Las principales organizaciones relacionadas con el vino, como es el caso de la interprofesional del vino, el observatorio del vino y hasta la fundación para la investigación del vino y la nutrición están realizando, encargando o difundiendo numerosos estudios sobre las bondades del consumo moderado del vino y su integración en la dieta mediterránea.

De esta forma, se ha hecho público que la investigación científica sobre esta bebida y los efectos en la salud ha crecido progresivamente a lo largo de los últimos veinte años. Concretamente, en 2019 se ha alcanzado un máximo histórico con más de 1.230 artículos científicos publicados sobre vino y salud. El vino es considerado un alimento, como lo recoge la Ley de la viña y el vino, y forma parte de la dieta mediterránea. En este sentido, cada vez son más las investigaciones que avalan los beneficios de su consumo moderado. Por eso, la organización interprofesional del vino de España (OIVE), en colaboración con la fundación para la investigación del vino y la nutrición (Fivin), ha realizado un recopilatorio de los estudios sobre vino y salud más relevantes de este año.

Uno de ellos se refiere a que puede prevenir enfermedades como el Alzhéimer. En mayo de este año un equipo de científicos españoles coordinados desde la universidad de Castilla-La Mancha publicó en la revista Free radical biology and medicine los resultados inéditos de una investigación que contribuye a conocer de forma precisa el funcionamiento del resveratrol, presente en la uva tinta. Sobre el consumo de esta molécula, Mairena Martín, catedrática de Bioquímica y Biología molecular de la UCLM, asegura que "el vino tinto es rico en moléculas con efecto antioxidante, entre ellas, polifenoles entre los que se encuentra el resveratrol". Además, explica que estas moléculas "disminuyen e incluso bloquean el estrés oxidativo que está relacionado con muchas patologías, como las cardiovasculares, las neurodegenerativas como el Alzhéimer. Por todo esto, un consumo moderado de vino se ha considerado saludable".

Otro de los beneficios que se destaca es que reduce el riesgo cardiovascular. En el mes de junio de 2019, el equipo de investigación dirigido por el doctor Estruch y en colaboración con el equipo de la doctora Lamuela-Raventós, ambos pertenecientes a la universidad de Barcelona y al CIBEROBN (centro de investigación biomédica en red-fisiopatología de la obesidad y nutrición, del Instituto de salud Carlos III), publicaba en la revista Clinical nutrition el estudio titulado El consumo de vino blanco añejo con moderación modula factores de riesgo cardiovascular a través de su efecto sobre células endoteliales progenitoras y biomarcadores inflamatorios.

Este estudio, en el que han participado 38 voluntarios, ha permitido profundizar en el conocimiento sobre el efecto del consumo moderado de vino blanco añejo en marcadores de salud cardiovascular, relacionados con la aterosclerosis, en hombres con riesgo cardiovascular elevado.

Después de la intervención, los resultados mostraron cómo el consumo de vino parecía incrementar el número de células endoteliales progenitoras presentes en sangre. Este tipo de células actúan como defensa frente al daño en la superficie de los vasos sanguíneos, reparándolos y restaurando su funcionalidad. Asimismo, tras el consumo de vino se observaban menores niveles de marcadores de inflamación, una mejora de la tensión arterial diastólica y de los niveles de colesterol HDL, el conocido como "colesterol bueno", así como una mayor concentración de la apolipoproteína A1, relacionada con el transporte del colesterol HDL, y un incremento de los niveles de ácido fólico y hierro. Un tercer elemento beneficioso del vino destacado por Fivin es que su consumo reduce el riesgo de sufrir diabetes tipo 2. Según la revista científica British medical journal (BMJ), una de las más relevantes en el área de la medicina a nivel internacional, difundió en julio de este año una revisión que repasaba la evidencia científica sobre la relación entre dieta y diabetes tipo 2.

En el caso del vino, la investigación destacó que cuando se comparaba tanto con la ingesta nula de vino como de consumo bajo y moderado se asociaba con un menor número de casos nuevos de diabetes tipo 2. Por lo tanto, los autores indican que los resultados encontrados por este estudio en relación al consumo de alcohol sugieren que un consumo moderado podría asociarse con un menor riesgo de diabetes tipo 2. Pese a esto, los expertos recuerdan que un consumo elevado puede dañar la salud.

