni muy bien ni muy mal". Mientras tanto, Hodei y su ama cruzaban los dedos esperando ver este banquete debajo del árbol.

Mientras tanto, el tiempo corría pero los Reyes Magos seguían sin aparecer. A hombros de su aitona se encontraba Irati, mirando de un lado al otro del andén intentando avistar el tan esperado tren. Teniendo tan solo dos años y medio, Irati sabía qué quería pedirles a los Reyes Magos: unas pilas. Sin duda, de los deseos "más originales", aseguró su aitona.

Cada vez quedaba menos para su llegada y mientras tanto Gorka, el aita de Unax, de cinco años, enseñaba a este a contar los minutos que quedaban. Unax estaba ilusionado, pero no tanto como cuando viene el Olentzero aseguró Gorka: "Olentzero trae lo guay y los Reyes nos suelen traer pinturas y así. Como en seguida empieza con el cole, tiene más tiempo para jugar con los juguetes que trae el Olentzero".

Ayer, muchos gurasos tuvieron la oportunidad de acudir a la gran cita junto con los más pequeños, ya que pocas veces había caído un 5 de enero en domingo. Ese fue el caso de Judith, que era la primera vez que pudo disfrutar con sus hijas Olaia (6) y Matirtze (3) la llegada de los Reyes Magos a Gasteiz. "A la pequeña le da un poco de miedo y prefiere quedarse conmigo en la silla", explicó Judith mientras cogía la mano de Matirtze. Olaia, en cambio, no le faltó tiempo para salir corriendo a primera fila y esperar allí al tren. "El año pasado le dio la mano Baltasar y se quedó flasheada", este año, en cambio, Olaia estaba "expectante", tal y como aseguró su ama. Lo que más ilusión les hacía a las tres era verles llegar y la cabalgata de la tarde y es por eso que tampoco se perdieron ese gran paseo que dieron los tres Reyes Magos por las calles de Gasteiz.

Llegó la hora A escasos minutos de las 11.00 horas la emoción era cada vez más intensa y las miradas de madres, padres, abuelos y niños fácilmente se dirigían al gran reloj que colgaba de la estación de tren. Cada vez más txikis contaban con los dedos los pocos minutos que faltaban, ansiosos porque el reloj diera las once... 8, 9, 10, 11. Era la hora. Fue entonces cuando desde los megáfonos de la estación se escuchó lo que todos deseaban oír: "El tren procedente de Oriente hará su entrada en la estación de Vitoria. En él viaja los tres Reyes Magos, Melchor, Gaspar y Baltasar". Al escuchar los tres nombres toda la estación enloqueció y la fanfarre volvió a tocar otro villancico acompañando toda la emoción del momento. Xabi, a hombros de su aita, intentaba relajar a quien lo sostenía asegurándole que "están a punto de llegar", mientras que su aita no paraba de preguntarle a ver si veía el tren.

Fue entonces cuando sonó la bocina y el tren llegó a la estación. Gritos de emoción inundaron el andén. Los tres Reyes Magos bajaron del vagón saludando a todos los allí presentes intentando no dejarse a nadie por el camino. Tras la euforia inicial, Melchor, Gaspar y Baltasar subieron a tres vehículos diferentes en compañía de sus carteros reales y dan-tzaris. Recorriendo así toda la calle Dato hasta llegar a las Plaza Nueva donde les esperaban aun más niños deseando verles y darles las cartas. Al igual que en la estación y en toda la calle Dato, la Plaza Nueva estaba llena de emoción y niñas y niños ansiosas por ver llegar los tres Reyes Magos. Así estaba Noa que no paraba de preguntar a ver cuándo iban a llegar. Ella ya les había dado la carta y lo que había escrito dentro de ella era "secreto": "Solo lo podemos saber los Reyes Magos y yo", dijo firmemente. Casi al instante aparecieron en sus subidos a los coches devolviendo el saludo a todas las niñas y niños que agitaban la mano enérgicamente. Una vez en el balcón principal de la Casa Consistorial comenzaron con su tradicional saludo a la ciudadanía de Gasteiz. Gaspar fue el primero en hablar y dio gracias por tal "caluroso" recibimiento, animando a todo el mundo a seguir portándose bien. Baltasar por su parte, comenzó su saludo con un "Mila esker. Maite zaituztegu!", expresando así su agradecimiento: "Estamos muy contentos de regresar otro años más a Gasteiz a ver todas estas caras de alegría". Por último, Melchor fácilmente atrajo la atención de toda la plaza saludando con "Kaixo, Gasteiz" y recibiendo un gran kaixo unánime de vuelta. Tras agradecer la bienvenida, quiso felicitar a todas las niñas y niños por este año, por ese comportamiento "tan generoso, sincero, tan amable y lleno de alegría". Animándoles a seguir así "no solamente en casa, sino también con los compañeros".

Una vez acabado su tradicional saludo, los tres Reyes Magos se dirigieron al palacio de Villa Suso donde recibieron y escucharon a todos los niños que estuvieron esperando en una cola que llegaba hasta Montehermoso. Hasta que fue el turno de Leila, Enara y Eider, tres amigas que estaban de acuerdo en que Melchor era su favorito.

Recorrido. Los tres Reyes Magos llegaron a las 11.00 horas a la estación de tren y tras haber saludado a todos los allí presentes, comenzaron su recorrido por la calle Dato hasta la Plaza Nueva. Una vez allí dieron su tradicional saludo en el balcón principal de la Casa Consistorial. Posteriormente, se trasladaron al palacio Villa Suso y atendieron a las y los niños hasta las 18.00 horas.

Siete carrozas en total. En la cabalgata, que comenzó a las 19.00 horas este año, se unió una carroza más, desfilando así siete carrozas en total: las tres primeras de fantasía, las tres de los Reyes Magos y la última La Chucheneta, desde la que se lanzaron los caramelos.

Aunque Hodei no se había portado "ni muy bien, ni muy mal" esperaba ansioso a que le trajeran un banquete de piano con el que poder desarrollar sus habilidades como pianista de una forma más cómoda.

A pesar de la ilusión del momento, Gorka, el aita de Unax, sabía que el Olentzero trae los regalos más divertidos ya que tienen más tiempo de disfrutar de ellos, antes de que empiece otra vez el cole.

Mientras la niña Noa esperaba emocionada a los Reyes Magos en la Plaza Nueva, no quería desvelar su gran secreto: qué era lo que había escrito en la carta de los Reyes.