La paciencia y el entrenamiento son los mayores aliados en el fútbol y de igual manera sucede en la cocina, donde para alcanzar el sabor perfecto hace falta tiempo y práctica. Eso es precisamente lo que ha hecho el Deportivo Alavés femenino, es decir, cocinar a fuego lento desde que empezó a elaborar su sección allá por el año 2017.

En aquel verano, el club alavesista apostó por un proyecto formado por un equipo senior, un infantil, un alevín y una Escuela de Fútbol Femenino, y la entidad confió desde un principio en Dafne Triviño como coordinadora que llegó con un gran currículum a la entidad de Cervantes y que ha demostrado ser la idónea para dirigir a las Gloriosas hasta la élite.

La primera temporada comenzó con el convenio firmado con Gasteizko Neskak. Como era lógico pensar, el primer año consistió en tratar de asentar a un equipo que partía de cero y que fue algo que no tardó en suceder. Prueba de ello fue que la estructura del proyecto seguía cogiendo fuerza cuando en el verano del 2019 se puso en marcha el segundo equipo femenino, el cual comenzó compitiendo en la Regional Alavesa y que empezó a servir como puente para las secciones Infantil y Cadete. Sin embargo, no solo la estructura tomaba fuerza, sino que en lo deportivo también se empezaban a obtener los primeros frutos al buen trabajo, ya que en la temporada anterior las Gloriosas ascendieron a la Segunda División Pro.

En los futbolístico, las Gloriosas han ido coqueteando con el ascenso prácticamente en todas las temporadas. En ese mismo año 2019 estuvo muy cerca de alcanzar dicho objetivo, si bien se escapó en el tramo final de la temporada.

Aunque eso sí, las albiazules hicieron historia al disputar su primer partido en Mendizorroza frente al Athletic B, en un encuentro que sirvió para ser una fiesta y un reconocimiento a la trayectoria y al buen trabajo de las Gloriosas. Hay que recordar que esa temporada era tan solo el segundo año de vida de la sección femenina y ya estaba aspirando a inmiscuir su figura en la máxima categoría del fútbol femenino cuando en el curso anterior se logró la permanencia en la última jornada y con mucho sufrimiento. Una diferencia clara que demostró la evolución y el buen trabajo de toda la gente que rodea a las vitorianas.

Esa temporada tuvo un final demasiado cruel para un equipo que dominó en la categoría durante todo el curso y que tan solo en la recta final en un partido disputado en El Sadar y donde bastaba con un empate se perdió por 2 a 1 y se diluyeron las opciones de disputar el play off de ascenso a la Liga Iberdrola.

Lejos de hundirse el proyecto, esa experiencia sirvió como aprendizaje para que el Deportivo Alavés femenino pusiera una piedra más en su castillo y así éste cogiera más firmeza para seguir creciendo.

Sin embargo, en el siguiente curso llegó la tan fatídica pandemia que provocó que en mayo se tomara la decisión de que la temporada se diera por acabada. Este hecho provocó que el Eibar ascendiera a la Primera Iberdrola a pesar de estar en la segunda posición con 46 puntos, pero el filial del Athletic lideraba la clasificación y no podía ascender. Mientras, las Gloriosas terminaron con 41 puntos y con mal sabor de boca, ya que todo el mundo tenía fe en que podrían haber alcanzado al equipo armero.

En la presente temporada, el conjunto albiazul comenzó aún más serio y una vez más volvió a dominar de principio a fin y con la sensación de que su sitio y lugar no es otro que el de la máxima categoría del fútbol femenino español.

El Deportivo Alavés ha ido dando pequeños pasos, pero grandes al mismo tiempo para que su sección femenina crezca tanto en lo deportivo como en lo estructural, pero también en lo sentimental. Y es que las Gloriosas han logrado algo que en el mundo del fútbol es muy difícil, que no es otra cosa que conectar con su gente, es decir, han logrado establecer una gran unión con la afición y con la cantera que viene pisando fuerte. Eso, sin duda, alguna se ha logrado con jugadoras de la casa (Ane Miren, Maia, Mery) que llevan varios años portando el escudo albiazul y son las más idóneas para transmitir los sentimientos, pero también se ha conseguido con jugadoras que han venido de lejos (Alba, Míriam, Emma, Vera, Maitane), pero que se han convertido por méritos propios en vitorianas de adopción. Todas ellas han luchado y demostrado su amor por este escudo y eso es lo que más fuerza está dando a la estructura de las Gloriosas de cara al futuro.

En definitiva, el Deportivo Alavés ha ido cocinando como es debido a fuego lento, pero sin bajar la intensidad para que las "Gloriosas" estén cogiendo el punto idóneo para que empiecen a llegar los éxitos que a buen seguro no tardarán ni dejarán de llegar.