Asimismo, los investigadores han apreciado que el consumo moderado de vino tinto puede impedir la progresión del cáncer de próstata. En noviembre pasado se publicaron los resultados del estudio iniciado en 1986 por la universidad de Harvard sobre cómo influye la dieta en el riesgo de desarrollar enfermedades del corazón o el cáncer.

Estos investigadores analizaron la relación entre el consumo de alcohol y el riesgo de desarrollar cáncer de próstata en 47.568 participantes sanos que no habían desarrollado cáncer antes del inicio del experimento, ni tenían problemas con el alcohol. Después de 25 años de estudio, 869 personas habían fallecido a consecuencia de este tipo de cáncer. Pero los investigadores observaron que el consumo moderado de alcohol se asociaba con una menor probabilidad de morir debido al cáncer de próstata. Los participantes que desarrollaron cáncer de próstata (sin metástasis) durante el estudio y continuaban bebiendo vino tinto después de que los médicos lo detectasen parecían tener un menor riesgo de fallecer a consecuencia de él. Lo que planteaba la posibilidad de que el consumo de vino tinto fuese capaz de impedir la progresión del cáncer.

Otro cáncer, el colorrectal, también aparece en el informe y se argumenta en un análisis publicado en la revista científica especializada Cancer epidemiology, biomarkers & prevention. Este metanálisis, realizado por investigadores estadounidenses y surcoreanos, analiza la relación entre el consumo de alcohol y el riesgo de fallecer por cáncer colorrectal.

Los científicos recogieron información de 12 estudios de cohortes publicados antes de diciembre de 2018, en los cuales se realizaba un seguimiento a un grupo de personas a lo largo del tiempo. Los resultados de nueve estudios mostraron que cuando se comparaba el riesgo de fallecer de los pacientes que nunca habían bebido y de los pacientes que tenían un consumo de alcohol bajo (>12,5 g de etanol/día) o moderado (12,5-37,5 g/día) antes de la detección del cáncer, quienes que bebían poco tenían un menor riesgo de morir por todos los tipos de causas y por cáncer de colon que los abstemios.

Además, los investigadores también trataron de comprobar si el tipo de bebida alcohólica que se bebía tenía importancia en esta relación. Y observaron que aquellos participantes que tenían un consumo bajo o moderado de vino antes de ser diagnosticados de cáncer tenían una menor probabilidad de fallecer, y específicamente debido al cáncer colorrectal.

Más beneficios Junto a estos cinco grandes beneficios del consumo moderado de vino se han hecho públicos otros que también resultan llamativos. Por un lado, científicos americanos han concluido en un reciente estudio, publicado en la revista The American journal of clinical nutrition, que el consumo de vino moderado disminuye el riesgo de sufrir fracturas de cadera.

Los resultados del estudio muestran un descenso en el riesgo de fractura de cadera asociado a los consumidores que tomaban vino tinto con moderación, especialmente entre las mujeres postmenopáusicas. Esto se debe al contenido de flavonoides en el vino tinto, que son potentes antioxidantes. De hecho, se ha demostrado que el envejecimiento puede conducir a un aumento del estrés oxidativo, que a su vez puede afectar negativamente la densidad mineral del hueso.

Otros de los beneficios es que el consumo reduce el riesgo de enfermedades relacionadas con el envejecimiento y hasta que es el mejor aliado contra el resfriado. En concreto, el consumo de alimentos ricos en flavonoides podría detener el avance de la gripe y limitar sus síntomas. Por ello, es importante seguir una dieta rica en verduras y legumbres, junto a un consumo moderado y responsable de vino, según afirman los investigadores médicos.

1.230 artículos. En 2019 se ha alcanzado un máximo histórico con más de 1.230 artículos científicos publicados sobre vino y salud. La investigación científica sobre esta bebida y los efectos en la salud ha crecido progresivamente a lo largo de los últimos 20 años.

Recopilatorio. La organización interprofesional del vino de España (OIVE), en colaboración con la fundación para la investigación del vino y la nutrición (Fivin), ha realizado un recopilatorio de los estudios sobre vino y salud más relevantes de este año.

Esta catedrática de Bioquímica y Biología molecular es parte del equipo de científicos españoles coordinados desde la universidad de Castilla-La Mancha, que ha publicado en la revista Free radical biology and medicine.

38

Otro estudio, en el que han participado 38 voluntarios de la universidad de Barcelona, ha permitido profundizar en el conocimiento sobre el efecto del consumo moderado de vino blanco añejo en marcadores de salud cardiovascular, relacionados con la aterosclerosis, en hombres con riesgo cardiovascular elevado.