11 de agosto de 1960

i alguien de nosotros eligiese once futbolistas albiazules para formar el equipo ideal del Deportivo Alavés, en sus más de cien años de vida, seguramente seríamos injustos con muchos de los que han vestido la ‘gloriosa’ zamarra alavesista en su historia. Comenzando con la portería nos encontraríamos con el primer gran dilema: ¿Qué cancerbero ponemos?, ¿Beristain, Berasaluce, ‘El Santo’ Pacheco?, ¿Cuál de los tres?, ¿Quién ha sido el rey entre los 2,44 x 7,32 metros? Y así sucesivamente nos iría pasando línea por línea y puesto por puesto.

Se podría -haciendo ciencia ficción- hacer listas de jugadores con todo tipo de características, físicas o futbolísticas: rápidos, altos, fuertes, bajos, lentos, etc. Sobre cualquier peculiaridad podríamos formar un equipo. En mi caso si me preguntasen por un futbolista albiazul todo corazón, garra, empuje, ¡bravo entre los bravos!, no tendría duda, uno de mis preferidos en ese apartado, un jugador top, es Ricardo López Valladar.

Quizás por ese nombre no les suene a muchos de Uds., pero si le añadimos el alias: ‘Kaito’, es seguro -por lo menos los más veteranos- que en su cerebro se recreen las imágenes de este madrileño -alavés de adopción- recorriendo Mendizorroza de área a área -‘box to box’ que dicen los modernos- y, sobre todo, partiéndose la cara y el alma por el Deportivo Alavés. Lamentablemente nos dejó el 19 de noviembre de 2016.

‘Kaito’ -diminutivo de los Ricardo que se emplea en algunas zonas de las dos Castillas y en la Comunidad de Madrid- llega con cinco años a Álava. Reside primero en Legutiano y posteriormente en Vitoria-Gasteiz. Amante de nuestro ancestral juego de pelota, descubre toda la intensidad del fútbol al llegar a la capital alavesa en el patio del Colegio de Jesús Obrero. Ricardo nos contaba su llegada al juvenil del Deportivo Alavés: “En Jesús Obrero había un magnífico equipo de fútbol denominado el Javier, en el que jugaban, entre otros, ‘Coque’ y ‘Aranburu’ que fueron compañeros míos en el Deportivo Alavés más tarde. Como eran dos años mayores que yo y no tenía sitio en el conjunto, fiché por el Excelsior y poco más tarde vino el entrenador del juvenil albiazul y me comprometí con ellos”. Son finales de los años cincuenta del siglo pasado y el Deportivo Alavés da las últimas bocanadas en Segunda División. Al finalizar la temporada 1959-60 el conjunto de Mendizorroza da con sus huesos en Tercera y llega, como entrenador, un técnico tan reputado como Galarraga para poner orden y concierto e intentar el ascenso a Segunda. El 11 de agosto de 1960 es la presentación del equipo y un imberbe ‘Kaito’, que aún no ha cumplido dieciocho años, está al lado de futbolistas como Gorospe y Contrasta. Ricardo no irrumpirá en el equipo hasta la sexta jornada -16 de octubre de 1960 en un Recreación de Logroño-Deportivo Alavés (1-2)- y a partir de entonces irá entrando y saliendo de la alineación. ¡Juega como interior de ambos lados y de medio defensivo!

Ricardo López Valladar ‘Kaito’, ¡Bravo entre los bravos!, ascenderá esa temporada a Segunda División con el Deportivo Alavés. Jugará la siguiente campaña de albiazul. Estará cuatro temporadas en Salamanca (1962-66). Volverá a Vitoria. Subirá de nuevo a Segunda (1967-68). Defenderá y peleará a muerte la albiazul en ciento cincuenta y un partidos oficiales. Marcará veintisiete goles. Y el 7 de junio de 1970, con el descenso albiazul a Regional, pondrá el punto y final -con gran dolor en su corazón y un nudo en el estómago- a sus seis temporadas en el primer equipo del Deportivo Alavés.

Su marcha al Salamanca fue polémica: “La temporada de Segunda División (1961-62) cobraba 1.500 pesetas al mes sin ficha. Los salmantinos me ofrecieron 350.000 pesetas anuales y sueldo al mes. No pude negarme. Estuve cuatro temporadas allí”.

“La muerte de Sarasola fue un mazazo del que no nos recuperamos en 1969. En San Mamés, frente al Bilbao Athletic, yo ocupé su posición, aunque jugaba de medio. Zubiaga, delantero centro local, me superó en el juego de cabeza y marcó dos goles”.

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