Maeztu - Una vez finalicen las vacaciones navideñas se abrirán los puntos de compostaje de los centros escolares. Los lugares ya se han fijado y las instalaciones se han acabado, por lo que en breve comenzarán a funcionar, según ha anticipado el presidente de la Cuadrilla de Montaña Alavesa, Anartz Gorrotxategi. Poco antes de comenzar los días de asueto para los escolares, en los centros se llevó a cabo un pequeño ciclo de formación. La idea es que sea para un uso exclusivo de los centros y que el material sean los restos de las comidas que generan con el fin de transformarlos en compost. Junto a ello, "se logra una educación entre los más jóvenes para reforzar la tendencia de la importancia de reciclar", puntualiza Gorrotxategi. Ahora en enero se pondrán en marcha y para facilitar la tarea se han colocado unos paneles informativos, por lo que se espera que todo vaya bien. Algunos pequeños problemas se han suscitado en alguna localidad, entre los colocados para el resto de la ciudadanía, pero se han solucionado ya. "Tú te acercas a la compostera y no huele nada. Yo -añade el alcalde- utilizo ese compost, tanto para el jardín como para la huerta y la verdad es que da muy buen resultado", admite el regidor.

Algunos incluso, en la comarca, están realizando el compostaje individual. La cuadrilla se está encargando de que en esos lugares en los que no hay demasiadas personas viviendo o interesadas en esta actividad, se les facilita formación. Pero como en todo, lo importante es que haya alguien que haga el seguimiento, que esté pendiente de la evolución y ayude a rectificar lo que no sea correcto. Desde el año 2008, la Cuadrilla de Montaña Alavesa viene apostando por el compostaje entre los vecinos como una medida para reducir los residuos orgánicos, para mejorar su calidad ambiental y para lograr ese compost tan rico para jardines y huertos.

Sin embargo, es desde 2017 cuando se comenzaron a instalar composteras comunitarias, una vez formadas las personas que las iban a gestionar y especialmente desde que la institución comarcal pudo contar con un técnico de medio ambiente que es quien ha llevado el peso de la formación tanto de los adultos como de los escolares. Ahora es cuando ha llegado el turno para los centros escolares, ya que éstos son unos grandes aportadores de residuos orgánicos gracias a los comedores escolares. Por ello se ha buscado la complicidad de los jóvenes estudiantes que, cuando se incorporen a las aulas en enero, iniciarán su tarea de elaborar compost que podrán usar en múltiples aplicaciones, en centros y en domicilios. - Pablo J. Pérez