Vitoria - Judimendi volvió a celebrar este año la fiesta de Erre pui erre con el fin de quemar todas las cosas malas antes de que concluya el año. La asociación vecinal del barrio aglutinó a diferentes organizaciones sociales dispuestas a acabar 2019 quemándole el culo al año. Se trata de una tradición alavesa que se combina con el árbol de los deseos, en este caso, para 2020 y con quemar las miserias en la hoguera de leña de roble. No faltaron en la fiesta las castañas, como fruto del otoño para comer en los meses más invernales, junto al fuego. Ayer se repitió la escena al calor del fuego y bailando en corro. Los asistentes aprovecharon para degustar alimentos ecológicos de pequeños productores del territorio.

Y es que, este año, los organizadores de Erre pui erre hicieron hincapié en el desperdicio alimentario. Consideran que en el hemisferio norte se produce y se compra demasiada comida, a menudo desechada antes de su deterioro. "Se han olvidado las lecciones de los ancianos que han vivido el hambre, y hemos desarrollado una actitud condescendiente y tolerante del despilfarro, fruto a su vez, de la pérdida de cultura y habilidad en la cocina", indican. Por ello, prepararon esos alimentos alaveses en el centro cívico para compartir con el vecindario de Judimendi y así evitar que se los lleve el camión de la basura o se composten en el campo.

Además de un taller de desperdicios previo a la propia fiesta de Erre pui erre, ayer en Judimendi actuó Ordago folk y se colgaron en el árbol los mejores deseos de cada uno para 2020 tras ver como las llamas se llevaban lo malo de este 2019 al que ya sólo le quedan unos días. - DNA / Foto: Josu Chávarri