24/diciembre/1933
l Deportivo Alavés, tras descender de categoría el 26 de marzo de 1933, tiene que volver a competir en Segunda División la temporada 1933-34. El 20 de julio de 1933 la Asamblea de la Federación Nacional ratifica el nombramiento -como seleccionador de España- del vitoriano Amadeo García de Salazar, que sustituye en el cargo al bilbaíno José María Mateos. Don Amadeo da las claves del descenso albiazul: "Las penurias económicas que viene atravesando el Club, casi desde su fundación, le han obligado a ir vendiendo a los grandes elementos que juegan en equipos peninsulares" (sic).
Pese a ello el seleccionador único, a principios de campaña, mantiene esperanzas de realizar una gran temporada en Segunda: "El Deportivo Alavés cuenta con Albéniz, Arana, Irureta, Antero, Urquiri y Santamaría y junto a otros futbolistas que no faltarán, se terminará por fabricar ese buen equipo que espero que luche por el ascenso" (sic).
¡Nada de lo anterior se cumplirá! La entidad albiazul vivirá una de las épocas más tristes, obscuras y ayuna de éxitos de su historia. La dirección técnica del equipo se le encomienda a Baltasar Albéniz, compaginando el eibarrés -por primera vez- la doble función de jugador y entrenador. En el Campeonato de Vizcaya de la Serie 'A' el equipo lo finaliza en la última posición, con solamente dos partidos ganados, y en la Liga de Segunda División desde la sexta jornada los albiazules ocupan el 'farolillo rojo'.
El domingo 24 de diciembre de 1933 -festividad de Nochebuena- el Deportivo Alavés tiene que jugar en Riazor frente al Deportivo gallego. Los de Mendizorroza acumulan cuatro partidos consecutivos con derrotas: Sevilla (4-0); Osasuna (10-2); Sporting de Gijón (3-4) y Murcia (2-3). El 'Depor' camina en la clasificación dos puntos por delante de los de Baltasar Albéniz. ¡Es una oportunidad para reengancharse en la clasificación!
La expedición albiazul parte en tren el viernes 22. La economía del club está bajo mínimos y viajan los imprescindibles. ¡Para ahorrar gastos se va sin guardameta suplente!
La entrada que registra el campo coruñés es muy pobre, el encuentro no ha despertado interés, y además la fuerte lluvia que cae durante todo el día ayuda a que la asistencia de espectadores sea escasa. El campo embarrado y encharcado no ayuda al espectáculo y los jugadores deportivistas logran una fácil victoria (2-0) sin mucho esfuerzo. "Los locales dominaron constantemente y obtuvieron un tanto en cada parte. El primero de penalti por manos de Mardones y el segundo al escurrírsele el balón al portero Eizaguirre" (sic).
La nota dramática del partido llega en el minuto sesenta y dos. El árbitro Juan José Cangas-Argüelles, del Colegio Centro, sufre un desvanecimiento en el terreno de juego e inmediatamente es llevado a su vestuario por los jugadores de ambos equipos. Al cabo de unos minutos el madrileño se recupera, pero indica que no está en condiciones de seguir dirigiendo el 'match'. Uno de los jueces de línea continúa con el arbitraje. Al finalizar el encuentro el colegiado cuenta su odisea para llegar a La Coruña. Había tomado un tren en Madrid que descarriló. Más tarde alquiló un coche con el que sufrió un accidente de circulación cerca de Monforte de Lemos. Volvió a alquilar otro automóvil y llegó a Riazor minutos antes de comenzar el encuentro. ¡Sin ingerir ningún alimento, en las últimas diecisiete horas, comenzó a pitar el partido! Su cuerpo, sin reservas y agotado, dijo basta y se desploma totalmente derrengado sobre el barro de Riazor. ¡Era el fútbol de aquellos años!
Sobre el barro y los charcos de Riazor jugaron estos once albiazules: Eizaguirre; Saracibar, Pepe Mardones; Urquiri, Calleja, Albéniz; Errasti, Langarica, Irureta, Fernández y Urretavizcaya. Como reserva estuvo Villasante, que actuaba de medio-ala.
Al finalizar la Liga el Deportivo Alavés ocupó la última posición, con un partido ganado, tres empatados y catorce derrotas. Además, le fueron restados dos puntos por no pagar el desplazamiento del Sevilla a Vitoria en la decimocuarta jornada.
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